¿Qué pasa si mi gato se come una babosa?

Al igual que sucedía con las personas y con los perros, las babosas para los gatos no son venenosas por contacto, pero, si ingieren una, sí pueden transmitirles parásitos, como Aelurostrongylus abstrusus o Troglostrongylus spp., que principalmente afectarán a su sistema respiratorio al alojarse en los pulmones.

¿Las babosas pueden hacerle daño a mi perro? Las babosas y los caracoles pueden ser portadores de gusanos pulmonares, y estos parásitos pueden causar problemas de salud graves en tu perro.

La respuesta es simple: no. Al igual que para los seres humanos, las babosas no son venenosas ni para los perros ni para los gatos.

Cuando un perro o un gato ingiere veneno para hormigas o caracoles, los síntomas se observan de inmediato y pueden ser alguno de estos (o todos): babeo excesivo, vómitos y diarreas, desplazamientos de un lado a otro con notorio nerviosismo, temblores musculares, falta de coordinación al caminar, dificultad respiratoria ...

Los caracoles y babosas se alimentan de materia vegetal viva o en descomposición, pero prefieren los retoños de plantas jóvenes y tiernos. Las posturas recién brotadas y los retoños suaves de plantas bien asentadas suelen ser sus primeras víctimas.

Los caracoles y las babosas son los responsables de contagiar a los humanos una rara infección parasitaria que recibe el nombre de 'angiostrongiliasis' y que puede causar graves problemas de salud e incluso causar la muerte.

Los parásitos que acechan a nuestros perros no sólo se transmiten a través de garrapatas y mosquitos. Caracoles y babosas, si estos son ingeridos por nuestras mascotas, también pueden transmitirles dos tipos de gusanos que afectan al corazón y los pulmones.

Uno de los significados más extendidos es que cuando ves estos moluscos en casa es porque necesitas determinación para hacer las cosas, pues de lo contrario te quedarás estancado en el proceso de conseguir lo que anhelas.

El moco segregado por estos animales contiene iones de metales como el cinc, el calcio, el hierro y el cobre, que ayudan a generar una sustancia pegajosa y altamente adhesiva.

Este es un mensaje del universo para instruirte a no manejarte de manera impaciente. La impaciencia te hará tomar decisiones equivocadas y afectará negativamente a todos los aspectos de tu vida. Por otra parte, el universo te está transmitiendo un fuerte mensaje en relación a que tú mismo tienes una baja autoestima.

Las babosas no tienen veneno, pero sí parásitos

El más conocido es el Angiostrongylus cantonensis, un nematodo nativo de Asia que se ha extendido a ciertas regiones de América, África y Australia. Este parásito utiliza a los gasterópodos (babosas y caracoles) como hospedadores intermedios.

Se recomienda darle al gato una porción de carbón vegetal para absorber las toxinas. También se puede disolver un puñado de sal en agua y dárselo al gato para inducir el vómito. Sin embargo, es significativo tener en cuenta que estas medidas no deben reemplazar la atención médica profesional.

Las principales enfermedades causadas por los caracoles son la equistosomiasis, fasciolosis y la meningitis eosinofílica, que pueden infectar a las personas a través del contacto con las secreciones de los caracoles o el consumo de estos moluscos crudos o mal cocidos.

El remedio más efectivo y directo para eliminar las babosas (y también los caracoles), es la sal. El mecanismo es simple: al pasar por una superficie cubierta de sal, la babosa se deshidrata y muere en el acto.

Para eliminar las babosas de forma definitiva puedes usar productos químicos como el metaldehido o el methiocarb. Estos productos son gránulos que debes repartir por el suelo y cerca de la planta para que la babosa se lo como y muera. Las babosas tardarán 2 días en morir después de comer estos productos.

Las babosas son especialmente activas durante la noche

Durante el día, las babosas suelen ocultarse en agujeros en la tierra, bajo las plantas, en el mantillo o en el fieltro que recubre el suelo del huerto. De día solo abandonan su escondite si el clima es húmedo.

La estructura y biología de los caracoles y babosas es similar, excepto las babosas no tienen la concha exterior en espiral. Su control requiere diligencia y un método integrado que incluya la eliminación de escondites y lugares húmedos, el uso de trampas y barreras y removerlos a mano.

Los pájaros además de ser buenos compañeros en el jardín es el mayor depredador natural de las babosas, también lo son los patos, los pollos y cualquier otra especie de aves. Los sapos. Los sapos también pueden ayudarte a deshacerte de las babosas ya que se las comen.

La alimentación de las babosas es muy variada. Se alimentan frecuentemente y en lo posible de tejidos vegetales, pero pueden también consumir residuos animales. La gran babosa o la pequeña babosa gris prefieren las plantas al suelo. A menudo son atraídas por vegetación en descomposición.

En caso de ingestión accidental es importante observar los síntomas, que variarán en función de factores como el tamaño del animal o la cantidad de planta consumida. Si se observa dermatitis de contacto, hay que limpiar bien el área con agua. Si el problema persiste es conveniente consultar con el veterinario.

Estos síntomas duran de 3 a 5 días. Después, antes de morir, el animal desarrolla una de estas dos formas de la enfermedad: Rabia furiosa (loca) que convierte al animal en agresivo y muerde cuanto encuentra.

Los síntomas pueden aparecer a los pocos minutos de la ingestión de algún veneno y se caracterizan principalmente por la presencia de signos neurológicos como agitación, espasmos musculares y rigidez muscular, a veces asociados con convulsiones.

Además, la sal también ahuyenta a los animales que pueden dañarla directamente, como las babosas o los caracoles. Muchas criaturas de piel suave y húmeda evitan la sal porque tiende a deshidratarlas.

Al salir de los huevos, las babosas solo miden unos milímetros y son transparentes. Viven de 9 a 18 meses según la especie y la región. Pueden procrear una nueva generación al año, cada dos años, o dos al año.

Una babosa puede poner entre 100 y 500 huevos en grupos de 10 a 50; los deposita en un agujero cavado en la tierra o bajo un refugio. Los huevos son esféricos, de color amarillo blancuzco o transparentes.

Durante los días soleados y los meses cálidos del verano, los caracoles y las babosas se refugian en rincones frescos y húmedos, y salen en las noches o en días nublados o con niebla.

La babosa es un pequeño molusco de tierra, sin concha, de tamaño variable: puede medir entre 1 y 15 cm de longitud. Posee dos antenas en las que se encuentran los ojos y que también cumplen la función olfativa y táctil. Se desplaza gracias al líquido que segrega su cuerpo y le permite arrastrarse fácilmente.