¿Qué pasa si duermo en una cama muy dura?

Una cama firme no solo crea puntos de presión que pueden inhibir la circulación, sino que también hace que sea prácticamente imposible alinear la columna vertebral. Un colchón demasiado firme no permite que los hombros y caderas se hundan.

Si el colchón es demasiado duro la presión se concentrará en los hombros y en las caderas en lugar de repartirse de forma uniforme, lo que es molesto. Si el colchón es muy duro, tendrás que comprar un topper para dormir mejor, pero no esperes maravillas.

Si tu postura al dormir es boca arriba, la mejor opción son los colchones duros. Por el contrario, si duermes boca abajo será mejor un colchón de dureza intermedia. Si te mueves mucho en la cama y quieres tener esa sensación de libertad de movimiento, es mejor un colchón duro.

¿Cuándo y por qué debes cambiar tu viejo colchón? Tu colchón tiene fecha de caducidad

Se reduciría así la vida útil del colchón, que es algo que también afectará a la calidad de tu descanso. Para ablandarlo lo mejor es estar tumbado sobre él y nunca, nunca, de pie. En caso de que sea un colchón muy duro, lo mejor es obtener un cubrecolchón mientras el proceso de ablandamiento se produce. ¡Paciencia!

La mayoría de los colchones tienen un período de adaptación a nuestro cuerpo de 30 a 90 días, mientras nuestro cuerpo se adapta al nuevo colchón. Esto se siente especialmente largo si estás luchando para dormir pero no te preocupes, es algo normal.

Los colchones viscoelásticos constituyen una de las opciones más recomendables para disfrutar de un buen descanso. Gracias a su “efecto huella” estos colchones se adaptan a la perfección a la ergonomía de tu cuerpo, eliminando los puntos de presión. De esta manera, disminuyen las tensiones musculares y nerviosas.

Por norma general, las personas que pesan menos de 68 kilos encontrarán comodidad en una espuma de firmeza media o suave; en el rango de las 68 a 90 kilos, se recomienda una espuma medio firme para un mayor soporte muscular, y desde los 90 kilos en adelante se aconseja elegir una espuma firme, para evitar la sensación ...

Trate de dormir con su espalda en una posición neutra: no muy arqueada, pero no plana tampoco. Esto reduce la presión sobre su columna. Estas dos posiciones pueden ayudar: Cuando duerma de lado, coloque una almohada entre las rodillas.

La vida promedio de un colchón es de aproximadamente 10 años, pero depende de varios factores, como el material, la calidad y el uso del colchón.

¿Cada cuánto y por qué debo cambiar mi almohada? Ya sabes que debes cambiar tu colchón al menos una vez cada 5-10 años, y cómo cuidarlo para mantenerlo en un buen estado. Los especialistas, como la Sleep Foundation, recomiendan hacer un cambio de almohada cada 1 a 2 años.

Un colchón viejo no mantiene la firmeza como uno nuevo, la adaptabilidad empeora y produce problemas tanto físicos como mentales. Por lo que la postura se modifica al dormir. Esto puede producir pinzamientos o tirones en los músculos del cuello.

Para evitar que el colchón se hunda, es importante que lo coloques sobre una base firme y asegurarte que el colchón no se queda colgando por ningún lado. Es decir, que está bien apoyado, ya que esto podría provocar que no se ajuste bien y se acabe deformando por los extremos.

Si quieres mejorar la firmeza del colchón puedes probar a colocar un tablón de madera contrachapada entre la base del colchón y el colchón, así tendrás una superficie firme que a su vez trasladará la firmeza al colchón. Debes tener cuidado con este truco, pues no puede ser usado en todos los colchones.

Minimizar la cantidad de líquido

Luego, usa una toalla de algodón, una alfombra o cualquier tela seca para secar el exceso de humedad . Simplemente presiónelo en el área y luego deseche el líquido en un cubo. Repita hasta que no haya charcos visibles en la superficie del colchón o hasta que no sienta exceso de humedad.

Por lo general el tiempo de adaptación a un colchón nuevo suele ser de unas dos semanas o incluso puede alargarse hasta los 30 días, pero como hemos dicho dependerá de tu situación.

Los colchones que hayan sido comprados y utilizados son asimilables a ropa de vestir y, por lo tanto, se pueden devolver a los vendedores, aunque hayan sido desprecintados, de acuerdo con la sentencia C-681/17 del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).

Es decir, tú puedes sentir que un colchón es suave y tu pareja puede opinar que es muy duro. Adicionalmente, los colchones nuevos suelen tener un mayor nivel de firmeza durante las primeras semanas.

Los médicos especialistas en espalda recomiendan optar por un colchón de firmeza media (ni duro ni blando), donde el cuerpo descanse y la columna se sustente al tiempo que el colchón se adapte a las curvas de la espalda.

Resumiendo, los colchones de muelles son frescos, resistentes y ligeros. Son perfectos para las parejas al ofrecer independencia de lechos y tienen un precio algo más elevado que otras opciones. Los colchones viscoelásticos se adaptan muy bien al cuerpo, son más blandos y cuentan con un precio más asequible.

Los colchones naturales son aquellos que están hechos con materiales como lana, algodón, látex, sisal y muelles de acero. Estos materiales ofrecen una sensación cómoda y fresca, lo que los hace ideales para aquellos que buscan una opción más saludable y ecológica para dormir.

A más altura más durabilidad

La durabilidad de un colchón está más relacionada con la densidad (cuanto más denso es un colchón menos se deforma) y la calidad de los materiales, así como su mantenimiento y limpieza diaria, pero es común que un colchón alto contenga más capas y de mayor calidad.

Por ello, los colchones de látex, de espuma viscoelástica y de muelles ensacados son los recomendados para parejas, ya que son los que ofrecen mayor capacidad de absorción del movimiento. En cambio, si dormimos solos, podemos apostar sin problemas por un colchón de muelles tradicionales.

Así, para una persona ligera que ejerza una presión moderada sobre el colchón, se recomienda un nivel de firmeza medio. Por otro lado, una persona más pesada necesitará más apoyo. Pero ten en cuenta que el tamaño sí importa, ya que contribuye a la distribución del peso en el colchón.

Por tanto, la conclusión está clara: no es bueno dormir sin almohada en ningún supuesto, ni existen potenciales beneficios en prescindir de ella por las noches. Tanto para evitar lesiones cervicales como vertebrales y discales, la almohada es una gran aliada que proporciona al cuerpo un descanso de calidad.

El dolor en la parte superior y media de la espalda podría estar causado por: Uso excesivo, distensión muscular o lesión en los músculos, en los ligamentos y en los discos que sostienen la columna vertebral. Mala postura. Presión en los nervios espinales por determinados problemas, como una hernia de disco .

Algunas de las afecciones comúnmente relacionadas con el dolor de espalda son las siguientes:

• Distensión muscular o de ligamentos.
• Abultamiento o rotura de disco.
• Artritis.
• Osteoporosis.
• Espondilitis anquilosante, que también se conoce como espondiloartritis axial.