¿Qué es mejor pasta fresca o seca?

La pasta fresca es mejor para acompañar salsas con base de mantequilla o cremosas, mientras que la pasta seca funciona muy bien con salsas abundantes como la boloñesa. Aún así, todo depende de gustos. Hay a quien le gusta más la pasta fresca por su sabor y textura y quien prefiere la pasta seca por su versatilidad.

Aunque los dos tipos en origen son pasta fresca, en el caso de la pasta seca se somete a un proceso de deshidratación, mientras que la pasta fresca no lo contempla, no se somete a proceso de secado alguno y se consume tal cual.

Un beneficio de la pasta fresca artesanal es que absorbe mucho mejor el sabor de las diferentes salsas que añadimos a los platos, cosa que la pasta seca o la pasta industrial no hace.

Principales propiedades de la pasta

La pasta más saludable, ya sean espaguetis, macarrones, raviolis, tallarines y un largo etcétera…, es la integral. Beatriz Robles, tecnóloga de alimentos y dietista-nutricionista, confirma que, desde el punto de vista nutricional, “conviene que tanto el arroz como la pasta sean integrales”.

En general, la pasta fresca casera puede durar hasta 2 días en la nevera, mientras que la pasta seca comprada en la tienda puede durar entre 4 y 5 días. Eso sí, siempre es importante guardarla en un recipiente hermético para que no se contamine con otros alimentos y se mantenga fresca por más tiempo.

Frigorífico. El frío, como es bien sabido, frena el desarrollo de los agentes patógenos. Se ralentiza, no se detiene, por lo que la pasta fresca puede conservarse en la nevera durante 2 o 3 días, no más. Lo importante es ponerlo en un recipiente hermético como un Tupperware, o en bolsas de comida bien cerradas.

La pasta fresca tiene una textura más suave y más delicada, mientras que la pasta seca es más firme y resistente a la cocción. Esto hace que la primera sea ideal para salsas más ligeras y platos más delicados, mientras que la seca es más adecuada para salsas más espesas y platos más robustos.

La pasta fresca debe ser suave y ligeramente húmeda al tacto, mientras que la pasta seca debe ser dura y quebradiza. Si notas que la pasta tiene una textura pegajosa, viscosa o demasiado blanda, podría ser un signo de que está en mal estado.

Usar una olla pequeña para cocer la pasta.

En el caso de cocinar espaguetis o tallarines, asegúrate de usar una olla grande para que no se queden pegados en la superficie.

Es un alimento nutritivo

A diferencia de los falsos mitos, la dieta que incluye pasta es considerada una alimentación sana y balanceada, ya que se compone de vitaminas B y hierro que previenen enfermedades cardiovasculares, Alzhéimer y obesidad.

La pasta seca no necesita refrigeración y se puede guardar en un estante o armario de la cocina dentro de un recipiente hermético. Es fácil y práctico.

Cuando la pasta se haya secado lo suficiente, colócala en una bolsita hermética o en un tupper y métela en la nevera. De esta manera la pasta se conservará fresca hasta 3 días.

Los beneficios de la pasta refinada son superiores a los del arroz blanco, pero cuando pasamos a las variedades integrales las tornas se alternan. En términos de beneficios globales, como su contenido en fibra y minerales, el arroz integral supera a cualquier variedad de pasta.

"La densidad calórica del arroz y la pasta son bastante similares desde el punto de vista práctico: unas 350 kcal por cada 100 gramos el arroz, frente a 370 kcal, la pasta. Sin embargo, en cuanto al valor nutricional sí que hay mayor diferencia entre ellos", explica la endocrino Beatriz Lardiés.

A este respecto, punto para el arroz. Haciendo referencia a los índices glucémicos, gana la pasta. Antes de todo aclarar que el índice glucémico (IG) es una cifra que representa la velocidad a la que un alimento hace subir la glucosa en sangre. La glucosa es considerada el alimento con mayor IG con un valor de 100.

¿Cómo conservar pasta sin que se pegue? Esto es tan sencillo como añadir un chorrito de aceite de oliva virgen extra antes de meterla en el frigorífico. No olvides remover bien para que el aceite se impregne en toda la pasta y no quede en el fondo del recipiente.

REGLAS PARA UNA BUENA COCCION DE PASTA FRESCA CONGELADA

– Se debe respetar la proporción de un litro de agua salada hirviendo por cada 100 gramos de pasta. – Una vez introducida la pasta en el agua hirviendo, esperar 30/40 segundos antes de remover. Esto es imprescindible para la pasta Larga.

Deja enfriar primero un poco la pasta ya cocida y luego mézclala con un chorrito de aceite de oliva. El aceite hará que puedas separarlos fácilmente unos de otros al descongelarlos. A continuación, introduce la pasta en una bolsa de congelación Ultra-Zip^® de Albal^® y ciérrala herméticamente.

En cuanto a la pasta fresca, los gramos por persona son diferentes a los indicados en seca. Si elegimos pasta fresca rellena necesitaremos 150 gramos para una ración de una persona adulta y 80 para niños. En el caso de los gnocchis, pasta de patata, la cantidad ideal son 130 gramos.

En caso de dejarla al descubierto, es recomendable asegurarse de que no ha entrado humedad en el producto. Por otro lado, la pasta fresca, la que debe guardarse en la nevera, no debería ser consumida al pasar 5 días, pues contiene huevo.

Se estima que los guisos pueden aguantar bien en la nevera entre 3 y 4 días. Para comer las lentejas de forma distinta, puedes añadirlas a ensaladas, hacer un hummus con ellas, servirlas como acompañamiento de carnes o incluso usarlas para hacer hamburguesas vegetales.

La pasta fresca requiere un proceso de secado antes de ser cocinada para que no se nos pegue y quede correosa cuando la vayamos a cocer.

Por otro lado, la pasta fresca:

No se somete a ningún proceso de secado y dura menos que la pasta seca. Dentro de las pastas frescas también hay diferencias, entre el norte y el sur de Italia: en el norte la preparan con huevo, harina de trigo y agua; mientras que en el sur se utiliza únicamente sémola de trigo y agua.

· Se denominan Pastas Frescas Artesanales únicamente los productos que se elaboran en forma manual o semiautomática y que se comercializan en el mismo sitio de su elaboración, sin obligación de envasado y rotulación.

Guardarla en un recipiente hermético con tapa, puede ser de plástico o de cristal, mucho mejor si es bajito y ancho, para aprovechar mejor el espacio y que no permita la entrada de aire en el interior. Poner en la base del recipiente papel absorbente o un trapo limpio de lino o algodón.

Por ejemplo, en el caso de la pasta carbonara variará según el ingrediente que hayamos empleado para hacer la salsa: si es de huevo, como máximo debería estar 2 días, mientras que si es de nata puede aguantar hasta 3. Estos plazos no son una cuestión baladí.