¿Qué pasa si como 20 nueces al día?

Las nueces son una extraordinaria fuente de fibra, clave a la hora de mantener un buen tránsito intestinal y combatir el estreñimiento. Ayudan a controlar el apetito. Gracias a su poder saciante, colaboran en el control el apetito y evitan que comamos de más.

Sin embargo, comer nueces en exceso puede acabar provocando daños en nuestro sistema intestinal, así como llevándonos a subir de peso, algo que, por lo general, es justamente lo contrario que se busca al incluir este tipo de alimentos.

Por eso, para aprovechar todos sus beneficios nos serviría con una porción de unos 30 gramos diarios, lo que vienen a ser más o menos unas 7 nueces. La cantidad se puede aumentar si durante la jornada hemos tenido un gran gasto calórico. Esos 30 gramos nos aportarán unas 180 calorías de alto interés nutricional.

Uno de los mejores momentos para comer nueces es a la hora de la merienda o a media tarde. También puedes tomarlas como un tentempié a media mañana.

La consecuencia más habitual de comer demasiadas nueces son la aparición de hinchazón, gases e indigestión. La piel de los frutos secos, pese a ser natural, puede aportarnos un exceso de fibra que, en pequeñas cantidades, es inofensiva pero que con una gran ingesta puede derivar en indigestiones y diarreas.

Es un alimento muy nutritivo y energético, siendo adecuado en dietas para bajar de peso por su capacidad para sustituir otros alimentos y su poder saciante. Además, las nueces aumentan los niveles de serotonina, la cual reduce la sensación de hambre y nos hace sentir de mejor humor.

30 gramos equivalen a unas 5 nueces. Según un estudio citado por Bordoni, para sacar partido a las propiedades protectoras del sistema cardiovascular de las nueces debemos ingerir 30 gramos al día.

Un puñado de nueces diarias (45 gramos, entre 6 y 8 nueces) conlleva un aumento energético del 15%. Disminuyen los niveles de colesterol LDL, conocido como colesterol" malo "y mejoran la calidad de estas partículas. Este estudio, desarrollado por el Dr.

Pues bien, un puñado equivale más o menos a 30 gramos de frutos secos y en el marco de una dieta saludable y equilibrada suponen una necesidad para cumplirla.

Contienen numerosas vitaminas y minerales entre los que destaca su alto contenido en vitamina E, con un alto efecto antioxidante. Asimismo, es una rica fuente de ácidos grasos poliinsaturados como el omega 3 y el omega 6, esenciales para la función neuronal y el sistema nervioso central.

Con solo 25 g de nueces (5 piezas) se satisface el 91% de las necesidades diarias de ácidos grasos omega 3.

Un puñado -al menos 20 gramos- de una mezcla de frutos secos es ideal para recuperarse del ejercicio y ayudarnos a ganar masa muscular.

Algunos frutos secos como las almendras, las nueces o los pistachos, estimulan la producción de melatonina, que es la hormona reguladora del sueño. Por lo que favorecerán la relajación y la sensación de somnolencia.

Los resultaros preliminares del estudio indican que el consumo de una ración diaria de nueces (40 gramos) antes de dormir (bien como merienda o como snack durante la cena o tras la cena) proporciona un aumento significativo de la melatonina.

Mejorar la salud de las arterias. Disminuir la inflamación relacionada con enfermedades cardíacas. Disminuir el riesgo de coágulos sanguíneos, que pueden causar ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Disminuir el riesgo de tener presión arterial alta.

Su consumo es importante para nuestra salud cardiovascular, además de tener acciones antiinflamatorias y anticoagulantes, puede ayudar a regular los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre y controlar la tensión arterial o reducir la posibilidad de sufrir diabetes, entre otras.

Como cualquier tipo de alimento, no se recomienda un consumo excesivo. En el caso de las almendras, el exceso de vitamina E puede provocar visión borrosa, dolor de cabeza, diarrea o letargo, mientras que la mayor cantidad de fibra con la que cuenta este fruto seco puede producir estreñimiento.

Las más destacadas desde el punto de vista nutricional son las nueces, puesto que son el único fruto seco que aporta cantidades importantes de omega-3. Este ácido graso es importante porque ayuda a reducir los citados niveles de colesterol y de triglicéridos, así como a rebajar la presión arterial.

Gracias a su alto contenido en ácidos grasos Omega-3, las nueces son un gran aliado para ayudarnos a reducir el colesterol. Contribuyen en la regulación del tránsito intestinal. Las nueces son una extraordinaria fuente de fibra, clave a la hora de mantener un buen tránsito intestinal y combatir el estreñimiento.

Aportan beneficios intestinales

Comer unos 30 gramos al día (4-7 nueces) se asocia con un aumento en las bacterias que promueven la salud intestinal y eso también contribuye a la reducción de algunos factores de riesgo de enfermedades cardiacas.

La ración recomendada diaria se coloca en torno a los 20-30 gramos, (unas 4 y 7 nueces) lo que supone alrededor de 180 calorías, advierte Consumer.

Los expertos recomiendan ingerir entre 10 y 20 porciones de almendra al día, y en cuanto a las nueces entre 4 y 7 al día.

Calorías

Las nueces aportan 62 gramos de grasas y 646 Kcal por 100 gramos. Las avellanas contienen 61,5 gramos de materia grasa y 661 Kcal. Las almendras reducen el aporte a 54 gramos de grasa total y 610 Kcal. Daremos triple empate porque nadie sale ganador.

Pistachos. Los que son probablemente los frutos secos más completos, ayudan a reducir el colesterol puesto que tienen proteínas vegetales completas, así como un alto contenido en minerales y vitaminas.

¿Cómo alimentarnos si tenemos problemas de colesterol alto?

• Fiambres y embutidos.
• Vísceras (hígado, sesos, riñón, corazón)
• Cortes de carne que contengan mucha grasa,
• Quesos maduros (gruyere, roquefort,
• Caldos y sopas comerciales.
• Crema- manteca.
• Amasados de pastelería (masas de tarta,