¿Qué pasa si las aves no migran?

Si los pajaritos que se comen las moscas o los gusanos que acaban con ciertas plantaciones dejan de ir cada verano a devorar a esos insectos. La consecuencia es que esa comunidad de bichos crecerá o los humanos recurrirán a plaguicidas para exterminarlos, lo que genera más contaminación y trastorno del clima.

​ En contraste, las aves que no son migratorias son llamadas aves residentes.

Muchos animales emigran a las regiones nórdicas durante los meses de verano. Puesto que los largos días del verano en aquellas regiones aseguran un buen suministro de alimentos. Y cuando el otoño y el frío se aproximan, emigran hacia el sur para encontrar un clima invernal más suave y mayor disponibilidad de comida.

Cada año, la contaminación lumínica contribuye a la muerte de millones de aves. Altera los patrones naturales de luz y oscuridad en los ecosistemas. Puede cambiar los patrones de migración de las aves, los comportamientos de búsqueda de alimento y la comunicación vocal5.

En esta categoría se encuentran la mayoría de las reinitas, vireos, mosqueros, zorzales, gorriones, ictéridos, cardenales, correlimos y otros. Estas aves migran de noche por diferentes razones como: Menor número de depredadores potenciales. Bajas temperaturas por lo que no se deshidratan ni se sobrecalientan.

Se trata del charrán ártico, un ave que pesa tan sólo 100 gramos y recorre 70 mil kilómetros de polo a polo y busca un verano constante.

Su protagonista es una pequeña ave, el charrán ártico, la cual recorre más de 70.000 kilómetros en su viaje de migración anual de polo a polo, el equivalente a lo largo de su vida a volar en 3 ocasiones a la Luna y regresar.

Las especies urbanas migratorias principales son la golondrina común, el avión común y el vencejo común. Entre las rapaces migradoras que viajan a las ciudades se hallan el cernícalo primilla y el autillo europeo.

Las aves suelen seguir rutas migratorias establecidas, por lo general, rutas de norte a sur con lugares propicios para descansar y reponer energías en el camino. Varias especies de aves comparten estas rutas y deben hacer frente al mal tiempo, la deshidratación, el hambre y los depredadores.

¿Dónde ver aves en invierno? Los grandes contingentes de aves migratorias corresponden a acuáticas y limícolas, por los que los mejores lugares para ver aves en invierno (especialmente en grandes números) son las zonas húmedas: estuarios, marismas, lagos y lagunas, zonas costeras, etc.

Ayuda a las aves

Durante las migraciones, las aves pueden aprovechar el descanso en vuelo para minimizar la interrupción de su viaje. Algunas especies son capaces de dormir brevemente mientras están en pleno vuelo, manteniendo solo un ojo cerrado y el otro abierto para estar alerta ante posibles depredadores.

La destrucción de hábitat, el cambio climático, las especies invasoras y el tráfico de vida silvestre son algunas de las principales amenazas para las aves.

Cuando cae la noche, estas aves buscan un lugar donde posarse, como una rama o un alféizar para poder descansar. Una vez han encontrado el lugar donde quieren descansar, se esponjan las plumas, giran la cabeza, meten el pico en las plumas de la espalda y estiran una pata sobre el vientre antes de dormirse.

Para la mayoría de las especies, la migra- ción es un viaje que se realiza dos veces al año, desde una zona de cría estival, donde abunda el alimento, hacia un lugar de clima más favorable para pasar el invierno, y luego regresar al pun- to de partida para nidificar nuevamente.

18 horas para recorrer 700 kilómetros

La travesía marítima sin escalas de aproximadamente 18 horas se realiza en otoño, cuando las condiciones de circulación del aire son óptimas.

Las migraciones anuales de las aves costeras migratorias (Charadriiformes) pueden superar en algunos casos los 30.000 kilómetros, incluyendo uno o más vuelos transoceánicos sin escalas que oscilan entre los 8.000 y 12.000 kilómetros.

El animal más rápido del planeta Tierra es el halcón peregrino, que puede desplazarse por el aire a casi 320 kilómetros por hora.

realizan una serie de vuelos que duran desde unas horas hasta unos días y, entre un vuelo y otro, necesitan realizar escalas para descansar y reabastecerse, lo que puede tomarles desde un día hasta algunas semanas.

La Libélula

Pues efectivamente, el vuelo promedio de este curioso insecto es de 25 km/h, pero puede llegar a volar a 100 km/h. ¡Asombroso!

Algunos de los ejemplos de aves migratorias son:

Cada primavera y verano muchas aves migratorias vuelan hasta nuestro país para habitar en él hasta el otoño, cuando muchas de ellas se ponen en marcha de nuevo hacia el continente africano, donde pasan el invierno.

Las golondrinas purpúreas migran hacia América del Sur durante el invierno. Antes de irse, miles de ejemplares se juntan para descansar sobre los árboles a finales del verano.

Desde mediados de septiembre nuestras golondrinas se marchan muy lejos, ya que durante el invierno en España no tiene suficiente alimento para sobrevivir.

A las cigüeñas y vencejos, les acompañarán en su viaje otras muchas especies como las golondrinas, aviones comunes, milanos negros, autillos y abejarucos.

Está considerada una de las especies de aves que recorren más distancia en sus migraciones, las golondrinas recorren hasta 71.000 kilómetros cada año. Pueden volar unos doscientos kilómetros al día de una sola vez.

Las migraciones son desencadenadas por cambios estacionales que modifican la disponibilidad de recursos tróficos a escala local. Las aves se anticipan a estos cambios y migran hacia lugares complementarios, que tienen abundancia de alimento cuando los lugares de origen ya no lo tienen.