¿Qué gen determina la inteligencia?

Según el científico estadounidense Robert Lehrke, el gen relacionado con la inteligencia se encuentra en el cromosoma X y tiene un gran componente hereditario: la madre aporta dos cromosomas X (XX) y por ello, tendría el doble de posibilidades de transmitirla.

El científico estadounidense Robert Lehrke postuló hace años que gran parte del componente intelectual de los individuos está ligado al cromosoma X. Los varones tienen un cromosoma X heredado de la madre, y otro, Y, heredado del padre; mientras que las mujeres tienen dos cromosomas X.

La inteligencia es causa de los genes pero también del ambiente en el que nos movemos. El 70% de nuestro coeficiente intelectual es heredado y 30% proviene de las influencias que recibimos por parte de nuestro entorno. Pero siempre existe mucha controversia al respecto del coeficiente intelectual.

«Nuestros padres nos van a transmitir todo el material genético ya desde la fecundación. El 50 % del material genético proviene del padre y el otro 50 % de la madre.

Al parecer, es la madre quien transmite al bebé la mayor parte de la carga genética relacionada con las habilidades cognitivas y el coeficiente intelectual.

Cada óvulo y cada espermatozoide tiene una mitad del conjunto de cromosomas. Cuando se unen, le dan al bebé el conjunto completo de cromosomas. Por lo tanto, la mitad del ADN de un bebé proviene de la madre y la otra mitad, del padre.

«Nuestros padres nos van a transmitir todo el material genético ya desde la fecundación. El 50 % del material genético proviene del padre y el otro 50 % de la madre. Cada descendiente heredará una combinación única. En esa información genética, que está contenida en el ADN, estarán las claves para el desarrollo.

Debido a que están más relacionados emocionalmente con sus madres desde la primera infancia, los niños terminan compartiendo y absorbiendo muchas de sus características intelectuales. Y este es otro factor que contribuye a la hipótesis de que la inteligencia la hereda la madre.

En los últimos años, tras diferentes estudios, se señala que aproximadamente el 50% es hereditaria y el otro por ciento depende del entorno y la educación. Por tanto, parece ser que deben darse muchos otros factores, además de la carga genética, para que una predisposición intelectual se manifieste.

La inteligencia humana depende de las conexiones cerebrales y no de diferencias entre distintas zonas del cerebro, ha descubierto un estudio. Cuando estas conexiones son más intensas, el cerebro selecciona rápidamente la información importante y la procesa con rapidez, descartando lo irrelevante.

Si eres alto, lo más probable es que tu padre y tu madre también lo sean. Y aunque esta observación pueda resultar evidente, para los científicos siempre ha sido un misterio entender -más allá de la importancia de los genes para determinar la altura- los elementos genéticos clave que explican las variaciones.

La inteligencia comenzó con la aparición de la primera célula inteligente que siguió la inexorable ruta de la evolución hasta conducir a la identificación de la humanidad y, de acuerdo con sus características, a la de cada individuo en particular.

Las pruebas que se utilizan más ampliamente incluyen: Escala Wechsler de Inteligencia Preescolar y Primaria. Las Escalas de Inteligencia de Stanford-Binet. Escalas de Capacidad Diferencial.

En definitiva, las emociones mismas, como el miedo, el odio o el amor, no se heredan, pero sí heredamos una predisposición biológica para adquirirlas con mayor o menor facilidad y, sobre todo, para expresarlas con fuerza diferente en cada persona.

«Nuestros padres nos van a transmitir todo el material genético ya desde la fecundación. El 50 % del material genético proviene del padre y el otro 50 % de la madre. Cada descendiente heredará una combinación única. En esa información genética, que está contenida en el ADN, estarán las claves para el desarrollo.

La mitad de la información genética viene del padre y, la otra mitad, de la madre. De ahí que tengamos algunas características semejantes a ellos. A estos caracteres se les denomina hereditarios.

Los científicos estiman que del 20 al 60 por ciento del temperamento está determinado por la genética. Sin embargo, el temperamento no tiene un patrón claro de herencia y no hay genes específicos que determinen rasgos del carácter específicos.

Además, otra diferencia entre altas capacidades y superdotación, sería que cuando nos referimos a altas capacidades se podría hablar de niños con capacidad o potencial, mientras que el superdotado es ya un joven o adulto que ha podido desarrollarse en muchas habilidades o áreas del conocimiento.

Muestran alta motivación, perseverancia y perfeccionismo en relación con determinados temas, con los que pueden quedarse absortos si son de su interés. Se muestran muy sensibles y pueden necesitar soporte emocional. Tienen un sentido ético muy desarrollado. Son autocríticos.

Altas Capacidades Intelectuales es un concepto que engloba, sobredotación, talento y precocidad intelectual. Simplificando mucho y para entenderlo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que los superdotados son aquellos niños que tienen un coeficiente de inteligencia igual o superior a 130.

El gen Rh positivo es dominante (más fuerte) e incluso cuando se combina con un gen Rh negativo, el positivo prevalece. Si una persona tiene los genes + +, el factor Rh de la sangre será positivo. Si una persona tiene los genes + -, el factor Rh de la sangre también será positivo.

El 50 % del material genético proviene del padre y el otro 50 % de la madre. Cada descendiente heredará una combinación única. En esa información genética, que está contenida en el ADN, estarán las claves para el desarrollo.

El ganador de esta categoría ya lo conocemos. ¡Y es que se trata del gen TTN! Este gen tiene 312 exones, que codifican para la proteína más larga del cuerpo humano, la titina. ¡Doble récord!

Si la expresión de un rasgo requiere sólo una copia de un gen (un alelo), ese rasgo se considera dominante. Si la expresión de un rasgo requiere 2 copias de un gen (2 alelos), ese rasgo se considera recesivo.

Los humanos heredan la forma de la nariz de sus padres, pero en última instancia, la forma de la nariz de alguien y la de sus padres fue formada por un largo proceso de adaptación a nuestro clima local, según un equipo internacional de investigadores.