¿Que le prometió Dios a Abraham en el futuro con su descendencia?

La tierra de Canaán, o Palestina, fue prometida a Abraham y a sus descendientes, aunque él personalmente no la poseyó (véase Génesis 12:7, 13:15; 17:8). “El Señor le prometió a Abraham la posesión de Palestina, o la tierra de Canaán, como dominio eterno.

Te daré muchos descendientes, tendrás mucha descendencia. Haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti (vers. 6): Muchas naciones y reyes serán descendientes tuyos.

¿Qué prometió el Señor que le daría a Abraham y a su descendencia? (Una tierra en particular como “posesión perpetua”.

Dios promete proveer en abundancia para que podamos cubrir todas nuestras necesidades. No nos promete conceder todo lo que queramos, pero sí nos dará lo que es realmente necesario para vivir: comida, techo, ropa, sustento.

Abram desea tener progenie — Jehová le promete una descendencia tan numerosa como las estrellas del cielo — Abram cree en la promesa — Su descendencia será extranjera en Egipto — Entonces, después de cuatro generaciones, ellos heredarán Canaán.

»Dios les juró a Abraham, a Isaac y a Jacob, que les daría a ustedes esta tierra, porque son descendientes de ellos.

Hebreos 6:13-15 TLA

Dios le hizo a Abraham esta promesa: «Yo te bendeciré mucho, y haré que tengas muchos descendientes.» Cuando Dios le juró a Abraham que cumpliría esta promesa, tuvo que jurar por sí mismo, porque no tenía a nadie más grande por quien jurar. Abraham esperó con paciencia, y Dios cumplió su promesa.

4 Otros autores unifican las promesas y concluyen que son tres: (1) Muchos descendientes; (2) Tierra para Abraham y sus descendientes; y (3) Que en él serán benditas todas las familias de la tierra.

Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre. Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada.

Dios promete a Sus hijos que, si siguen los preceptos de Su plan y el ejemplo de Su Hijo Amado, guardan los mandamientos y perseveran con fe hasta el fin, entonces, en virtud de la redención del Salvador, “tendrán la vida eterna, que es el mayor de todos los dones de Dios” ⁴.

Dios nos da un nuevo comienzo cuando nos acercamos a él con corazón arrepentido y le pedimos perdón por las cosas malas que hemos hecho. Él promete perdonarnos todos nuestros errores pasados y ayudarnos a cambiar. Con él podemos comenzar una vida nueva con Jesús como Salvador y Señor nuestro.

Cuando Dios hizo la promesa a Abrahán, juró por sí mismo, porque no había nadie superior a él por quien jurar, y dijo: «Ciertamente te bendeciré con abundancia y multiplicaré tu descendencia». Y Abrahán esperó con paciencia, y recibió lo que Dios le había prometido.

Aprende más sobre nosotros. Abram llegará a ser una gran nación — Él y su descendencia bendecirán a todas las familias de la tierra — Él viaja de Harán a la tierra de Canaán — Debido a la hambruna, Abram desciende a Egipto — Abram y Sarai son puestos a prueba en la corte de Faraón.

22:1-2). Este pasaje bíblico encierra una paradoja: Dios ordena a Abraham darle muerte a Isaac y, a pesar del absurdo que esta exigencia conlleva, Abraham se dispone a sacrificar a su hijo.

Después de esto, el Señor habló a Abram en una visión y le dijo: –No tengas miedo, Abram, porque yo soy tu protector. Tu recompensa va a ser muy grande. Pero Abram le contestó: –Señor y Dios, ¿de qué me sirve que me des recompensa, si, como tú bien sabes, no tengo hijos?

Génesis 22—¿Por qué pidió el Señor a Abraham que sacrificara a Isaac? “¿Por qué el Señor le pediría a Abraham algo así? Porque, como Él sabía cuál sería su futuro y que sería el padre de una posteridad incontable, deseaba probarlo.

El Señor le entrega a Isaac un poderoso mensaje: "a ti y a tu descendencia les daré todas estas tierras, y así confirmaré el juramento que le hice a Abrahán, tu padre". Eso nos suena muy familiar, ya que estas son las mismas promesas que el Señor le había hecho a Abrahán, el padre de Isaac (Génesis 12:1–3).

Abraham había esperado 25 años por el hijo que Dios le prometió y era tiempo para que se cumpliera la promesa. “Tal como el Señor lo había dicho, se ocupó de Sara y cumplió con la promesa que le ha- bía hecho.” (Génesis 21:1 NVI) Sara dio a luz un hijo.

Abraham “fue bendecido grandemente con la revelación divina sobre el sistema planetario, la creación de la tierra y las actividades premortales de los espíritus de la humanidad.

3 promesas de Dios para ti

La alianza del Sinaí

Ahora bien, si me obedecéis y guardáis mi alianza, vosotros seréis el pueblo de mi propiedad entre todos los pueblos, porque toda la tierra es mía; seréis para mí un reino de sacerdotes, una nación santa» (Ex 19,4-6).

En Génesis 13:14–17 aprendemos que el Señor le prometió a Abram toda la tierra que alcanzara a ver como herencia para su posteridad. Lee Génesis 13:18 para saber dónde colocó Abram su tienda y qué construyó cuando llegó a aquel lugar.

Génesis 13. Quiénes somosLos miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días conforman una comunidad diversa de personas de todo el mundo que comparten la fe en Dios y en Su Hijo Jesucristo. Nuestra historiaCuando Jesús estuvo en la tierra, Él organizó Su Iglesia.

Después de que Lot se fue, el SEÑOR le dijo a Abram: «Mira toda la tierra que tienes a tu alrededor por el norte, el sur, el oriente y el occidente. Toda esa tierra será para ti y para todos tus descendientes. Además, tu descendencia será tan numerosa como el polvo de la tierra.

Lo que ganes con tus manos, eso comerás; gozarás de dicha y prosperidad. En el seno de tu hogar, tu esposa será como vid llena de uvas; alrededor de tu mesa, tus hijos serán como vástagos de olivo. Tales son las bendiciones de los que temen al Señor. Temer al Señor es darle la reverencia y el respeto que él merece.

El Señor bendice a Sus hijos mediante bendiciones patriarcales.

Ser hijos de la promesa es la consecuencia de una palabra dada por Dios, y una respuesta del cielo a una necesidad de la tierra. Significa que no hemos nacido en vano, sino que somos parte de las bendiciones del Padre y del propósito con el que Él nos ha creado y formado.