¿Qué es la viña del Señor?

La Palabra nos invita a mirarnos como viña del Señor, que cultivada por el amor divino tiene por vocación dar frutos de santidad y gracia. Además, se nos advierte de un gran peligro: querer usurpar el puesto de Dios, con lo cual sobreviene una ruina sin medida.

Terreno plantado de muchas vides. 1. f. Conjunto de fieles guiados o doctrinados por un ministro del Señor.

La viña y la uva a la Biblia es también metáfora de la caridad y de pensar con los desfavorecidos: Cuando segáis los sembrados, no llegáis hasta el deslinde del campo ni recogéis las espigolalles. Y en la vendimia, igualmente: no esgotimeu la viña ni recogéis los grandes que han caído.

Se trata de un propietario (Dios) que se dedica a contratar trabajadores (todo el género humano) para su viña (el Reino). Aquí hay que tener presente que Dios llama siempre, pero requiere de un alma generosa que perciba ese llamado.

Y así entre nosotros la expresión significa: 'sin cálculo ni reflexión o sin conocimiento del asunto'.

Jesús cuenta la parábola de los trabajadores de la viña para explicar con más detalle cómo es el Reino de Dios .

A menudo se ha interpretado que la parábola significa que incluso aquellos que se convierten tarde en la vida obtienen recompensas iguales que los que se convierten temprano, y también que las personas que se convierten temprano en la vida no necesitan sentir celos de los que se convierten más tarde.

El uso más famoso del simbolismo de la viña en el Antiguo Testamento aparece en Isaías 5, donde se nos dice: “La viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel”. En su “cántico” de la viña Isaías recuerda el trato esmerado y amoroso que el dueño (Dios) dio a su viña (Israel) .

Isaías lo utilizó para transmitir que la justicia y la rectitud, no se pueden llevar a cabo a medias. No importaba que desde la distancia las uvas en la vid de Israel se miraban como las uvas que Dios quería. Era la inspección de cerca la que contaba.

En el Antiguo Testamento, la metáfora de la vid y la viña se utiliza con bastante frecuencia para describir a Israel . Israel es la vid que Dios ha plantado. En el Salmo 80, el salmista le dice a Dios: Nos sacaste de Egipto como si fuéramos una vid tierna... nos limpiaste la tierra, echamos raíces y llenamos la tierra.

El “hijo” representa a Jesús (as), de rango más elevado que los profetas anteriores, a quien los judíos agarraron e intentaron matar. Después de esto, Jesús (as) afirma que aparecerá el “dueño de la viña”, lo que apunta al Profeta Muhammad (sa), que era el más exaltado y jefe de los profetas (33:41).

La viña, como dijéramos, era un símbolo para hablar de Israel como nación gobernada por Dios. Aquí es un símbolo del reino de los cielos. Si el dueño necesita obreros para trabajar en su viña significa que el reino es algo que se construye en cooperación con Dios, no algo que Dios realiza por sí solo.

Además, sabemos que Dios por Su abundante gracia recompensa a quienes trabajan fielmente para Él con poder para obtener riquezas para satisfacer sus necesidades (Deuteronomio 8:18), larga vida (Salmo 91:16), sanidad del cuerpo y del alma ( 1 Pedro 2:24), paz del corazón (Filipenses 4:6-7), consuelo en la aflicción (Salmo 119:50), superior...

La casa de Dios , la morada de Dios, es la iglesia, la cual es edificada por Cristo creciendo en los creyentes y haciendo Su hogar en sus corazones (Efesios 2:21-22).

Isaías 27:2-3 NVI

«Canten en aquel día a la viña escogida: Yo, el SEÑOR, soy su guardián; todo el tiempo riego mi viña. Día y noche cuido de ella para que nadie le haga daño.

un edificio dedicado al culto religioso ; una iglesia, sinagoga, templo, capilla, etc. También Casa de Dios.

En sentido general, “los primeros” son los privilegiados, prestigiosos y egoístas que salen adelante en esta vida desafiando los mandamientos de Dios. Pero recibirán condenación en la vida venidera. “Los últimos”, aunque rechazados por el mundo, recibirán una gran recompensa en el cielo.

En la parábola de Jesús, el propietario de la tierra vuelve a ser el Señor y la viña es Israel. Esta vez, sin embargo, hay inquilinos que trabajan el viñedo. Están destinados a representar a los líderes religiosos de Israel . Están encargados de cuidar—cuidar y hacer crecer—las vides en el campo.

La vid produce las uvas, fruto con el jugo del cual se produce el vino. Por el contrario las vides salvajes o silvestres, no cultivadas, poseen unas hojas más ásperas, y las uvas son pequeñas y de sabor agrio.

Debido a su estrecha relación con la vida continua de la comunidad, en asociación con el grano y el aceite, el vino también es representativo de las bendiciones del pacto que Dios prometió a Israel por obediencia, y que Él retendría por desobediencia .

El punto del profeta es que el juicio de Dios traerá lo contrario de lo que esperan . El Señor es el amigo amado por Isaías. La viña le pertenece (5:7). “Bien amado” es hablar del Señor.

¿Qué más se podría haber hecho por mi viña que yo por ella? Cuando busqué uvas buenas, ¿por qué sólo dieron malas? Ahora os diré lo que haré con mi viña: quitaré su cerco, y será destruida; Derribaré su muro y será pisoteado.

La segunda venida de Jesucristo dará principio a un período de mil años de paz en la tierra, que se llamará el Milenio. Los malvados serán destruidos cuando venga el Salvador, pero los que estén preparados para recibirlo se salvarán de la destrucción y se regocijarán con Él.

La imagen de la vid se empleaba en el Antiguo Testamento para significar al pueblo de Israel​. En el Nuevo Testamento, al hablar de los sarmientos, expresa cómo Jesús y quienes están unidos a Él forman el nuevo Israel de Dios, la Iglesia, cuya cabeza es Cristo.

Jesucristo es la vid que ha inclinado sus frutos para que comamos y seamos saciados . Él es el sarmiento y las uvas que se convirtieron en vino en el cáliz para que lo bebiéramos. Es aplastado para que otros beban de él y vivan. Esto es lo que significa producir buenos frutos.

El versículo se refiere a los creyentes gentiles que fueron injertados en la nación de Israel . Una vez no fueron parte de ellos y ahora han sido cuidadosamente podados y colocados dentro, capaces de recibir las abundantes riquezas y bendiciones que se prometen a Israel.

“Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores?” (v. 40). La audiencia contesta correctamente, sin entender que con su respuesta se incriminan a sí mismos. “A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores que le paguen el fruto a su tiempo” (v.