¿Qué dicen los científicos de los agujeros negros?

En los años 70, el astrofísico Stephen Hawking predijo que un agujero negro podría emitir espontáneamente pares de partículas. Según su teoría, una de ellas sería tragada por el agujero pero la otra escaparía hacia fuera, lo que un observador externo vería como una emisión espontánea de radiación por parte del agujero.

Los agujeros negros son mucho más masivos, estarán mucho más cercanos entre ellos y se moverán a velocidades altísimas. Pero como Einstein no creía en los agujeros negros pensó entonces que las ondas gravitacionales, a pesar de que la teoría las predecía, serían imposibles de ser detectadas.

Los agujeros negros representan uno de los mejores ejemplos de la teoría de la relatividad de Einstein, cuyas ecuaciones ya predecían su existencia. Todo cuerpo con masa y un campo gravitatorio curva el espacio-tiempo a su alrededor, así que imaginad la curvatura generada por uno de estos exóticos objetos.

Al usar el término “Dios”, Hawking no se estaba refiriendo a un ser todopoderoso, sino a la capacidad del ser humano para comprender de un modo absoluto las leyes que rigen la naturaleza. Partiendo de la pregunta “¿Juega Dios a los dados con el universo?”, lo explicó en una conferencia en 1999.

Consulta. En 1916 el astrónomo alemán Karl Schwarzschild desarrolló el concepto de agujero negro con base en la teoría de la relatividad de Einstein, que posteriormente describe los agujeros negros sin carga y sin rotación. En 1963 Roy Kerr describió los agujeros negros en rotación.

Los agujeros negros contienen la mayor cantidad de materia en el menor espacio que ningún otro objeto del universo. Debido a que son tan compactos, tienen una gran fuerza de gravedad. Aquí en la Tierra, la gravedad es lo que hace que las cosas caigan al suelo, en vez de flotar, cuando las soltamos.

Pero el verdadero “padre” del concepto de agujero negro fue un humilde rector inglés del siglo XVIII llamado John Michell , un hombre tan adelantado a sus contemporáneos científicos que sus ideas languidecieron en la oscuridad, hasta que fueron reinventadas más de un siglo después.

En los años 70, el astrofísico Stephen Hawking predijo que un agujero negro podría emitir espontáneamente pares de partículas. Según su teoría, una de ellas sería tragada por el agujero pero la otra escaparía hacia fuera, lo que un observador externo vería como una emisión espontánea de radiación por parte del agujero.

Muy importante.

Estos chorros y flujos de gas llamados "vientos" propagan átomos por toda la galaxia y pueden impulsar o estrangular el nacimiento de nuevas estrellas , dependiendo de otros factores. Eso significa que los agujeros negros supermasivos desempeñan un papel importante en la vida de las galaxias, incluso mucho más allá de la atracción gravitacional del agujero negro.

Utilizar el agujero negro como fuente de energía limpia arrojando basura a través del disco de acrecimiento de materia que se arremolina a su alrededor. Hasta el 42% de la masa en reposo de esta basura puede convertirse en radiación en la órbita circular más estable de un agujero negro que gira al máximo.

“La teoría habitual de la inflación eterna predice que, a escala global, nuestro universo es como un fractal (objeto que se repite a diferentes escalas) infinito, con un mosaico de diferentes universos de bolsillo, separados por un océano inflacionario”, explicó Hawking en una entrevista el pasado otoño.

Einstein había sido religioso cuando era niño, pero «abandonó la religión y comenzó a creer en la ciencia«. Cada vez que le preguntaban si creía en Dios, respondía cautelosamente: «Creo en el dios de Spinoza«, refiriéndose a Baruch Spinoza, un pensador neerlandés del siglo XVII.

“Cada vez que le preguntaban si creía en Dios, respondía cautelosamente: 'Creo en el dios de Spinoza'”, refiriéndose a Baruch Spinoza, un pensador neerlandés del siglo XVII que tomó ideas de la religión y la historia judías.

Un cosmólogo explica la alucinante hipótesis de que nuestro universo podría haberse separado de una singularidad de agujero negro en otro universo. No vivimos dentro de un agujero negro , pero eso no descarta la posibilidad de que nuestro universo haya nacido a partir de uno.

Con la ayuda del telescopio de Gemini Norte en Hawai, uno de los telescopios gemelos del Observatorio Internacional Gemini, que opera NOIRLab de NSF y AURA, los astrónomos descubrieron el agujero negro más cercano a la Tierra, el que fue denominado como Gaia BH1.

Una vez dentro del horizonte de sucesos del agujero negro, la materia se dividirá en sus componentes subatómicos más pequeños y, finalmente, quedará comprimida en la singularidad . A medida que la singularidad acumula cada vez más materia, el tamaño del horizonte de sucesos del agujero negro aumenta proporcionalmente.

En resumen, no. Según la NASA , no hay forma de que un agujero negro pueda comerse el universo , ni siquiera una galaxia entera. Este es el por qué. Los agujeros negros son antiguas estrellas masivas que se han colapsado sobre sí mismas para volverse incomprensiblemente densas, hasta el punto de que ni siquiera la luz puede escapar de ellos.

Si fueses el astronauta que cae en el agujero negro lo verías “cada vez más grande” a medida que te vas acercando. “Los agujeros negros producen una extraña deformación de la luz que los hace parecer más grandes de lo que parecen”, señala. “Tendrás toda la luz del universo doblada en tus ojos, por un breve momento”.

La posibilidad de que un agujero negro pueda impactar la Tierra puede parecer sacada directamente de la ciencia ficción, pero la realidad es que los agujeros negros primordiales microscópicos podrían impactar la Tierra. Si lo hiciera, no simplemente impactaría como un asteroide, sino que atravesaría toda la Tierra y saldría por el otro lado .

La demostración de Hawking de que los agujeros negros pueden emitir radiación es “su resultado más importante”, apunta a OpenMind Juan Maldacena, físico del Institute for Advanced Study de Princeton que ha aportado grandes contribuciones en teoría de cuerdas y gravedad cuántica.

Así, Schmidt fue la primera persona en detectar un agujero negro, aunque su naturaleza no se explicó bien en el momento de su descubrimiento.

En 2019, un equipo científico liderado por Reinhard Genzel y Andrea Ghez comprobaron empíricamente su existencia, lo que les valió el Premio Nobel de Física de 2020 a partir de las mediciones tomadas por el telescopio Keck de Hawaii.

De hecho, la posibilidad de crear un agujero negro en un laboratorio es un objetivo que los científicos están persiguiendo activamente y que podría permitir a los investigadores responder muchas preguntas fundamentales sobre la mecánica cuántica y la naturaleza de la gravedad. Un agujero negro normalmente se forma cuando muere una estrella mucho más masiva que nuestro sol.

Puede que sean algo completamente distinto. Si te sumergieras en un agujero negro (algo que no recomendaríamos), probablemente encontrarías una singularidad, o un punto infinitamente pequeño y denso, en el centro. O eso es lo que los físicos siempre han pensado.

Los agujeros blancos son los inversos temporales de los negros, en lugar de capturar todo en su interior, lo expulsan. / NASA. Objetos astrofísicos identificados como agujeros negros podrían ser, en realidad, estrellas de gran densidad.

En términos astronómicos, no tanto. La supernova más poderosa registrada hasta ahora (ASSASN-15lh) fue 22 billones de veces más explosiva de lo que será un agujero negro en sus momentos finales . No importa cuán pequeño o masivo sea un agujero negro, sus fuegos artificiales finales son exactamente los mismos.

A pesar de su abundancia, no hay motivo para entrar en pánico: los agujeros negros no devorarán la Tierra ni el Universo. Es increíblemente improbable que la Tierra caiga alguna vez en un agujero negro . Esto se debe a que, a distancia, su atracción gravitacional no es más poderosa que la de una estrella de la misma masa.