¿Qué les pasa a las abejas con el calor?

Resaltó que las abejas tienen la capacidad de soportar hasta 38°C, sin embargo, cuando se exponen a más de los 40°C por largos periodos, comienzan las muertes e incluso la abeja reina muestra pérdidas en su fertilidad.

Las abejas necesitan una temperatura superior a 10ºC para sobrevivir y el clima, en muchas partes del país, durante esta época puede bajar de los cero grados.

Plaguicidas, urbanización de terrenos y contaminación electromagnética: así afectamos los humanos a la capacidad reproductiva de las abejas melíferas.

En nuestro país, la apicultura se ha convertido en un importante componente de la agricultura y, aunque las abejas melíferas prefieren los climas templados, podemos encontrarlas en todo el territorio nacional.

En los días calurosos, las colmenas necesitan agua para enfriarse, así que cuando la temperatura sube, las abejas obreras salen a recoger agua de un estanque y la transportan. A veces, sin embargo, se caen y sus alas se adhieren al agua impidiéndoles volar. Si no consiguen liberarse, mueren.

Las que nacen en los meses de primavera o verano suelen vivir entre 6 y 7 semanas ya que tienen una vida muy ocupada. Los zánganos, las abejas macho de la colmena, tienen una esperanza de vida de alrededor de 3 meses que suele coincidir con los meses más activos de la colmena.

Las abejas pueden volver a su colmena antes de que llueva porque sienten todos estos cambios ya que tampoco pueden volar con una lluvia intensa. Generalmente, las abejas sólo se alimenta, migran o enjaman cuando las condiciones son de Sol y buenas temperaturas.

En la mayoría de las regiones hay un periodo determinado con mayor flujo de néctar. Si las colonias de abejas son fuertes y el clima es favorable las abejas van a recolectar una cantidad considerable de néctar y lo maduraran como miel. Este periodo puede durar una semana hasta un mes.

Las abejas obreras viven una media de 105 días - y no salen de la colmena hasta los 21 días - , y aunque puede parecer una vida muy corta, las abejas en realidad tienen una mayor longevidad que otros insectos, y la duración de su vida depende de la función que desempeñen.

De esta manera, las abejas no pueden vivir mucho tiempo sin comer, porque se debilitan rápidamente, especialmente las obreras que cumplen funciones fuera del nido. Es así como una abeja puede vivir sin comer alrededor de un día, después de este tiempo, perece con seguridad.

Estas abejas están descansando y allí se quedan entre tres a cuatros días y se irán, dependiendo de las condiciones, pues su nueva casa debe ser un lugar en fresco, cómodo, amable y sin ruido”.

Si encuentra una abeja cansada en su casa, una solución simple de azúcar y agua ayudará a revivirla. Simplemente mezcle dos cucharadas de azúcar blanca granulada con una cucharada de agua y colóquela en una cuchara para que la abeja pueda recuperarse.»

- La población de abejas y de otros insectos polinizadores se ha reducido por culpa de la desorientación que al parecer produce en ellos el uso de pesticidas, según la hipótesis de los expertos del Centro de Neurociencia de la Universidad de Dundee (Escocia).

Las poblaciones de abejas han disminuido en todo el mundo en las últimas décadas debido a la pérdida de hábitat, las prácticas agrícolas intensivas, los cambios en los patrones climáticos y el uso excesivo de productos agroquímicos como los pesticidas.

Están en todos los hábitats donde hay plantas con flores (angiospermas). Están adaptadas para alimentarse de polen y néctar, usando el primero fundamentalmente como alimento para las larvas y el segundo como material energético.

Las abejas consumen miel y polen, alimentos ricos en ma- terias azucaradas y proteinas, que les proporcionan sustancias necesarias para generar energía y elementos indispensables para el crecimiento.

Las abejas necesitan tanto néctar como polen para sobrevivir. El néctar lo usan para hacer la miel, que es un carbohidrato que las abejas consumen para obtener energía rápida. Pero observadores meticulosos de las abejas europeas notaron que tienen sacos de recolección de polen en sus patas traseras.

Las abejas obreras tardan 21 días en convertirse en insectos adultos, y tan solo viven trabajando unos 45 días en épocas de fuerte floración. Solo en la última parte de esos días irá a recoger néctar, polen, agua, resinas para propóleos y mielatos.

Las lavandas son unas de las flores preferidas de las abejas, según el estudio. Si usted prefiere la lasaña en vez del mondongo o el filete de pescado a una carne a la parrilla, no es el único. Las abejas también tienen su comida favorita. O, en este caso, sus flores favoritas, a la hora de polinizar.

Por lo general, los insectos como las abejas y las avispas no son agresivos y solo pican en defensa propia. En la mayoría de los casos, una persona sufre una o quizás algunas picaduras. En algunos casos, una persona ataca una colmena o enjambre de abejas y sufre múltiples picaduras.

Las obreras son las hembras infértiles de la colonia debido a que sus sistemas reproductores no suelen ser funcionales. En tamaño, las obreras son más pequeñas que las reinas. En una colmena podemos encontrar entre 10.000 y 70.000 abejas de esta casta.

Los zánganos tienen ojos enormes que hacen contacto con la parte superior de la cabeza. Las hembras obreras tienen ojos mucho más pequeños que están bien separados hacia los lados de la cabeza. Los ojos de los machos son más grandes porque necesitan encontrar a reinas potenciales durante el vuelo.

Una buena reina y en plena época de recolección de néctar puede llegar a poner hasta 3.000 huevos diarios. Estos huevos pueden ser fecundados, dando origen a hembras o sin fecundar, originando machos o zánganos.

Las abejas obtienen agua principalmente a través del néctar, pero también realizan viajes especiales de recolección para obtenerla de diversas fuentes como gotas de rocío en las plantas, encharcamientos y otras fuentes cercanas a la colmena.

Las abejas necesitan hidratarse tanto como los humanos, pero para ellas cada vez es más difícil acceder a fuentes de agua limpia. Un bebedero higiénico bajo sombra y acondicionado de tal forma que permita a las abejas beber sin ahogarse, para lo cual se aconseja utilizar una plataforma de corcho, piedras o madera.