¿Qué marcaba el reloj del sombrerero?

Diferencia que pudo usar Carroll para que el Conejo llegara siempre tarde a todas partes. Su reloj marcaba la hora de Christ Church.

El Conejo Blanco mira su reloj y va siempre apresurado diciendo “¡Dios mío, voy a llegar tarde!”. Refleja la ansiedad, la conducta paranoica y la exigencia a veces exagerada que los mayores imponen a los niños.

Se trata de la egocéntrica personalización del propio tiempo, un individuo que vive en un castillo ubicado en un plano diferente del Submundo junto con Wilkins y sus leales Segundos. Suele ocupar su propio ser en controlar los relojes que rigen el tiempo de vida de todas las personas del Submundo.

El Conejo Blanco es quien conduce a Alice al País de las Maravillas sacándola del Psiquiátrico Rutledge para que restaure el mágico mundo a su estado original.

2. Nunca pierdas tu “muchosidad” En realidad ni siquiera se trata de una palabra. Es un término ficticio que en la película utilizó el Sombrerero Loco para decirle a Alicia que algo le hacía falta, que ya no era la misma de antes: “Has perdido tu muchosidad”.

En el libro, Lewis Carroll no nos dice la hora a la que sucede esa escena, pero en la película de Walt Disney, el Conejo Blanco sí que dice que son «más de las tres».

La historia cuenta cómo una niña llamada Alicia cae por un agujero, encontrándose en un mundo peculiar y extraño, poblado por humanos y criaturas antropomórficas. La novela juega con la lógica, lo que le dio una gran popularidad tanto en niños como en adultos.

La verdadera Alicia

Y que la inspiración del personaje principal de su libro era una niña de carne y hueso: Alice Liddell.

Sinopsis de ALICIA A TRAVÉS DEL ESPEJO

El libro arranca con Alicia meditando sobre cómo debe de ser el mundo al otro lado del espejo de su casa. De pronto, descubre con sorpresa que puede pasar a través de él y así empiezan las aventuras fantásticas, como por ejemplo un ajedrez donde las piezas parecen cobrar vida.

La Oruga, tumbada en una seta, fuma de su misteriosa narguille (pipa oriental), bosteza, habla a Alicia con voz lánguida y soñolienta. Este insecto puede representar al fumador de opio , ya que, en la época de la sociedad victoriana inglesa, esta sustancia era legal.

No había nada muy extraordinario en esto, ni tampoco le pareció a Alicia muy extraño oír que el conejo se decía a sí mismo: «¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Voy a llegar tarde!» (Cuando pensó en ello después, decidió que, desde luego, hubiera debido sorprenderla mucho, pero en aquel momento le pareció lo más natural del mundo).

Alicia se la pasa todo el cuento persiguiendo al famoso conejo blanco. Ese conejo es su objetivo y, por perseguirlo todo el tiempo, termina viviendo fantásticas aventuras mientras persigue su meta.

Tu “muchosidad” es tu esencia, lo que las personas somos en el interior, lo que quieres, lo que haces, lo que amas y en lo que crees. La perdemos cuando abandonamos nuestros deseos por considerarlos imposibles, cuando dejamos de crear, de imaginar, de soñar.

Es intrépido, valiente, noble y leal, capaz de hacer lo imposible por proteger a Alicia aún a riesgo propio. Es habilidoso espadachín e incluso utiliza sus utensilios de costura como armas en la pelea.

La explicación es sencilla: dado que los pensamientos, coherentes o incoherentes, se sitúan en la cabeza, se buscó una forma de vincularla simbólicamente con la locura. Son muchos los personajes señalados por este indicador cultural.

Con alegría, Alicia presenta al gato, de quien solo se ve la cabeza, al Rey. Pero cuando el monarca exige que el animal bese su mano, el gato se rehúsa. Enojado, el Rey llama a la Reina y ella lo condena a muerte por decapitación.

Le preguntó Alicia al conejo blanco “¿Cuánto es para siempre?” y este le contestó: “A veces, solo un segundo”. Y es que ese segundo, ese minuto, esa hora en la que confluyen cultura, idioma y emoción a veces es para siempre.

El pomo de la puerta le muestra un cofre con una galleta marcada con un "cómeme". La galleta le hace crecer a tales dimensiones que su cabeza toca el techo. Alicia comienza a llorar y sus lágrimas inundan masivamente la habitación.

Dodgson amaba a los niños. Pero había uno especial, la pequeña de los ojos cautivadores llamada Alice. Y para complacerla fue que creó el País de las Maravillas, cambiando así el paisaje de la infancia. Dodgson se antoja el improbable creador de un mundo de maravillas.

En el colegio, le preguntó a la profesora de religión y ella le respondió: – Dedica todos los días unos minutos a estar en silencio y sentirás a Dios. Alicia lo intentó, pero no lo consiguió, pues le gustaba mucho hablar. Dios deseaba que Alicia lo encontrara así que siguió enviándole señales de su presencia.

En la película la niña se ha hecho adolescente y regresará a los lugares sobre los que escribió en el siglo XIX Lewis Carroll (su verdadero nombre era Charles Dodgson). Lo que no todos saben es que Alicia existió de verdad, se llamaba Alice Lidell y vivía en Oxford.

¿Cómo se imaginaba Alicia la casa del espejo? Igual a su casa pero con las cosas a la inversa y llenas de cosas maravillosas.

En 1984, Ende publicó El espejo en el espejo, relatos surrealistas inspirados en las obras de su padre, que revelan nuevas aspiraciones de carácter intelectual.

Alice's Adventures in Wonderland tiene muchos ejemplos de lenguaje figurativo, incluyendo personificación y símiles .

- ¿Qué tipo de texto es “Alicia cayendo por la madriguera”? A. Informativo.