¿Qué le pasó a los guanches?

En plena conquista de Tenerife, a finales del siglo XV, los guanches padecieron una terrible epidemia con síntomas similares a la gripe que se cebó con su población y que allanó la toma de la isla. La llamaron la “modorra” y mató a 5.000 aborígenes, uno de cada cuatro.

Los guanches desaparecieron a lo largo del siglo XV a. raíz de la colonización española.

Guanche es el nombre que se aplica a los antiguos aborígenes de la isla de Tenerife, Canarias, España, quienes la habitaban antes de la conquista castellana en 1496. Se trata de uno de los pueblos aborígenes de Canarias entroncados genética y culturalmente con los bereberes del norte de África.

Cuando llegaron los primeros conquistadores a las islas, estos se encontraron con una población con unas condiciones de vida muy diferentes a ellos en todos los sentidos. Su aspecto físico era robusto, de grandes espaldas, piel morena y bellas facciones.

Tras la conquista los aborígenes fueron sometidos al modo de vida y las creencias de los conquistadores. Esta situación provocó el suicidio de algunos aborígenes como Bentejuí en Gran Canaria, Tanausú en La Palma o Bentor en Tenerife que preferían la muerte a la pérdida de libertad.

Fue a partir de finales del siglo XV cuando las poblaciones indígenas fueron literalmente barridas por lo que se ha denominado “contact shock”. Viruela, sarampión, cólera, peste, tifus epidémico, fiebre amarilla y gripe fueron los principales responsables causando decenas de millones de víctimas.

El guanche, la lengua de origen bereber que al parecer hablaban los aborígenes de Canarias antes de la conquista española en el siglo XV, es un idioma muerto que si la población y las administraciones quisieran podría volver a utilizarse seis siglos después de su supuesta desaparición.

Los aborígenes canarios fueron el único pueblo nativo que habitó en la región de La Macaronesia. La mayoría vivía en cuevas, aunque en Lanzarote y Gran Canaria se han encontrado restos de poblados, con una economía basada en la caza y la ganadería o, en casos puntuales, en la agricultura.

Las evidencias de las que se dispone hasta la fecha sugieren que los guanches poblaron el archipiélago en algún momento durante el primer milenio antes de Cristo.

1. adj. Dicho de una persona: De un pueblo que habitaba las islas Canarias al tiempo de su conquista.

Cada isla se dividía en territorios cuyo rey era el guanarteme (Gran Canaria) o mencey (Tenerife).

26): Los naturales de esta isla, que llamamos guanches, en su lenguaje antiguo la llamaron Achinech.

Los guanches llaman Achineche a su isla a fines del siglo XVI, pero lo que prevaleció fue el nombre que le dieron los palmeros: Tenerife. Le Canarien escribe "Tenerefix", a comienzos del XV.

Desde un punto de vista físico el prototipo guanche era «más o menos similar» a los habitantes del norte de África y sur de Europa, con una estatura media de 1,70 centímetros para los varones y 1,60 para las mujeres, también superior a la de muchas poblaciones de la época.

se llama Tenerife la Nivaria, que es lo mismo que el monte de las nieve.

Diversos estudios arqueológicos, genéticos y lingüísticos lo habían avanzado, pero ahora un estudio con ADN antiguo de todas las islas lo confirma: los primeros pobladores de Canarias fueron los bereberes del norte de África, una población de la que todavía hoy el genoma de los canarios conserva rastro.

-¿Cuántos guanches habitaban Canarias durante la Conquista? “Se calcula que cerca de 100.000, más del 70% de ellos habitaban en Tenerife y Gran Canaria”. -Hubo célebres batallas, entre ellas, la de Acentejo, en el norte de Tenerife, que hoy da nombre a dos pueblos de la comarca: La Victoria y La Matanza.

Ese nombre de Casperia, que es deformación del término Capraria del famoso relato de Plinio II sobre las Islas Afortunadas, lo toma Viana de Espinosa, pero es responsabilidad de Viana el identificarlo con La Gomera.

“Esto es lo que más llamó la atención de los conquistadores castellanos”, afirma Álvarez Sosa. En particular, estaban fascinados con el proceso de embalsamamiento –mirlado– que preparaba para la eternidad a los xaxos, como llamaban los guanches a sus momias.

Ahul que significa adios y hola, como el chao italiano.

Cuenta la tradición que el 29 de abril de 1483 el caudillo Bentejuí y Faya, el faycán de Telde, se despeñaron al grito de ¡Atis Tirma! («¡Por ti, Tierra!»), en el barranco que hoy se conoce por ese mismo nombre, en Ansite.

ikzinn) 'perro', tikzint (pl. tikzinin) 'perra'.

Los portugueses, que navegaban a lo largo de las costas africanas, también se interesaron por Lanzarote. Finalmente, las islas Canarias —con Lanzarote incluido—, pasaron oficialmente a manos de Castilla tras la firma del Tratado de Alcazovas en 1479.

Los primeros conquistadores

La conquista de las islas comenzó a fondo en 1402, cuando el noble y aventurero normando Jean de Béthencourt partió de La Rochelle con un pequeño y mal pertrechado grupo en dirección a las islas Canarias.

Durante el siglo XIV el control de Canarias se dirime entre genoveses, castellanos, aragoneses y portugueses. En el siglo siguiente esta competencia quedó reducida a las dos potencias marítimas europeas por excelencia, Castilla y Portugal. Aragón, que también lo era, miraba más desde su balcón al Mediterráneo.

Y sucesivamente, las Islas Canarias se fueron creando. Primero fue Fuerteventura, que tiene unos 23 millones de años, luego Lanzarote (15), y finalmente, El Hierro y La Palma, que tienen 1,1 y 1,7 millones de años, respectivamente.

La conquista de las Islas Canarias es el hecho histórico por el que este archipiélago, habitado por pueblos aborígenes, fue incorporado a la Corona de Castilla en el siglo XV. Dicho ataque por parte de los castellanos para su colonización duró 94 años, desde el año 1402 hasta el 1496.