¿Que le pide Héctor a su madre?

A su vez, pide a su madre, la divinidad Tetis, que acuda a Zeus y le pida que favorezca a los troyanos.

431) Andrómaca le pide a Héctor que se compadezca y que permanezca en la ciudad para no convertirla en viuda y hacer huérfano a su hijo. Por último, le indica que coloque el ejército en el lugar donde la ciudad es más vulnerable.

Sin embargo, deseando conservar su gloria a pesar de su ausencia de la batalla, finalmente Aquiles rezó a su madre Tetis, pidiéndole que rogase a Zeus que permitiese a los troyanos hacer retroceder a las fuerzas griegas.

Nuevamente, Apolo ayuda a Héctor, retirándolo del combate. Héctor pide a Aquiles que se honre el cadáver del perdedor, pero el griego rechaza cualquier trato. Finalmente Aquiles mata a Héctor, clavándole la lanza en la base del cuello, el único lugar desprotegido por su armadura.

La Ilíada cuenta como Aquiles le pide a su madre Tetis que visite a Zeus (ya sabéis, Júpiter para los romanos) para rogarle una victoria de los troyanos y así lo muestra Ingres, de forma impecable: Júpiter en el Olimpo, en su trono de nubes, con su cetro y su águila.

Luego, Héctor le cuenta lo que Helenos le había dicho que le dijera a Hécuba: le dice que vaya al templo de Atenea y haga una ofrenda de doce novillas con la esperanza de que la diosa de la guerra se apiade de Troya y ayude a deshacerse de Diomedes.

Después de los acontecimientos de la Ilíada, cuando los griegos finalmente saquean la ciudad de Troya, el hijo de Héctor, Astyanax, es arrojado de las murallas de la ciudad . Andrómaca se convierte en concubina del hombre que mata a Astyanax: Neoptólemo, el hijo de Aquiles. Tras la muerte de Neoptólemo, Andrómaca se casa con Heleno, el hermano de Héctor.

La relación entre Aquiles y Patroclo es un elemento clave de las historias asociadas con la Guerra de Troya.

Irritado por la muerte de Patroclo, el divino Aquiles matará a Héctor. Desde aquel instante haré que los teucros sean perseguidos continuamente desde las naves, hasta que los aqueos tomen la excelsa Ilión.

Zeus favoreció a los troyanos varias veces durante las batallas porque se preocupaba por ellos y le había hecho una promesa a Tetis, la madre de Aquiles . Por ejemplo, no permitió que Héctor muriera con una flecha, lo sacó de lo peor de los combates durante la guerra y le dio fuerza extra.

Y Héctor dijo al eximio Pelida: «¡Erraste el golpe, deiforme Aquiles! Nada te había revelado Júpiter acerca de mi destino, como afirmabas; has sido un hábil forjador de engañosas palabras, para que, temiéndote, me olvidara de mi valor y de mi fuerza.

Abrumado por la culpa y la vergüenza, Aquiles acepta una tregua de doce días para facilitar los ritos funerarios de Héctor. Reconoce la brillantez táctica de Héctor en el campo de batalla y lo considera un oponente digno.

Antes de comenzar la guerra, Príamo había decidido luchar él solo con Menelao, y el que ganase se quedaba con Helena. Al final fue Héctor el que mata a Menelao porque iba a matar a su hermano.

Zeus ama a esta diosa, pero teme la profecía de que un hijo nacido de un matrimonio con Tetis sería más poderoso que él (el secreto de Tetis que Prometeo conoce). El matrimonio de Tetis con un hombre mortal asegura que el hijo sería mortal y, por lo tanto, no representaría una amenaza para la soberanía de Zeus .

Tetis tuvo una vida amorosa desafortunada. En distintas épocas cortejó tanto a Zeus , rey de los dioses, como a Poseidón, dios del mar y del agua. Ambos se enamoraron de Tetis, pero retrocedieron cuando descubrieron una profecía sobre su hijo.

Las bodas de Tetis y Peleo se narran en las Fábulas de Higinio (92:) "(...) Cuando se casaron Tetis y Peleo, se dice que Júpiter había invitado a todos los dioses al banquete excepto a Eris, la Discordia. Ésta se presentó más tarde, pero no fue admitida en el banquete.

Alexandr Ivanov 005. Este óleo de Alexandr Ivanov muestra el momento en que el anciano rey Príamo suplica al héroe griego Aquiles que le devuelva el cuerpo de su hijo Héctor.

Héctor y Aquiles lucharon en el mito griego de la guerra de Troya, una historia contada en la Ilíada. Sin embargo, Aquiles y Héctor son héroes mitológicos, no históricos. Entonces esta pelea no ocurrió en la vida real, sólo en la leyenda .

Héctor se da cuenta poco antes de su muerte de que su orgullo y su decisión de ignorar a Polidamante han tenido un coste grave. Lo que no puede saber es que su muerte conducirá en última instancia a la caída de su pueblo y su ciudad. Sus últimas palabras a Aquiles antes de morir son: ¡Tu ira, implacable!

Cuando Troya cae ante los griegos las mujeres troyanas son tomadas como esclavas por los vencedores, Andrómaca por Neoptolemo –también llamado Pirro porque era rubio–, hijo de Aquiles, a quien Paris, el hermano de Héctor, mató acertándole certeramente una flecha en el talón, la única parte vulnerable de su cuerpo.

Héctor y Andrómaca: Libro 6

En una famosa escena entre Héctor y Andrómaca en el Libro 6, Andrómaca y Héctor se encuentran por última vez antes de que Aquiles mate a Héctor. Andrómaca le pide a su marido que no abandone la ciudad y él se niega .

Abrumado por el dolor, Héctor toma a su hijo en brazos y reza a Zeus para que el niño “mate a su enemigo y traiga a casa el botín manchado de sangre y traiga alegría al corazón de su Madre”. Luego le dice a Andrómaca que el destino es el destino, y que si debe morir, que así sea.

¿Quién era el interés amoroso de Aquiles? El interés amoroso de Aquiles es Briseida . Aunque originalmente la tomó como premio, Aquiles parece amarla. Ella también lo ama y espera casarse con él.

La obra de William Shakespeare Troilo y Crésida retrata a Aquiles y Patroclo como amantes a los ojos de los griegos . Odiseo (llamado Ulises en la obra) y muchos otros griegos consideran que la decisión de Aquiles de pasar sus días en su tienda con Patroclo es la razón principal de su ansiedad por Troya.

Sabemos que Aquiles no era un gran hombre de familia. Pasó gran parte de su vida en los campos de batalla y nunca se casó ni se estableció en ningún lugar.

Cuando Aquiles, envenenado por la ira, mata en combate al noble príncipe Héctor, comete con él la mayor y más inconcebible de las iniquidades: ata el cadáver por los tobillos a su carro de guerra y lo arrastra y mantiene a la intemperie durante 12 días.

Héctor había suplicado un entierro honorable en Troya, pero Aquiles estaba decidido a humillar a su enemigo incluso en la muerte. Arrastró el cuerpo de Héctor detrás de su carro hasta el campamento aqueo y lo arrojó al montón de basura .