¿Qué país consume más mandarina?

Respecto al consumo, Rusia era el mayor consumidor de mandarina per cápita, con algo más de 6,1 kilos/persona/año. Seguido por los países escandinavos, Japón y Francia.

En la gastronomía, la cáscara de la mandarina se usa para saborizar gelatinas, caramelos, gomas de mascar, panes, bebidas carbonatadas y licores, de igual forma, se emplea en la elaboración de aceites con los que se sazonan las ensaladas, carnes, pescados y mariscos.

Se puede afirmar que es una fruta originaria de China e Indochina. Su cultivo se introdujo en Europa en el siglo XIX. ​ En la actualidad, los principales países productores son: China, España, México, Brasil, Argentina, Venezuela, Colombia, Marruecos, Israel, Japón, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú y Ecuador.

La mandarina llegó a España en 1845 gracias al conde de Ripalda, de la familia Marichalar, pero de nuevo Talón sitúa sus orígenes en el sudeste asiático, hace miles de años. “La mandarina es hija de un padre naranja dulce y de una madre mandarina salvaje”, continúa el biólogo.

En la Comunidad Valenciana se produce el 90% de la mandarina de España.

Tendemos a pensar, quizá por el tamaño, que la naranja es la protagonista, la “madre” de la mandarina. Sin embargo, la mandarina vino primero, pues realmente la naranja es un híbrido, es decir, sale de la combinación de dos cítricos: 75% mandarina y 25% pomelo…

Hasta el momento, no existen investigaciones científicas que indiquen que comer mandarinas a diario sea perjudicial para la salud. De hecho, expertos en el área de la salud recomiendan comer entre 2 y 4 mandarinas al día, complementando con una alimentación saludable que aporten los nutrientes necesarios al cuerpo.

La variedad Orri es elegida por su calidad suprema, prácticamente sin semillas y su textura fina, fundente y muy jugosa.

La mandarina es el fruto de un árbol, el mandarino, de la familia de las rutáceas (género Citrus), algo más pequeño que el naranjo. Los frutos (hespérides), de tamaño menor que la naranja, están distribuidos en gajos y tienen una pulpa formada por vesículas llenas de jugo muy aromático.

En el caso de las naranjas, la cáscara es más fina y se pega a los gajos. Las mandarinas, sin embargo, tienen una cáscara más gruesa que permite pelarlas la mayoría de veces a mano, sin necesidad de cuchillo. La naranja tiene más cantidad de gajos y también son más grandes que los de la mandarina.

La igualdad entre clementina y mandarina provoca que en muchas ocasiones se le llame mandarina para nombrar tanto a las mandarinas como a las clementinas. De igual forma que las mandarinas tienen sus variaciones, las clementinas tienen las suyas.

No es claro el origen de la mandarina, se consideran nativa del suroeste de China aunque otros afirman que procede de países del sureste asiático como Laos o Filipinas. El cultivo se extendió al resto del sureste asiático y en el siglo X ya se cultivaba en el Japón.

Fueron los árabes quienes a través del sur de España introdujeron la naranja en toda Europa. Se dice que este cítrico era cultivado por pueblos primitivos desde épocas remotas y la apariencia de la fruta y sus flores cautivaron a los viajeros que las llevaron a otras regiones.

Valencia ocupa el primer lugar nacional tanto en naranjo como en mandarino, y Murcia en limonero y pomelo. La producción citrícola valenciana continúa perdiendo peso aunque todavía representa más de la mitad del total nacional mientras que Andalucía gana cuota de manera creciente.

Puede contener muchas semillas, esto es lo que la distingue de otras mandarinas. El sabor, sin embargo, es muy intenso. Cada vez que pelas la mandarina, su olor puede permanecer en la habitación durante mucho tiempo. La vida productiva de un mandarino es de unos 30 años.

Existen 20 variedades, pero 10 manejan el mayor volumen de mercado”, detalló Peralta.

La naranja es más rica en vitamina B3, calcio y hierro, además de contener colina, la sustancia que mejora la memoria y ayuda a dormir mejor. Sin embargo la mandarina tiene más alto contenido de vitamina C y es buena para cuidar el aparato digestivo y para prevenir el estreñimiento.

Este cítrico se destaca por su elevada concentración de agua en un 90% y de Vitamina C. También posee otras vitaminas, la A, B1 y B2, así como sales minerales, potasio y ácido fólico.

Los 'pelitos' de la mandarina se llaman floemas.

Según estudios, la mandarina se aprovecha mejor en ayunas, lo que mejora la absorción de sus nutrientes. Si se consume después de las comidas, su alto contenido en ácido cítrico podría interferir en la absorción de hierro.

Aparte de la vitamina C, la mandarina tiene la ventaja de aportar menos calorías que su 'prima' la naranja, tiene menos azúcar que esta y además es antioxidante y su consumo tiene efectos diuréticos.

Mandarinas. Brinda 9,6 gramos de carbohidratos por 100 gramos; es aconsejable que consumas dos mandarinas pequeñas. Peras. Brinda 17,3 gramos de carbohidratos por 100 gramos; es aconsejable que consumas una pera pequeña.

La naranja brinda un mayor aporte de vitamina C que la mandarina, y lo mismo ocurre con el potasio, el hierro y el calcio. Aunque por su parte la mandarina aporta mayor cantidad de vitamina B que la naranja.

- Las mandarinas tienen un sabor característico ácido, mientras que las clementinas son más dulces.

Las mandarinas Clemenules tienen el fruto de tamaño grande (80-100 gramos) con forma algo achatada. Su pulpa resulta jugosa, fácil de pelar y carece prácticamente de semillas. La recolección es de noviembre a enero. Otras variedades muy similares a las anteriores y sin semillas son la Clemenpols, Oronules y Esbal.

Existen mandarinas con o sin semillas, en este último caso los frutos suelen ser más pequeños que los que tienen semillas. Esta posibilidad de generar frutos sin semillas es una característica propia de los cítricos por su partenocarpia, es decir, la capacidad de que el fruto se desarrolle sin polinización.