¿Qué efectos tiene el alcohol en el hígado?

El hígado es uno de los órganos más afectados por el consumo de alcohol al metabolizar el 90% que absorbe el organismo. Los efectos nocivos del alcohol en el hígado provocan tres síndromes evolutivos: hígado graso, hepatitis alcohólica y cirrosis hepática alcohólica.

Bebidas alcohólicas que hacen más daño al hígado

En términos generales, los alcoholes que se obtienen por destilado son los que pueden resultar más dañinos por su alta cantidad de esta sustancia. Algunas de ellas son: Tequila: de 35 a 55 grados de alcohol. Mezcal: 35 a 55 grados de alcohol.

Sorprendentemente, tan sólo cuatro semanas después de dejar de beber, los daños causados en el hígado tras años de consumo excesivo de alcohol comenzaron a repararse por sí mismos.

Alta presión arterial, enfermedad cardiaca, accidentes cerebrovasculares, enfermedad del hígado y problemas digestivos. Cáncer de mama, boca, garganta, laringe, esófago, hígado, colon y recto. Problemas de aprendizaje y memoria, como demencia y bajo rendimiento escolar.

Evite las comidas altas en calorías, grasas saturadas, carbohidratos refinados (como pan blanco, arroz blanco y pasta regular) y azúcares. Haz ejercicio con regularidad. La actividad física constante ayuda a quemar triglicéridos y también puede reducir la grasa del hígado. Vacúnate.

En principio, cabe recordar que los especialistas en nutrición coinciden en que la bebida que más afecta al hígado es el alcohol, puesto que hace más difícil que el hígado descomponga y elimine las toxinas.

Sin embargo, a pesar de la mala fama que tienen las bebidas alcohólicas, existe una de ellas en especial que, de acuerdo con los especialistas en el tema, es la más sanas, al punto de no subir los niveles del azúcar o glucosa en la sangre. Se trata del tequila.

Dejar de beber durante 30 días podría mejorar notablemente los niveles hepáticos, la presión arterial y el colesterol. No solo eso, “tras cuatro semanas sin ingerir alcohol las personas muestran un menor riesgo de desarrollar cáncer y diabetes”, explica Sophie Borland en 'The Advertiser'.

¿Por qué dejar de beber alcohol? Aquellas personas que consumen bebidas alcohólicas a diario añaden entre 100 y 200 calorías a su organismo. Además, dejar el alcohol reduce el olor corporal, mejora la salud de las uñas y el cabello, y te permite bajar de peso.

Entre los signos y síntomas, se incluye lo siguiente: Ser incapaz de limitar la cantidad de alcohol que bebes. Tener la intención de reducir la cantidad que bebes o haberlo intentado sin éxito. Dedicar mucho tiempo a beber, conseguir alcohol o recuperarse del consumo de alcohol.

El estudio muestra que, en relación al riesgo de cáncer, fumar es mucho más peligroso que consumir alcohol. Pie de foto, En las mujeres, el consumo de alcohol está asociado al aumento del riesgo de cáncer de mama.

Con estos datos, el cardiólogo emite un dictamen: "Es claramente peor beber mucho ocasionalmente que poco a diario, siempre que sea consumo de vino o cerveza". La cosa cambia si pasamos a bebidas alcohólicas más fuertes y de mayor graduación, como pueden ser el ron, tequila, aguardiente, anís, whisky o vodka.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) determina que cuando una persona sobrepasa los 1.250 ml diarios, es decir, 4 o 5 cervezas, se puede considerar alcoholismo. Por esta razón, debes tener en cuenta si habitualmente sobrepasas este límite y si además, beber se ha convertido en un hábito que no puedes evitar.

posee entre 10 y 13 g de alcohol, concluimos que a partir de 2-3 unidades de alcohol diarias en hombres y 1-2 unidades en mujeres se incrementa significativamente el riesgo de daño hepático.

Las patatas fritas, las hamburguesas, algunas salsas y la comida basura en general puede ser perjudicial para el hígado. Este tipo de alimentos se incluye en la lista de alimentos malos para el hígado principalmente por su alto contenido en grasas trans que hacen que las digestiones sean más pesadas.

La cirrosis inducida por alcohol generalmente es provocada por beber demasiado durante muchos años. No hay una cantidad específica de alcohol que cause cirrosis alcohólica; las cantidades que pueden causar daño varían según la persona.

De acuerdo con diversos estudios, la bebida alcohólica que menos daño hace a los riñones es el vino tinto no solo por su bajo porcentaje de alcohol, sino por sus propiedades.

En promedio, el hígado puede metabolizar 1 bebida estándar por hora para los hombres, o alrededor de 0.015g / 100mL / hora (es decir, una reducción del nivel de alcohol en sangre, o BAC, en 0.015 por hora).

No bebedores. Bebedores de escasa cantidad diaria: (mujeres y hombres) menos de una copa de vino o cerveza al día. Bebedores moderados: mujeres (hasta dos copas de vino o cerveza diarias) y hombres (hasta tres copas de vino o cerveza diarias).

Desde el punto de vista calórico más adaptado al consumo real, una copa de vino tinto de 125 ml contiene alrededor de 88 kcal y una lata de cerveza de 330 ml contiene 132 kcal. La diferencia la marcará la cantidad de unidades que consumamos.

Sin embargo, para aquellos que no queremos renunciar por completo a disfrutar de un buen trago, mientras mantenemos una buena dieta, hay que saber que el whisky es una de las mejores opciones. En comparación con la cerveza o el vino, el whisky ofrece una alternativa bastante más baja en calorías.

Esta bebida se elabora con vino tinto, que es bajado por gaseosa. También se puede usar el limón para poder elaborarlo. Según la OCU, en un vaso de 330 mililitros, se generan 125 kilocalorías, cerca del doble de las que se producen con la cerveza. Esto es, el tinto de verano engorda más que una cerveza.

Si dejas de beber durante un mes, tu salud y bienestar general mejorarán considerablemente. Además de dormir mejor, te sentirás menos cansada y perezosa. Los niveles de concentración y memoria aumentarán como resultado del descanso de calidad y es probable que tu estado de ánimo y su salud mental también mejoren.

A largo plazo, el alcohol aumenta el riesgo de varios cánceres, incluyendo cáncer de hígado, boca, garganta, laringe, esófago, colon y recto. Incluso algunas bebidas a la semana están relacionadas con un mayor riesgo de cáncer de mama en las mujeres.

Siga su plan para manejar las ganas de beber. Recuérdese a sí mismo por qué decidió dejar de beber. Hable con alguien de confianza cuando tenga ganas de beber. Piense en una manera amable pero firme para negarse a beber cuando le ofrezcan un trago.

Exposición al acetaldehído: el metabolismo del alcohol, principalmente por el hígado, genera el compuesto acetaldehído, un subproducto tóxico y de corta duración que contribuye a la inflamación del hígado, páncreas, cerebro, tracto gastrointestinal y otros órganos.

Por último, lo que no debería comer después de ingerir alcohol son alimentos altos en grasa como la leche, carnes grasosas, preparaciones fritas o incluso un caldo con bastante grasa, ya que "aún hay gran cantidad de alcohol en sangre y este consumo podría saturar el hígado".