¿Qué hacer para que duren más los tomates?

Una temperatura constante de entre 20 y 23ºC es la ideal para conservar esta hortaliza en casa. Siempre debemos poner los tomates en un lugar fresco, seco y alejado de fuentes de calor y de la luz directa del sol. La despensa es el lugar idóneo para hacerlo. Tampoco debemos guardarlos muy amontonados.

Un truco sencillo y eficiente

Una manera muy sencilla, oculta y poco conocida de conservar los tomates para evitar que sigan madurando dentro del refrigerador es voltearlos, es decir, cubrir el punto por donde pierden la humedad.

La piel de la hortaliza es la encargada de conservar la humedad en el interior del tomate. Pese a que cumple su función perfectamente, favoreciendo su conservación, tiene un punto débil: el lugar por el que están conectados al pedínculo y al resto de la planta.

Para congelar los tomates enteros primero hay que lavarlos muy bien y secarlos con un trapo. Después simplemente es cuestión de ponerlos en una bandeja extendidos en el congelador, y una vez que están congelados, se deben introducir en una bolsa de congelación extrayendo el máximo de aire posible.

Un estudio, recogido por The Telegraph, ha revelado que es posible mejorar el sabor de los tomates que se venden en los supermercados sumergiéndolos en agua caliente antes de que maduren.

Algunos estudios apuntan a que el tiempo máximo recomendado para conservar un tomate maduro sin que pierda cualidades es de tres días. Saca los tomates de la nevera con la suficiente antelación para que se atemperen antes de consumirlos.

Espinacas, canónigos, albahaca, cebollas, escarola, perejil o los tomates troceados -deben guardarse en táper separados del resto- pueden alcanzar los cinco días.

Modo de empleo: Guardar en el frigorífico, abrir y utilizar. Una vez abierto guardar cerrado no más de 5 días.

Lo único que hay que hacer cuando tengamos tomates inmaduros es meterlos en un tupper o envase que tenga un cierre hermético y favorecer que el etileno —que las frutas y frutos desprenden de manera natural— vaya haciendo efecto.

Pelar tomates no es una obligación, pero si lo haces, verás que tus guisos y elaboraciones quedan más jugosas y apetecibles que de costumbre. Esto se debe a que al retirar la piel, el tomate queda más carnoso y dotará de un sabor más refinado a tus platos.

La piel del tomate es un elemento nutricionalmente muy valioso. Por tanto, si no existe ninguna contraindicación lo mejor es consumir tanto la piel del tomate como la de otras frutas y vegetales, ya que nos estaremos beneficiando de todos sus nutrientes.

Según un estudio francés, tomar los tomates con piel puede asegurarte un un 58% más de licopeno y un 99% más de betacaroteno en tus comidas que si los consumes pelados. Y además te ahorras el esfuerzo de pelarlos, potr lo que todo son ventajas.

Como ya hemos comentado, al congelar el tomate pierde su textura y sabor, así que no sirve para platos con este alimento en crudo. Sin embargo, es una muy buena opción para tener siempre a mano tomate, entero o triturado, para las elaboraciones.

Cuando los tomates se congelan, como sucede con muchos otros alimentos, se pelan con mucha facilidad, al descongelarse la piel se separa de la pulpa prácticamente sola.

Se debe introducir en agua fría y no caliente, y esta debe cambiarse alrededor de media hora para que continúe la descongelación y no se temple. Este método debe hacerse entre dos y tres horas dependiendo del tamaño del alimento.

En primer lugar, tenemos al tomate Raf, un tomate que presenta un fuerte contraste entre la acidez y el dulzor. El tomate perfecto para tus ensaladas. En el segundo puesto, la Rosa de Barbastro, se caracteriza por su sabor dulce, piel fina y pulpa consistente.

La pulpa de tomate es un subproducto que se obtiene después de la extracción de la piel, las semillas y la pasta de molienda. Los subproductos de tomate generalmente son utilizados en rumiantes debido a su alto contenido de fibra.

El subproducto del procesado de tomate está constituido por la piel y las semillas. Las pieles de tomate son ricas en fibra y licopeno. La incidencia de cáncer de próstata en hombres, y de mama en mujeres puede ser reducida por la ingesta de licopeno y la fibra alimentaria tiene distintas propiedades beneficiosas.

Hacer conserva de tomate frito en casa es una buena opción para sobrevivir unos cuantos meses y mejorar la calidad de la comida, siempre y cuando el tomate esté de temporada.

La mejor opción es hacerlo, si estás en verano: 3 veces por semana. En caso de que no haga mucho calor o sea temporada de invierno, con 8 veces al mes será suficiente. Procura no mojar excesivamente las hojas, flores y frutos de la planta de tomate y usa siempre que puedas agua de lluvia o sin cal.

Lo recomendable es consumirlo antes de que pasen 2 días desde que se abre, pues cuanto más tiempo transcurre, mayor acidez puede provocar.

La piel arrugada es una señal de que los tomates han pasado su punto máximo de madurez. Los tomates deben estar firmes al tacto pero no demasiado duros o blandos. Una vez que lleve tomates a casa, debe almacenarlos a temperatura ambiente hasta que esté listo para usarlos.

El tomate de colgar (tomata de penjar) es un producto típico de la localidad de Alcalà de Xivert, diferenciado con otras clases de tomates por su calibre, piel, color, larga duración de conservación (entre 4 y 6 meses) y su modo de elaboración artesanal, cosidos con hilo y unidos en una ristra.

Almacene los tomates maduros en un recipiente adecuado para la refrigeración de verduras. Estos no necesitan ser embolsados. Tomates maduros suelen mantenerse de 2 a 3 días en el refrigerador. Si los tomates necesitan madurar, colóquelos en una bolsa de papel cerrada a temperatura ambiente.

¿Cuánto tiempo dura la salsa casera en la nevera? La salsa para pasta hecha en casa puede conservarse en la nevera de tres a cuatro días, según explican desde 'Club Cocina'. En el caso de una comercial que se compra en supermercados, suele durar de 3 a 5 días una vez abierta, dependiendo del fabricante.