¿Qué gas sueltan las estufas?

El monóxido de carbono es un gas que no tiene olor, y que también es conocido como el asesino silencioso. Este gas proviene de la gasolina que queman los autos o camionetas, los pequeños motores, las estufas, las lámparas, las parrillas, las chimeneas, las estufas y los hornos de gas.

A partir de ahí y al encender la estufa, se produce la combustión del gas butano y oxígeno, desprendiendo principalmete vapor de agua, dióxido de carbono y calor.

Coloración amarilla o anaranjada de la llama de hornallas o estufas. Aparición de manchas de hollín, tiznado o decoloración de los artefactos, de sus conductos de evacuación o alrededor de ellos.

El tiempo que debes ventilar la casa dependerá de la cantidad de gas que se haya liberado y del tamaño de la vivienda, pero lo recomendable es hacerlo durante al menos 30 minutos. Después de ese tiempo, es importante cerrar todas las puertas y ventanas y esperar a que un profesional cualificado revise la instalación.

Diversos especialistas aseguraron ayer que en ningún caso se debe dormir con una estufa encendida, porque la combustión consume el oxígeno y, si es deficiente, genera monóxido de carbono (CO), un gas que no se puede detectar porque no huele y tiene consecuencias fatales.

Las más peligrosas son, sin duda, las estufas de gas butano. El principal riesgo consiste en la emisión de monóxido de carbono, generado en aquellos casos en los que la combustión no se produce de la manera adecuada.

Los síntomas más comunes de la intoxicación por CO son dolor de cabeza, mareo, debilidad, náuseas, vómitos, dolor en el pecho y estado mental alterado.

Instale un detector de monóxido de carbono afuera de cada habitación donde se duerme y en cada nivel de su vivienda. Asegúrese de que los detectores no estén bloqueados por muebles o cortinas. Examine los detectores cada mes oprimiendo el botón de prueba.

El mercaptano tiene un olor muy característico y desagradable que muchas personas comparan con el olor a huevo podrido. Si sospecha que hay una fuga de gas, pero no puede olerla, aún así debe llamar al 911 o al 1‑800‑75‑CONED (1‑800‑752‑6633) desde un teléfono que esté lejos del área.

Para la intoxicación leve por monóxido de carbono, puede ser suficiente tomar aire fresco. Para tratar una intoxicación más grave se administra oxígeno a alta concentración, por lo general, a través de una mascarilla facial. El oxígeno acelera la desaparición del monóxido de carbono de la sangre y alivia los síntomas.

Síntomas de fuga de gas refrigerante

Si nota que su aire acondicionado produce aire caliente o tarda más de lo normal en enfriar la habitación, puede haber una fuga de gas refrigerante en el sistema. Otro signo de una fuga de gas refrigerante es un aumento en el consumo de energía.

· Usar agua y jabón en uniones: Cada vez que coloques un nuevo tanque de gas, coloca unas gotas de agua jabonosa en las uniones para detectar fugas. Si se forman pequeñas burbujas en el agua, significa que hay una fuga y debe solucionarse.

En caso de fuga, cierre rápidamente el paso de gas y las llaves de las hornillas de la cocina. No apague ni encienda la luz, no toque interruptor alguno o linterna, no encienda fósforos o aparatos electrónicos, pues una chispa puede provocar un incendio o una explosión.

Riesgo de intoxicación por monóxido de carbono: El monóxido de carbono se produce cuando se quema un combustible. Es un gas muy peligroso para la salud. Riesgo de chispas y llamas: En las chimeneas abiertas, las chispas y las llamas pueden salir de la chimenea y causar daños a tu hogar.

Es importante saber que una estufa debe estar prendida como máximo tres o cuatro horas, porque el calor provoca humedad y esto afecta a la resistencia de la estufa. Si se trata de una industrial (arriba de los 400 kW) se puede prolongar el uso hasta seis o siete horas.

No conviene que un calefactor eléctrico esté encendido de continuo, pues se puede sobrecalentar. En general, no es saludable tener encendida más de tres horas seguidas cualquier tipo de calefacción, menos aún a su máxima potencia.

En líneas generales, los calefactores eléctricos resultan muy seguros, siendo los calefactores cerámicos o de aluminio los más seguros, pues no usan combustible que puedan generar un incendio.

Estufa de llama azul: son las estufas de gas por convección; son más seguras y eficientes. La ignición del gas se produce a una temperatura más elevada, lo que conlleva un menor consumo de combustible y una mayor emisión de calor.

Si te preguntas si son seguras las estufas de gas, la respuesta es que sí. Estos sistemas de calefacción llevan mucho tiempo entre nosotros y con el paso de los años han recibido numerosas evoluciones orientadas en este sentido.

El monóxido de carbono es un gas altamente tóxico, no tiene color ni olor, pero a este gas natural se le agrega un compuesto sulfurado, que es el mercaptano, que actúa como un aromatizante del gas, y le dá un olor característico que sabe a huevo podrido.

Lesiones por inhalación

ataxia. estado mental alterado. pérdida de la conciencia. coma y (en casos graves) muerte.

El CO se encuentra en los gases producidos por calderas, calentadores de queroseno, vehículos cuyos motores se “calientan” en garajes, estufas (cocinas), lámparas portátiles o faroles, estufas (cocinas) de gas, generadores portátiles, o la quema de carbón o madera.

No use hornos de gas para calentar su vivienda. No use generadores, parrillas de carbón, estufas de campamento ni otros aparatos que funcionen con gasolina o carbón dentro de la casa, en el sótano, en el garaje o fuera de la casa a menos de 20 pies de las ventanas, puertas o salidas de aire.

Estas acciones pueden ser:

La principal es la falta o colapso de oxígeno que se produce en el organismo. Y sus consecuencias se traducen en síntomas puntuales como náuseas, cefaleas, mareos, convulsiones o vómitos, dependiendo de la concentración del gas y el tiempo de exposición.

Depende si la estufa está cerca de la ventana y si el aire se mueve mucho. Le recomiendo que espere hasta que no pueda oler el gas, luego unos minutos, o un hora, más.