¿Qué pasa si congelo acelga cruda?

Algunas de las propiedades de las acelgas que conseguimos conservar al congelar estas verduras de hoja son los betacarotenos, los antioxidantes, vitaminas, calcio, hierro y potasio, componentes necesarios para conservar en buen estado nuestra vista, los huesos, la circulación sanguínea y la piel.

Congelar la acelga cruda

Para un procedimiento correcto, debemos limpiar las hojas, cortarlas y guardarlas dentro de envases plásticos o bolsas herméticas, así evitaremos que el hielo impacte de lleno sobre el vegetal y que termine quemando las hojas verdes y que, como consecuencia, pierda el sabor.

Una vez que hayas terminado de hervir todas las acelgas, divídelas en porciones según las vayas a consumir y guárdalas en bolsitas para el congelador. Un consejo: no llenes las bolsas hasta el máximo, deja siempre algo de espacio.

Se pueden congelar: acelgas, ajo, alcachofas, berenjena, brócoli, calabacín, cebolla, coliflor, espárragos, espinacas, maíz, patata, perejil, remolacha o zanahorias. No se recomienda congelar: endibia, pepinos, tomates, apio, lechuga, aguacate o champiñones .

Paso: Enrolla las hojas de espinacas en forma de bolas para crear porciones óptimas. Mete las bolas en una bolsa de congelación Ultra-Zip^® de Albal^® y congélalas. ¡Listo!

En el caso de las verduras con hojas (la espinaca, la acelga, el kale) sólo necesitas lavarlas y escurrirlas. Para usarlas, sacalas del freezer y mandalas de una al horno o la sartén. También podés probar con el método del “blanqueo”: lo ponés unos segundos en agua hirviendo y luego lo ponés en agua con hielo.

Las acelgas pueden estar congeladas entre 10 y 12 meses sin estropearse, pero te aconsejamos que pongas la fecha en la bolsa para que sepas segur cuánto tiempo hace que pusiste a congelar acelgas.

Si decides congelarlas todavía crudas, tal y como las has cortado puedes guardarlas en fiambreras o tuppers con cierre hermético o bien, utilizar bolsas especiales para congelar, sea cual sea el método que utilices asegúrate de que está bien cerrado y que ninguna parte de las acelgas queda al descubierto.

Acelgas. Como a otros vegetales de hoja verde (lechugas, canónigos, espinacas, cardos, berros, berza, borraja, etc.) se deben guardar en un recipiente cerrado en el refrigerador, con un poquito de humedad, que se consigue con una toallita o papel de cocina mojados o echando gotas de agua por todo el recipiente.

✿ Ponga las verduras directamente en el recipiente o coloque en una bandeja plana y congele hasta que estén firmes, luego póngalas en el recipiente. ✿ Deje la menor cantidad de aire posible en el recipiente antes de cerrarlo y luego coloque en el congelador.

Además, "tenemos que tener en cuenta que las verduras en general tienen gran cantidad de agua y si nosotros congelamos la verdura sin el proceso de adición de azúcares, los cristales que se forman al congelarse el agua dañarán el tejido celular de la verdura y puede afectar a la textura de la misma", apunta Huerta.

La congelación es una manera eficaz de conservar los alimentos, siendo útil para alargar la vida de ingredientes como verduras, carnes, frutas, mariscos, hierbas aromáticas entre otros. El congelamiento rápido previene el crecimiento de grandes cristales de hielo y mantiene la calidad.

En primer lugar, lava muy bien los calabacines y sécalos con cuidado. Trocea los calabacines de la forma que prefieras. Ponlos en una bandeja estirados para que no se queden apelmazados ni se peguen al congelarse. Después, podrás introducirlos en una bolsa de congelación normal y guardarlos hasta que los necesites.

La espinaca tiene más vitaminas.

Añadiendo además también otras vitaminas del grupo B, potasio y ácido fólico. La acelga nos aporta más hierro y calcio. Son sumamente importantes para evitar que suframos anemia y también para hacer que nuestros huesos se mantengan fuertes.

Blanquear la acelga en abundante agua hirviendo durante no más de 2 minutos, retirar y pasar por agua fría, escurrir y reservar.

Verduras cocidas: entre 3 y 4 días, pero ten en cuenta que algunas cogen una textura de corchopán, como las patatas. Conservas abiertas: de 4 a 5 días.

Paso: Escurre bien las espinacas: cuanta menos agua, mejor. También puedes utilizar papel de cocina para secarlas. Paso: Enrolla las hojas de espinacas en forma de bolas para crear porciones óptimas. Mete las bolas en una bolsa de congelación Ultra-Zip^® de Albal^® y congélalas.

Para congelar los tomates enteros primero hay que lavarlos muy bien y secarlos con un trapo. Después simplemente es cuestión de ponerlos en una bandeja extendidos en el congelador, y una vez que están congelados, se deben introducir en una bolsa de congelación extrayendo el máximo de aire posible.

Descongelación con agua fría: este método es más rápido que descongelar en el refrigerador, pero requiere más atención de su parte. Antes de colocar artículos en el agua fría, asegúrese de que su comida esté en una bolsa hermética para que no se filtre agua.

Verduras cocidas: entre 3 y 4 días, pero ten en cuenta que algunas cogen una textura de corchopán, como las patatas.

En general, la mayoría de las verduras congeladas pueden conservarse hasta ocho meses en el congelador. Sin embargo, algunas verduras como el maíz, los guisantes y las judías verdes sólo pueden conservarse seis meses. Es importante conservar las verduras congeladas a -18 °C (0 °F) o menos para mantener su calidad.

¿En qué parte del refrigerador debemos guardarlas? El primer consejo es dejar las espinacas en los cajones de la parte baja. En ese lugar la temperatura no es tan fría como para afectar esta verdura.

Acelga

La rúcula, como la lechuga, no debe permanecer excesivamente húmeda. Por tanto, tras limpiar las hojas se secarán bien y se puede colocar en un recipiente abierto, con papel de cocina en la base para que absorba el agua. Las berenjenas no toleran bien la humedad en sus hojas, por tanto, no se lavarán para conservar.

Primer truco: en cuanto abramos la bolsa y usemos parte de su contenido, meteremos una hoja de papel de cocina dentro. Así, tras cerrarla con una pinza, la guardaremos en la nevera. Ese papel, que actúa como secante controlando la presencia de agua, lo podemos cambiar cada dos días. Para garantizar el secado.

El escaldado reduce o detiene la acción de las enzimas. Si el vegetal no se calienta lo suficiente, las enzimas continúan activas durante el envasado en frío y la verdura podría perder sabor, color y valor nutricional.