¿Qué diferencia hay entre una estufa y una chimenea?

Sin lugar a dudas, la diferencia más evidente entre las chimeneas insertables y hogares y las estufas está en su instalación. Mientras las chimeneas se integran en la pared, las estufas son un elemento exento a ésta.

Teniendo en cuenta la potencia de cada uno de los dos aparatos, sería bueno optar mejor por una estufa si se necesita calentar una estancia de gran superficie, dado que las estufas tanto de leña como de pellets, presentan un mayor rendimiento calorífico que una chimenea, ya sea abierta o cerrada.

La principal diferencia entre una estufa y una chimenea de leña es la forma en la que reparten el calor. Mientras que la chimenea utiliza la inercia térmica para repartir el calor, la estufa calienta un espacio rápidamente. Por eso, las chimeneas suelen ser de piedra o ladrillo y las estufas, de metal.

Y es que los insertables son mucho más seguros, aprovechan mucho más el calor al quemar los troncos de leña consiguiendo un consumo más bajo y un rendimiento más alto que se traduce en mejor confort y más temperatura con mayor ahorro.

Para hacer una buena elección, además de los metros cuadrados, se necesita saber el nivel de aislación térmica de la vivienda, la temperatura hasta la cual se quiere calefaccionar, si el recinto tiene o no tiene buena ventilación y cuánto dinero estoy dispuesto a gastar mensualmente en calefacción, entre otros.

El motivo del uso de la estufa eléctrica es que no tenemos que usar ni leña, ni pellet de madre, ni combustión y tampoco nos afectará el aire, de este modo no dañaremos al medio ambiente, lo único es el consumo de la energía eléctrica el cual aumenta la temperatura de las resistencias en su interior, es el modo en el ...

En promedio, una estufa o chimenea de leña bien diseñada y correctamente instalada puede alcanzar temperaturas que oscilan entre los 400 y 700 grados Celsius.

Según su potencia (que se mide en kilowatios, kW), las estufas de leña pueden calentar entre 25 y 150 m2. Para hacer un cálculo aproximado, piensa que 1 kW puede calentar entre 10 y 12 m2 en casas con un aislamiento medio. También influye la altura de los techos la zona climática donde esté situada la vivienda.

En general, las estufas a gas, parafina y leña son las que más espacios calientan. Las estufas a pellets son muy efectivas al momento de calefaccionar grandes espacios, pero debes tener en cuenta la legislación actual que existe sobre el uso de ese tipo de estufa.

En general, una estufa de leña de buena calidad puede durar de 15 a 20 años si se le da el mantenimiento adecuado y se utiliza de manera responsable.

Opciones de protectores térmicos para tu pared

Piedra natural. Es la opción más habitual. Normalmente este tipo de piedras tienen un grosor de 4 a 6 centímetros y, junto con el grosor del cemento de la pared, aisla y protege la pared bastante bien.

Además de la contaminación por partículas, el humo de leña contiene muchos contaminantes del aire nocivos tóxicos que incluye: benceno, formaldehído, acroleína e hidrocarburos aromáticos policlínicos (PAH, por sus siglas en inglés).

La salamandra es una estufa inventada en 1743 por Benjamin Franklin,​ considerada el primer sistema de calefacción moderna no integrado en la construcción.

Tipos de leña para estufas y chimeneas

Estufas de gas

Tras las de carbón o leña, la de gas es una de las más tradicionales, y su fama se debe a que son uno de los tipos de estufa que menos consumen. El combustible es mucho más económico si lo comparamos con la electricidad. Además, con el paso de los años cada vez son más seguras para los consumidores.

Las estufas de gas radiante son las más económicas y potentes entre todas las estufas de este tipo. Su funcionamiento se produce mediante un panel infrarrojo de alto rendimiento, normalmente cerámico, que permite calentar estancias de hasta 35 metros cuadrados.

Estufas de gas

Los modelos más sencillos y asequible son de tipo radiante, pero también hay modelos catalíticos y de llama azul, siendo estas últimas las más eficientes, en tanto que proporcionan más calor y menos emisiones de CO2.

Los tipos de estufa más habituales son las de pellet, de gas, de parafina, eléctricas, y las biochimeneas, que funcionan con bioalcohol. Las estufas eléctricas y de gas son muy habituales, aunque las estufas de pellet han supuesto una auténtica revolución, ya que son una opción limpia, eficiente y segura.

Suelen consumir unos 300 gramos de gas por hora y normalmente pueden calentar habitaciones de unos 30 m2 (aunque hay modelos con mayor potencia que permiten calentar una estancia más grande).

Desventajas de las estufas de inducción

Son las más costosas que las convencionales, por lo que se necesitaría una mayor inversión inicial, pero a largo plazo puesto que la vida útil de estas estufas es mayor.

Se necesita una potencia de 0.1 kW, es decir, se necesitan 100W por m² que se quiere calentar, unos 0,1kW por m². Para una vivienda de 100 m², la potencia de la estufa debe ser de 10 kW (se establece una altura de techo de 2.50 m para realizar el cálculo).

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180 mm para un hogar abierto; 180 mm para un hogar cerrado o un insert que pueda funcionar con la puerta abierta; 150 mm para un hogar cerrado, un insert o una estufa de leña que funcione con la puerta cerrada.

Por ello, la ubicación ideal para instalar el calefactor sería un lugar que esté alejado de cortinas, alfombras, muebles, u otros objetos que pudieran prenderse fuego. Esto no solo evitará daños materiales, también ayudará a mantener la seguridad de la familia y de los vecinos.

Por eso, una de las preguntas que más se suele hacer la gente sobre la calefacción es cuánto tiempo va a tardar en calentar su casa y conseguir una temperatura adecuada. El tiempo medio suele ser situarse entre 15 minutos y una hora, aunque esto depende de muchos factores, por lo que puede variar mucho.