¿Qué pasa si me como una conserva vencida?

Se calcula que un alimento enlatado puede durar entre 2 y 5 años aproximadamente sin perder ninguna de sus propiedades. Una vez superado dicho tiempo, por norma general se pueden consumir sin que esto suponga ningún peligro, pero sus propiedades nutritivas, así como texturas y sabor pueden verse afectados.

Un alimento caducado

Por tanto, cuando un alimento pasa de la fecha de caducidad indicada en la etiqueta, este deja de ser adecuado para el consumo y no se debe ingerir. Sí se puede consumir hasta el mismo día en el que aparece la fecha.

Esto hace que la comida en conserva sea un artículo casi indispensable en la despensa de cualquier hogar. El proceso al que son sometidos los alimentos en conserva es una excelente forma de mantener los alimentos comestibles por un periodo de dos a cinco años.

Dolor de cabeza. En ocasiones, dolor abdominal, náuseas y diarrea. Suele tratarse de cuadros leves que desaparecen a las pocas horas.

«Pasada la fecha de caducidad hay que abstenerse de comer carnes, pescado o queso fresco. El riesgo puede presentarse incluso antes de esa fecha si los alimentos no se han conservado a temperaturas adecuadas.

CONSERVAS. Se calcula que un alimento enlatado puede durar entre 2 y 5 años aproximadamente sin perder ninguna de sus propiedades. Una vez superado dicho tiempo, por norma general se pueden consumir sin que esto suponga ningún peligro, pero sus propiedades nutritivas, así como texturas y sabor pueden verse afectados.

Aunque la conserva en cristal puede conservarse más tiempo que la lata, cabe destacar que la conserva en lata también aguanta en perfecto estado hasta 48 horas, en el caso de los formatos más grandes. Si prefieres que dure más, siempre puedes trasvasar el contenido de la lata a un tarro de cristal.

Por lo general, la comida enlatada dura mucho más de lo que dicen las etiquetas. De acuerdo con un análisis químico realizado por la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense, se pueden conservar un siglo en buen estado.

Esterilizar los botes y las tapas en agua hirviendo durante 15 minutos. Dejar escurrir bien antes de usarlos (evitar secar con un trapo, para evitar recontaminarlos). Se recomienda cambiar las tapas y usar envases de vidrio.

Si las consumimos después de su fecha de consumo preferente, podremos notar unas anchoas más saladas al paladar, pero se pueden comer, sigue siendo seguro. Independientemente, se aconseja comerlas en el instante en el que se abren, para evitar el proceso de putrefacción, especialmente en los días calurosos.

El director general de la patronal conservera española, declara: “la sardina en lata es un producto no perecedero si está sellado herméticamente. El fabricante puede poner la fecha de consumo preferente que desee. Si la fija en cinco años, es para que haya rotación”.

Como norma general, se recomienda consumir el atún abierto en un plazo máximo de 24 horas si está en lata metálica y de 48 horas si está en envase de plástico o de vidrio. Para ello, es importante guardar el atún en un recipiente hermético y limpio, cubierto con su propio líquido y sin mezclarlo con otros alimentos.

Si vemos que ha pasado un día de la fecha de caducidad, todavía puedes cocinarlo: lava el alimento y haz un guiso, un estofado, unas albóndigas, carne en salsa, cocido, potaje… de esa forma con una cocción prolongada se eliminan las bacterias patógenas.

«Consumir preferentemente antes» se refiere a la calidad: el alimento será seguro para consumir después de esa fecha, pero puede que no esté en su mejor forma. Por ejemplo, su sabor y textura pueden no ser tan buenos.

Al estar herméticamente cerrados y esterilizados, estos alimentos se conservan aptos para el consumo durante mucho tiempo y, precisamente es por eso que hay conservas que no caducan sino que tienen consumo preferente.

La fecha de caducidad indica hasta cuando un alimento es apto para su consumos. Ingerir un producto fuera de este plazo aumenta el riesgo de intoxicación alimentaria. Revisado y aprobado por el médico Carlos Fabián Avila.

Una lata de jurel abierta no debe ser almacenada, si desea conservar parte de su contenido, debe guardarlo en un envase cerrado hasta por dos días. También puede congelarlo a -18 ºC, hasta por un mes.

Sugerimos consumir como máximo en 3-4 días después de su apertura.

Por su bajo porcentaje de agua, las legumbres secas, como los garbanzos, las judías blancas o las lentejas no caducan, así que su consumo es óptimo varios años después de su compra, señala la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Una lata de pisto en conserva abierta puede aguantar 3 o 4 días en el frigorífico.

A veces podemos detectarlo visualmente o por el olor, si el líquido está turbio o hay burbujas, desprende un olor desagradable o si vemos un cambio de color del producto. En ese caso, es mejor desechar la conserva. A veces el producto sale como una explosión o produce una especie de “silbido” al abrirlo.

A pesar de que las esporas de C. botulinum son termorresistentes, la toxina producida por la bacteria que crece a partir de las esporas en condiciones anaeróbicas se destruye mediante el hervor (por ejemplo, a una temperatura interna superior a los 85ºC durante al menos cinco minutos).

A simple vista, no puede advertirse la presencia de la toxina botulínica en una conserva. Cuando el consumidor come alimentos con toxina botulínica no puede detectar su presencia porque el alimento puede tener un gusto agradable al igual que una conserva sin toxina, ya que no modifica su color, olor ni sabor.

Los síntomas del botulismo provocado por alimentos aparecen, en general, entre 12 y 36 horas después de la ingestión, aunque muchas veces no surgen hasta varios días después.

El botulismo

Los primeros síntomas se presentan en promedio entre las 12 y las 36 horas luego de la ingestión del alimento contaminado, y son los siguientes: visión doble, dificultad para hablar y tragar, sequedad de boca y debilidad generalizada.

Los siguientes parámetros son indicativos de una conserva en mal estado:

1. El líquido está turbio.
2. La conserva ha cambiado de color.
3. La tapadera está abombada.
4. Hay burbujas en el líquido.
5. La tapadera está oxidada.
6. Desprende un olor desagradable.