¿Qué pasa si el colchón es muy duro?

Inconvenientes. Si el colchón es demasiado duro la presión se concentrará en los hombros y en las caderas en lugar de repartirse de forma uniforme, lo que es molesto. Si el colchón es muy duro, tendrás que comprar un topper para dormir mejor, pero no esperes maravillas.

Un colchón muy duro afectará negativamente a tus dolores de espalda por una razón: Presionará zonas críticas de tu cuerpo y no podrás relajar tus músculos. Algunas de las zonas que más se ven afectadas son el cuello, la zona de los hombros y la cadera, sobre todo cuando duermes de lado.

Si el colchón es demasiado duro, tendrá que recurrir a un sobrecolchón de baja densidad para beneficiarse de una experiencia de sueño más suave. Una densidad de alrededor de 300 a 400 gr/m² es ideal en este caso. Ofrece la posibilidad de relajar el cuerpo en la ropa de cama que se considera demasiado firme.

Si tu postura al dormir es boca arriba, la mejor opción son los colchones duros. Por el contrario, si duermes boca abajo será mejor un colchón de dureza intermedia. Si te mueves mucho en la cama y quieres tener esa sensación de libertad de movimiento, es mejor un colchón duro.

La mayoría de los colchones tienen un período de adaptación a nuestro cuerpo de 30 a 90 días, mientras nuestro cuerpo se adapta al nuevo colchón. Esto se siente especialmente largo si estás luchando para dormir pero no te preocupes, es algo normal.

Aquí te decimos cuáles son las señales de que tu colchón es el causante de tu dolor de espalda.

En resumen, si no logras conciliar el sueño con facilidad, si pasar una mala noche se está convirtiendo en costumbre, si por las mañanas te levantas con dolores de espalda y la energía por los suelos, lo más probable es que sea culpa de tu colchón y que sea necesario sustituirlo.

Se reduciría así la vida útil del colchón, que es algo que también afectará a la calidad de tu descanso. Para ablandarlo lo mejor es estar tumbado sobre él y nunca, nunca, de pie. En caso de que sea un colchón muy duro, lo mejor es obtener un cubrecolchón mientras el proceso de ablandamiento se produce. ¡Paciencia!

El uso de un sobrecolchón es la manera adecuada de aumentar la duración de nuestro equipo de descanso. Cada noche, cuando nos vamos a dormir, nuestro colchón sufre poco a poco el deterioro y deformación que produce la presión continua de nuestro cuerpo.

Colocar una almohada fina bajo la cabeza y otra almohada debajo de las caderas, puede ayudar a mantener la columna más alineada y favorece que esta postura sea un poco más natural. Para los durmientes de estómago se aconseja un colchón firme con buen soporte en la zona de las caderas y la pelvis.

Los colchones viscoelásticos constituyen una de las opciones más recomendables para disfrutar de un buen descanso. Gracias a su “efecto huella” estos colchones se adaptan a la perfección a la ergonomía de tu cuerpo, eliminando los puntos de presión. De esta manera, disminuyen las tensiones musculares y nerviosas.

Si padeces lumbalgia, dormir en un colchón viscoelástico (de espuma viscoelástica) puede aportarte el alivio que tanto necesitas. La viscoelástica es un material sintético fabricado para absorber la presión y el peso de tu cuerpo, a la vez que mantiene la columna vertebral en su alineación natural.

Por norma general, las personas que pesan menos de 68 kilos encontrarán comodidad en una espuma de firmeza media o suave; en el rango de las 68 a 90 kilos, se recomienda una espuma medio firme para un mayor soporte muscular, y desde los 90 kilos en adelante se aconseja elegir una espuma firme, para evitar la sensación ...

Por lo general el tiempo de adaptación a un colchón nuevo suele ser de unas dos semanas o incluso puede alargarse hasta los 30 días, pero como hemos dicho dependerá de tu situación.

Un colchón demasiado blando va a hacer que nuestro cuerpo se hunda y nuestra columna vertebral se arquee, provocando dolores vertebrales y de lumbar. ¿En qué casos puede ser una buena elección un colchón blando, entonces? Un colchón de firmeza baja será recomendable para personas de poco peso, como los niños.

Algunos colchones podrían tardar hasta 48 horas para recuperar su forma y ofrecer sus propiedades al completo, pero este es el tiempo más extenso que pueden tardar en volver a su forma habitual. En cuanto al tiempo máximo que puede pasar un colchón enrollado en casa, se recomienda que este tiempo no exceda de 30 días.

La vida promedio de un colchón es de aproximadamente 10 años, pero depende de varios factores, como el material, la calidad y el uso del colchón.

El colchón viscoelástico con núcleo de espuma siempre aportará mayor firmeza a la hora del descanso, mientras el colchón de muelle ensacado aporta mayor adaptabilidad al cuerpo y, por tanto, menor sensación de firmeza.

Haber elegido una almohada poco adecuada a tu complexión física suele ser el motivo principal de los dolores al amanecer. Si esta es demasiado blanda o queda muy alta, te obliga a forzar la posición recta de tu cuello con respecto a tu columna. Es normal entonces que sufras dolor al levantarte.

Por ello, los colchones de látex, de espuma viscoelástica y de muelles ensacados son los recomendados para parejas, ya que son los que ofrecen mayor capacidad de absorción del movimiento. En cambio, si dormimos solos, podemos apostar sin problemas por un colchón de muelles tradicionales.

Cómo saber que tienes que cambiar el colchón

Una manera de detectar a aquellos que se ven a simple vista es colocando sobre el colchón una hoja negra de papel durante unos minutos. Si observas que hay unos “puntitos” blancos que se mueven lentamente sobre la superficie del papel, no hay duda: ¡hay ácaros!

Minimizar la cantidad de líquido

Luego, usa una toalla de algodón, una alfombra o cualquier tela seca para secar el exceso de humedad . Simplemente presiónelo en el área y luego deseche el líquido en un cubo. Repita hasta que no haya charcos visibles en la superficie del colchón o hasta que no sienta exceso de humedad.

Acostado boca arriba en una posición reclinada

Reclinarse ayuda a reducir la presión sobre la columna vertebral y proporciona un soporte en la espalda al crear un ángulo entre el tronco y los muslos.

Para conocer la dureza de un colchón se comprime cada pieza de espuma al 40% de su tamaño original y se mide la fuerza en newtons (N) que hace falta para lograrlo. Así, una clasificación de dureza de 70-100N significa que se requieren entre 70 y 100 newtons de presión para comprimirla al 40%.

Un colchón puesto sobre otro no estará bien fijado al somier y por tanto provocará movimientos y ruidos indeseados que harán que te despiertes por la noche. Por no hablar del riesgo de caídas que puede acarrear esta práctica y que puede provocar lesiones de diversa consideración.

Como ya hemos comentado, la firmeza de un colchón distribuye de manera equitativa el peso corporal. Esto puede ser beneficioso para aquellas personas que sufren de dolor de espalda, pues aliviará la presión que causa el dolor, al no poder hundirse la zona lumbar. Mejora la circulación sanguínea.