¿Qué partes del cuerpo afecta el frío?

Aunque puede afectar cualquier parte de la superficie corporal, incluso si está protegida por prendas de abrigo, es más frecuente en aquellas descubiertas o distales, como nariz, orejas, mejillas y dedos de manos y pies.

El frío, detalla, produce vasoconstricción, es decir, “disminuye la llegada de sangre, especialmente en las fosas nasales, en la parte más externa del aparato respiratorio. Por lo tanto, se pierde el mecanismo defensivo esencial, que es calentar el aire y humedecerlo.

El frío exige al cuerpo un esfuerzo para mantener su temperatura interior. Esto provoca una constricción de los vasos sanguíneos para que la sangre se concentre y caliente la zona central del cuerpo donde se encuentran los órganos vitales.

Las zonas más sensibles a las bajas temperatura son las manos y el rostro, y dentro de este, los labios y la nariz, sobre todo. Con el frío todas las pieles sufren, pero las más propensas a sufrir daños son las sensibles, las atópicas, con dermatitis o rosácea.

La bajada de temperaturas hace que nuestro cerebro trabaje de forma distinta. El hipotálamo, la glándula en el cerebro que actúa como termostato del cuerpo, estimula reacciones físicas para que el calor se mantenga en los órganos vitales del cuerpo: esta es la causa de que temblemos.

Es posible que el clima frío no sea la única razón por la que siente escalofríos. Las bajas temperaturas pueden aumentar la probabilidad de enfermar . El cuerpo no es tan eficaz para combatir un virus cuando el aire frío ingresa por la nariz y las vías respiratorias superiores, por lo que virus como el resfriado común, la gripe y el COVID-19 a menudo se propagan más fácilmente en el invierno.

A medida que suben las temperaturas, nuestro cuerpo empieza a trabajar para equilibrar la carga de calor. Para ello el primer paso es el aumento de la frecuencia cardíaca, lo que permite bombear más sangre hacia la piel y las extremidades. De ahí una mayor producción de sudor, el mecanismo del cuerpo para enfriarse.

El centro regulador térmico está en el hipotálamo anterior. Este recibe información de los receptores de grandes vasos, vísceras abdominales, médula espinal y de la sangre que perfunde el hipotálamo.

Bebe mucha agua, preferiblemente al tiempo, mantener la hidratación corporal permite que el cuerpo regule mejor su temperatura. Al salir de un lugar caliente cúbrete boca y nariz. Evita los cambios frecuentes de temperatura de lugares donde te encuentres con aire acondicionado a espacios a la intemperie.

Saltarse comidas, beber poca agua, no dormir lo suficiente o estar por debajo del peso normal pueden hacer que sintamos más frío. Además, las personas que trabajan en entornos cálidos, con calefacción, toleran peor el frío que aquellas personas que pasan más tiempo al aire libre.

Cuando hace frío y sentimos molestias “en los huesos” debidas al cambio de temperatura, en realidad son las articulaciones las que las generan. El frío y la humedad hacen que los músculos estén más contraídos y entumecidos, lo que provoca más contracturas y dolencias, pero no dolor en los huesos.

Esto puede causar inflamaciones y sensación de pesadez y rigidez en las articulaciones, lo que conlleva molestias dolorosas. Las bajas temperaturas también hacen que disminuya la irrigación sanguínea de los músculos asociados a las articulaciones, y afectan la elasticidad de ligamentos y tendones.

La exposición al frío estimula los receptores del frío de la piel, lo que provoca sensaciones térmicas de frío y estimulación del sistema nervioso simpático . La estimulación simpática provoca vasoconstricción en la piel, brazos y piernas.

Por el contrario, cuando el cuerpo no recibe las vitaminas y proteínas correctas puede desarrollar enfermedades o padecer algún síntoma. Un ejemplo de ello, es el frío, cuando tenemos las manos y los pies fríos constantemente puede que el cuerpo nos esté avisando de que tenemos déficit de alguna vitamina, como la B12.

La inhalación de aire frío puede afectar negativamente la respuesta inmunitaria en el tracto respiratorio, lo que facilita que los virus se arraiguen. Es por eso que usar un pañuelo sobre la nariz y la boca puede ayudar. Además, la mayoría de la gente recibe menos luz solar en invierno.

Cuando las temperaturas caen por debajo de los 65 grados Fahrenheit (18°C), nuestro cuerpo tiende a conservar energía ralentizando el metabolismo y reduciendo los niveles de actividad física , lo que nos lleva a sentirnos letárgicos y menos alertas de lo habitual.

Según explican los expertos de la Universidad de París, la fuente principal de calor en el cuerpo humano son las mitocondrias —los orgánulos encargados de descomponer la glucosa y otras sustancias nutritivas para generar energía—.

"La tasa metabólica de algunas personas no aumentaba a 40 grados, pero sí a 50", afirma. "El cuerpo trabaja mucho para defender su temperatura central, no le gusta que cambie. Si aumenta uno o dos grados, siendo realistas, no causa daños a la mayoría de la gente", dijo Halsey.

Si la temperatura corporal es inferior a 35 ºC se debe buscar atención médica urgente. Entre los 35 ºC y los 32 ºC el organismo aún puede reaccionar; hay escalofríos y temblor intenso en un intento de aumentar la temperatura corporal.

Las duchas frías aumentan tu circulación

En ese sentido, una ducha fría tiene el efecto opuesto a una ducha caliente para alguien con hipertensión o enfermedad cardiovascular, ya que la exposición a temperaturas frías activa el sistema circulatorio para reducir la inflamación y puede ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares.

“Un caldo a base de hidratos de carbono, proteína (carne, pollo), fideos, legumbres, etc., ayuda a aportar la energía necesaria al metabolismo para combatir el frío”, comenta Hueso. Legumbres. Como señala el experto, se trata de un grupo de alimentos con muchos efectos positivos frente a la sensación de frío.

El momento de acudir a un profesional médico es cuando persisten las manos u otras partes del cuerpo frías. Las manos frías que no se calientan después de un tiempo en un ambiente cálido pueden ser un signo de un problema de salud: anemia, enfermedad autoinmune, trastorno de la sangre o de la tiroides, reacción a un medicamento o tabaquismo .

Condiciones crónicas: la hipersensibilidad al frío es un síntoma común en personas con enfermedades inflamatorias crónicas, como lupus o fibromialgia . Las personas con diabetes pueden tener problemas renales y circulatorios que provocan sensibilidad al frío.

Brooks. “Antes del ejercicio o actividad, use calor para reducir la rigidez de las articulaciones y mejorar su flexibilidad. Después de la actividad, usa hielo para reducir la incomodidad o el dolor posterior al ejercicio”.

La fatiga física y mental es uno de los síntomas más comunes de la fibromialgia, un proceso reumático crónico caracterizado por dolor musculo-esquelético generalizado y sensación de cansancio que puede afectar a cualquier persona, aunque es más común entre mujeres de mediana edad.

Prime Video: El Frío en los Huesos.

¿Cuáles son los síntomas del dolor nervioso? El dolor nervioso a menudo se siente como una sensación punzante, punzante o de ardor. A veces puede sentirse tan agudo y repentino como una descarga eléctrica. Es posible que sea muy sensible al tacto o al frío .