¿Qué importancia tiene el regadío?

El regadío es un sector estratégico en nuestro país, puesto que su contribución es fundamental para garantizar alimentos suficientes y sanos a la población, en unas condiciones climáticas de irregularidad en la distribución de lluvias, agravadas por el cambio climático.

Puede resumirse en los siguientes puntos: Fija la población en el territorio. El regadío evita el abandono de las tierras y el despoblamiento de las zonas rurales contrarrestando por otro lado el aumento de la población en zonas industriales o de servicios mucho más pobladas. Reduce la erosión.

Cerca del 78% del agua que va a la atmósfera por evotranspiración agrícola -el proceso de fotosíntesis mediante el cual el agua en las plantas se evapora-proviene de la lluvia; mientras que un restante 26% corresponde al agua de riego.

Mayor eficiencia en el uso del agua y fertilizantes. Obtención de mayor producción y mejor calidad de los productos. Mayor disponibilidad de tiempo a los productores para dedicarse a otras actividades. Mayores ingresos económicos para los agricultores.

Una buena práctica agrícola es contar con la información necesaria para calcular los requisitos de nutrientes y de agua del un cultivo. De esta forma se puede planificar y controlar la fertilización y el riego, supliendo lo necesario para el cultivo. Esto nos facilita obtener plantas sanas y buenas producciones.

La agricultura de regadío consiste en el suministro artificial de agua a los cultivos a través de diversos métodos o sistemas de riego con el fin de cubrir las necesidades hídricas de estos que no son cubiertas por la precipitación, o para incrementar la producción agrícola transformando las zonas de secano.

Los principales cultivos de regadío en España son el Olivo, la Cebada, el Trigo, la Remolacha azucarera, el Maíz, el arroz y los cultivos hortícolas. Estos datos son según superficie cultivada y no en demanda hídrica.

Básicamente hay cinco métodos de riego: Riego de superficie, que cubre toda la superficie cultivada o casi toda. Riego por aspersión, que imita a la lluvia. Riego por goteo, que aplica el agua gota a gota solamente sobre el suelo que afecta a la zona radicular.

El uso de agua agrícola permite cultivar frutas y verduras y criar ganado, que es una parte principal de nuestra dieta. El agua agrícola se utiliza para riego, pesticidas, aplicaciones de fertilizantes, enfriamiento de cultivos (por ejemplo, riego ligero) y control de heladas.

Agrícola, el sector que más desperdicia

La agricultura y ganadería son los sectores que más agua utilizan y los que más la desperdician. Según la Conagua, 57% del total utilizado, se desperdicia principalmente por infraestructuras de riego ineficiente que se encuentra en mal estado, es obsoleta o tiene fugas.

Y al contrario: Si riegas en exceso, las raíces de las plantas terminan ahogándose porque el agua acumulada les impide absorber el oxígeno y los nutrientes a través de las raíces. Como ves, el riego es un factor clave para mantener las plantas y vegetación en buen estado, verdes y frondosas.

El riego por goteo está en el número uno de la lista. Para quienes no conozcan muy bien su funcionamiento, se trata de un sistema que cuenta con un conjunto de tubos interconectados que disponen de pequeños orificios y se sitúan justo al pie de las plantas.

Riego por goteo

Es el tipo de riego más eficiente. Consiste en goteros que distribuyen el agua a las raíces de la planta de forma localizada, de manera constante, uniforme y directa. Además, el riego por goteo es útil en zonas donde el agua escasea y se debe optimizar este valioso recurso.

En verano, lo habitual es tener que regar 2 o 3 veces por semana, mientras que invierno el procedimiento se dilata, y suele ser suficiente con una vez por semana o incluso, cada 15 días.

Con el cambio de temporadas, la temperatura y la humedad en el ambiente cambian y es necesario ajustar la frecuencia en el riego para las plantas. En verano hay que regar de 2 a 3 veces por semana y durante el invierno puede ser suficiente hacerlo cada 10 días.

¿Cuánta agua necesita un jardín? En general, la mayoría de los jardínes necesitan aproximadamente un riego semanal. Si te sirve como truco, hay una clave: es mejor regarlo bien con un riego profundo aunque sea menos frecuente, en lugar de con un riego superficial más recuente que no llegará tan bien a las raíces.

Los árabes son los grandes impulsores de los regadíos en el Sur de Europa. A ellos debemos la difusión de la noria y la mayor complejidad y perfección de los sistemas de conducción de agua para riego. Pero, sobre todo, nos legaron diversas formas de gestión colectiva en la distribución de las aguas.

El agua de riego corresponde a una parte del agua dulce que esta disponible para el uso tanto para consumo humano como para el uso del riego de plantaciones agrícolas. El uso del agua para fines agrícolas es un tema central en cualquier debate sobre los recursos hídricos y la seguridad alimentaria.

La agricultura de secano no emplea riego artificial, sólo recibe agua de las precipitaciones, mientras que en el regadío, se suministra agua a los cultivos de manera artificial.

Por comunidades autónomas, Canarias es la comunidad que tiene más superficie de cultivo regada en relación a su superficie, seguida de la Comunidad Valenciana, Región de Murcia, Cataluña y Andalucía. Las comunidades que presentan mayor superficie de regadío total son Región de Murcia, Andalucía y Comunidad Valenciana.

Las principales zonas de riego en España se encuentran en la parte media y sur de la península (Comunidad Valenciana, región de Murcia, Cataluña y Andalucía), donde el clima seco y cálido hace que el riego sea un factor imprescindible para poder ser competitivo en los mercados.

Según su dependencia del agua la agricultura puede ser de dos tipos: Secano: es producida sin la aportación de agua. Para su uso se aprovecha el agua de la lluvia o de aguas subterráneas. De regadío: requiere aporte de agua por parte del agricultor.

Los sistemas de riego más recomendados, para cada tipo de cultivo

En promedio, los cultivos de secano (cultivos que dependen del agua de la lluvia) requieren alrededor de 500 a 800 metros cúbicos de agua por hectárea por año. Sin embargo, en regiones con una temporada de crecimiento más corta o con menos precipitación, esta cantidad puede ser mayor.

¿Qué cantidad de agua se le debe echar a las plantas? Generalmente las plantas suelen requerir de un 5 a un 10% de agua de acuerdo a la capacidad de la maceta. Sin embargo, esto varía de acuerdo al lugar en la que está sembrada, el clima y el tipo de planta.

En la agricultura, la escasez de agua disminuye el rendimiento de los cultivos entre un 20 y 50 % (Shrivastava & Kumar, 2015), provocando un crecimiento desacelerado de la economía, de tal forma que, según el Banco Mundial (2021), en 2050, las tasas de crecimiento económico podrían disminuirse en un 6 % del PIB en ...

5 técnicas para cultivar con poca agua

1. Crea suelos con mucha materia orgánica.
2. Practica el acolchado intensivo.
3. Plantas según sus necesidades de agua.
4. Planta densamente.
5. Moldea el suelo.