¿Qué pasa con el castor en Tierra del Fuego?

El 95 % de las cuencas de Tierra del Fuego están colonizadas por castores, quienes impactan sobre los cursos de agua y los ambientes de ribera, modificando la estructura y el funcionamiento de los sistemas. Los castores provocan severos impactos en los bosques patagónicos tanto por inundación como por corte de árboles.

Se estima que al menos 30.000 hectáreas han sido destruidas por estos roedores. La presencia de los castores en Ushuaia afecta a la biodiversidad y a su ecosistema, motivo por el que se ha aprobado su caza. Se estima que controlar esta especie tardará décadas, si se deciden tomar políticas activas para su exterminio.

En 1946, la armada argentina introdujo 20 castores en Tierra del Fuego con la idea de usar su piel. Entonces era habitual introducir especies exóticas. Incluso se conserva una fotografía de los militares orgullosos soltando a los roedores en el bosque. En esta zona despoblada del mundo se probó de todo.

Depredadores: Los castores jovenes son amenazados por los osos, los lobos, los glotones, el lince, y nutrias. Pueden tambien hacer frente a los pescadores, que pescan cerca de sus hogares.

Su piel es grasienta por naturaleza y resistente al agua. Existen dos especies de castor, presentes en los bosques de Norteamérica, Europa y Asia. Estos animales se mantienen activos durante el invierno, nadando y buscando comida en sus estanques incluso cuando una capa de hielo cubre la superficie.

En 1946, Argentina introdujo castores provenientes de Canadá para comenzar una prometedora industria peletera en Tierra del Fuego que pronto se mostró poco exitosa.

Recordó que para alentar la captura de los castores "se les entrega a los cazadores, trampas en comodato y se los capacita para el uso de las mismas y el tratamiento de las pieles", pero además "se les paga 15 pesos por cada ejemplar que cacen, lo que demuestran con la presentación de la cola del animal".

Actualmente, hay 150 mil castores sobre 134 mil habitantes en Tierra del Fuego que dominan los bosques y ponen en peligro la riqueza forestal y la ganadería. Los castores adultos pesan entre 23 y 25 kilos y suelen tener entre tres y cuatro crías por año.

El castoreum —o castóreo— es una sustancia que se extrae de una glándula localizada debajo de la cola de los castores. Esta secreción es utilizada por estos animales para marcar su territorio y dejar información para otros castores, algo bastante normal en el Reino Animal.

Valle Hermoso es el hábitat ideal para estos simpáticos animales y tendremos la posibilidad de recorrer varias castoreras con la seguridad de avistarlos en su estado más silvestre.

En conclusión, actualmente se sabe que, en España, existe la presencia de castores en el Ebro, Navarra, La Rioja y Zaragoza.

Hoy se estima que el tamaño de su población se encuentra en torno al millón de ejemplares distribuidos de forma fragmentada, aunque los científicos advierten de que estas cifras parten de una “estimación grosera”.

Myocastor coypus, llamada comúnmente «coipo», «coipú», «nutria roedora», o de una manera más ambigua «nutria», es una especie de roedor histricomorfo propia del sur de Sudamérica, parecido al castor.

No, el castor no es peligroso para el ser humano.

Los castores adultos duermen un tiempo similar al de los adultos humanos, aunque no todos lo hacen a la vez para asegurarse de que los bebés están cuidados. «Las crías tienen ciclos de sueño muy dispares tanto de día como de noche, al igual que nuestros pequeños, se despiertan cada pocas horas».

Los castores marcan su territorio con olores. Como utilizan su cola y las patas traseras para nadar, pueden llevar palos cuando nadan. Golpean con sus colas en el agua, para advertir a otros castores del peligro.

1. m. y f. Mamífero roedor de hasta 65 cm de largo, pelo castaño muy fino, patas cortas, pies con cinco dedos palmeados, cola aplastada, oval y escamosa, que habita en Asia, América septentrional y norte de Europa, y construye sus viviendas formando diques de gran extensión en ríos y lagos.

Reproducción: Se reproduce a comienzos del verano y la cópula se produce tanto en tierra como en el agua. La gestación dura 100 a 110 días, a su término, nacen de 2 a 4 crías ( 250 y 600 g), cubiertas de pelo y con los ojos parcialmente abiertos.

La investigación determinó que la población de castores en la Patagonia alcanza los 110 mil ejemplares y que han invadido al menos 30 mil hectáreas de bosque nativo, principalmente en el sur de la Isla de Tierra del Fuego.

Los castores viven en represas o castoreras que construyen a lo largo de ríos y que pueden alcanzar hasta una hectárea de diámetro. Estas represas son el refugio de estos animales y el lugar donde mantienen a sus crías –que llegan a ser entre 3 a 7, pues como todo roedor se reproducen fácilmente–.

Pagan hasta 80 euros por cada jabalí cazado.

El castor fue introducido por el hombre en los confines del continente americano, la isla de Tierra del Fuego, en 1946. El Gobierno argentino de entonces, del presidente Juan Domingo Perón, mandó a importar 25 parejas de Canadá con el sueño de impulsar una industria peletera.

Grupo Castores fue fundada en la ciudad de León, Guanajuato, en 1974. Originalmente sus rutas de trasporte eran tres: Tijuana, Ensenada y Mexicali.

Hay abundantes fósiles que demuestran que el castor europeo convivió junto con los neandertales en las Comunidades Cántabra, Navarra, las dos Castillas, de Madrid y de Valencia, así con los primeros Homo sapiens que pisaron nuestro territorio en las dos Castillas, Navarra, Aragón, Cataluña, Andalucía y Portugal.

Algunos expertos culinarios, como Marilyn Tausend, consideran la vainilla totonaca como la de mejor calidad en todo el mundo, especialmente en forma de extracto puro de vainilla de Papantla, en el estado de Veracruz.

Sin embargo, si ya no hay vainilla para tanta demanda de vainilla, mucho menos hay suficientes castores para cubrir a toda la industria alimentaria y cosmética. El castóreum es una sustancia muy cara, lo que hace más asequible sintetizar la esencia de vainilla en un laboratorio.