¿Qué es un vino de aperitivo?

¿Qué es un vino de aperitivo? Son bebidas espirituosas con principios amargos obtenidas por destilación o por maceración de hierbas en alcohol que sin embargo pueden o no contener vino.

7 vinos que no pueden faltar en tus aperitivos

Los aperitivos suelen ser bebidas ligeras, refrescantes y con un sabor amargo o herbáceo. Algunos ejemplos comunes de aperitivos son el vermut, el Campari, el Aperol, la sidra o el vino blanco seco. También pueden servirse acompañados de pequeños bocados o aperitivos ligeros.

Las bebidas aperitivas suelen tener un sabor amargo, se beben antes de las comidas para abrir apetito, suelen ser bebidas con bajo porcentaje de alcohol. Su origen viene de los egipcios romanos y griegos que los usaban para fines medicinales.

Tal y como sus nombres indican, los aperitivos y los digestivos están destinados para comenzar y finalizar las comidas respectivamente. Mientras los aperitivos preparan nuestro sistema para la comida, los digestivos hacen exactamente lo contrario, y nos ayudan en el proceso de la digestión.

Los vinos blancos van muy bien con platos de aves. Para la comida de mar se recomienda un Chardonnay o un Sauvignon Blanc. Si se trata de un pescado graso se puede acompañar de un vino tinto ligero como un Malbec. Para las carnes rojas van muy bien los vinos tintos como Malbec o Cabernet Sauvignon.

De esta forma, los entrantes y los primeros platos irán acompañados de vinos blancos secos/semisecos o rosados. En siguiente instancia, con los segundos platos, se servirán los tintos jóvenes y tintos envejecidos (en función de la receta). Por último, los postres irán acompañados de vinos dulces para rematar el menú.

El vermut es un licor aromatizado con hierbas, formado a base de vino neutro de buena calidad, un toque de absenta o ajenjo y otras especies amargas y tónicas. De productos para macerar este licor hay cientos, los que se pueden combinar de mil maneras diferentes.

El aperitivo es una bebida o pequeña cantidad de alimento que se toma antes de una comida principal para estimular el apetito. Este se toma antes de comer al mediodía o antes de cenar, aunque suele ser más común el primero.

La hora del vermut, ese momento entre el mediodía y el almuerzo, es el momento perfecto para un aperitivo, y es la bebida que le da nombre la más apropiada para acompañarlo.

Si debemos elegir entre los destilados, los que son menos perjudiciales son el tequila, el whisky y el ron. El tequila cuenta con probióticos y es de los alcoholes más respetuosos con la microbiota intestinal.

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Más opciones:

Bebida, especialmente licor, que se toma para facilitar la digestión.

Cócteles digestivos: sus fórmulas están compuestas por sabores dulces y son cortos. La principal función de estos cócteles es que facilitan la digestión de los alimentos. Se pueden preparar a base de jarabe de cereza, granadina, melocotón, fresa, tamarindo, crema de leche, helados y licores dulces.

Graduación Alcohólica de Licor Amaretto Disaronno: 28 grados.

Un vino con cuerpo, suave y además de ser flexible para maridar es el Merlot. Otra opción recomendada de cuerpo más ligero y frutal con notas de frutos rojos es el Pinot Noir. Vino rosado: Si prefieres algo más fresco y afrutado, un vino rosado es una buena opción.

Un buen vino debe tener una textura suave y aterciopelada, con un equilibrio adecuado entre los taninos, la acidez y el alcohol. Luego, debes evaluar el sabor del vino. Un buen vino debe tener un sabor intenso y complejo, con matices de frutas, especias u otros sabores distintivos.

Cuando se habla de cenas románticas ya sea dentro de casa o fuera, el vino tinto es considerado el acompañante ideal.

El vino tinto se suele asociar a las carnes, por su sabor, aroma y estructura. El vino blanco se sirve frecuentemente para acompañar pescados y mariscos. También pastas, arroces… El vino rosado es perfecto para aperitivos, mariscos, vegetales, huevos y arroces.

En general, vinos blancos frescos y crujientes, rosados o tintos de cuerpo medio o ligero, se consideran las mejores alternativas. Lo importante es evitar vinos con mucho cuerpo, ya que sus taninos chocarán incluso con una gota de jugo de limón, uno de los ingredientes más comunes que se añade a los pescados.

Pastas, y preparaciones con quesos maridan bien con la cepa merlot. Para pastas con salsas blancas, el Chardonnay es una muy buena opción, y para pastas a base de salsas rojas, los tintos afrutados maridan perfecto: merlot joven, malbec joven, tempranillo.

El vermut es un vino macerado en botánicos, muy típico en nuestro país y con siglos de historia, el rey del aperitivo y el tardeo. Martini es el nombre de una marca mítica de vermut, concretamente Martini & Rossi, creada en el siglo XIX, que popularizó esa bebida alcohólica para el resto del mundo.

El vermut rojo es dulce; el vermut blanco es seco

El vermut blanco es un vino mucho más natural, floral y suave, además de que tiene un toque amargo muy bajo. El sabor del vermut rojo es más orientado a especias aromáticas mediterráneas.

El vermut es una bebida muy versátil que se presenta en infinidad de versiones. Cada consumidor lo adapta a sus gustos. Es común tomarlo con hielo, una rodaja de limón o naranja, incluso una aceituna. Hay quien prefiere suavizar un poco su potente sabor con un chorro de sifón o agua carbonatada.

El origen de esta palabra lo encontramos en el latín, en la palabra aperire, del verbo abrir. De ahí se ha desarrollado hasta la idea actual de “abrir el apetito”. De hecho, puede hacer referencia tanto al momento previo a comer como a la propia comida.

En Italia, el aperitivo es toda una institución desde que a finales del siglo XVIII cuando Antonio Benedetto Carpano (Turín) inventó un vino aromático con adición de quina al que llamó vermut y cuya función era tomarlo antes de una comida copiosa para estimular el apetito.