¿Qué pasa si no se cura el complejo de Electra?

Para referirse a las mujeres, se utiliza el término de complejo de Electra. Si este complejo no desaparece cuando las mujeres son niñas, al igual que pasa con los hombres, puede acarrear problemas en el desarrollo psicosexual y conllevar consecuencias en su vida adulta.

No obstante, mientras se mantiene el complejo de Electra serán frecuentes los comportamientos de la niña de rechazo hacia la madre, sensación de falta de cariño hacia esta, “visión idolatrada” del padre, sentimientos de cariño excesivo hacia el mismo y búsqueda constante de la exclusividad hacia ella de este.

No existe una forma real de manejar el complejo de Electra, sin embargo, prestar poca atención a los sentimientos de amor manifestados con relación al padre y evitar castigar a la niña por estas acciones, parecen ayudar a superar más rápido esta fase y no entrar en un complejo de Electra mal resuelto.

Si un niño no supera esa etapa y se convierte en adulto, es probable que tenga problemas para llevar una vida plena y satisfactoria. Seguramente tendrá dificultades para madurar psicológicamente y desarrollar su propia personalidad. Además, le costará ser autosuficiente y alcanzar sus metas vitales.

Síntomas del complejo de Electra

Síntomas del complejo de Electra en adultos

Sienten rechazo y ninguna compasión por su madre. Dependen emocionalmente de su pareja (y aceptar cualquier cosa que haga como consecuencia, incluso maltratos). Necesitan aprobación de su pareja para dar el siguiente paso. Tienen poca autoestima y amor propio.

Freud describió este complejo como el anhelo de una hija por su padre, por lo que entra en competencia con su madre. Según él, en la hija subyace el deseo inconsciente de reemplazar a su madre como pareja sexual de su padre, lo que provoca esa rivalidad.

El complejo de Electra fue definido por el psicólogo Carl Jung a partir del trabajo de Freud. Su origen proviene de la mitología griega: Electra, hija del rey Agamenón, mata a su madre para vengar la muerte de su padre.

Es una expansión de su teoría creada por Carl Jung, utilizada específicamente para definir los sentimientos de las niñas que están obsesionadas con sus padres. Aunque muchos niños experimentan sentimientos que pueden coincidir con la descripción de la teoría del complejo de Electra, no es una teoría o condición aceptada en la psicoterapia moderna .

El complejo de Electra es un término utilizado para describir la versión femenina del complejo de Edipo. Se trata de una niña, de entre 3 y 6 años, que se vuelve inconscientemente apegada sexualmente a su padre y cada vez más hostil hacia su madre.

Término utilizado por el psicoanálisis para referirse al temor a la castración que aparece en el varón en el periódico fálico cuando se desarrolla el complejo de Edipo. La angustia de castración hace que se abandone las tendencias edípicas.

Sin embargo, en realidad fue Carl Jung quien acuñó este término, que luego fue rechazado por Freud e incluso ignorado por el propio Jung. Un estudio de una muestra de libros de texto de psicología recientes revela que un número sustancial de autores atribuyen el término complejo de Electra a Freud.

Para tratar el complejo hay que modificar ciertos aspectos en la vida del individuo, como identificar el problema que se tiene y comenzar a tomar decisiones propias; además de ello, es indispensable eliminar la dependencia económica y emocional con los progenitores.

Origen del complejo de Edipo

Se basa en un personaje de la mitología griega que mata al rey Edipo (su padre) y se casa con su madre. Según Freud el complejo de Edipo es el deseo inconsciente de un hijo de mantener una relación sexual incestuosa con la madre y de eliminar al padre.

Etapas psicosexuales del desarrollo. La teoría psicosexual de Freud establece cinco etapas del desarrollo humano: oral, anal, fálica, de latencia y genital . Estas etapas psicosexuales capturan los principales puntos de crecimiento de una persona desde la infancia hasta la edad adulta y se centran en diferentes facetas de deseos, necesidades y anhelos.

¿Qué es el Complejo de Edipo? El hijo que se enamora de la madre… Y el de Electra cuando es la hija la que se enamora del padre.

Las hijas naturalmente anhelan la conexión con sus padres y valoran especialmente el afecto emocional y físico de sus padres. De hecho, según la investigación de Meg Meeker, cuando las niñas y los padres tienen una conexión más fuerte, a las hijas les va mejor en la vida en diferentes niveles.

El complejo de Edipo se manifiesta en los niños en las primeras etapas de desarrollo. El niño comienza a situarse como un hombre y se enamora de su propia madre, ya que es la primera mujer más cercana a él en su vida.

El complejo de Edipo es un término freudiano que lleva el nombre de un hombre que, sin saberlo, mató a su padre y se acostó con su madre. Freud dijo que un niño desarrolla un enamoramiento inconsciente hacia su madre y, al mismo tiempo, teme que su padre sea un rival. Esto sucede a un nivel inconsciente.

El complejo de inferioridad consiste en sentirse en general por debajo e inferior a otras personas sin razones objetivas o reales. Habitualmente la persona que padece de complejo de inferioridad siente que los demás son mejores, tienen más cualidades, más posibilidades en todo.

El complejo de superioridad es un mecanismo inconsciente en el cual tratan de compensarse los sentimientos de inferioridad de los individuos, resaltando aquellas cualidades en las que sobresalen. Es lógico pensar que cada individuo posea aspectos positivos y otros negativos.

El complejo de inferioridad se refleja a través de la baja autoestima y la sensación continuada de no contar con las habilidades necesarias que nos hagan enfrentarnos al mundo, especialmente en los ámbitos que impliquen relaciones con los demás.

La expresión "complejo de Electra" o "complejo de Edipo", en el caso de los niños, define el encariñamiento especial con el progenitor del sexo opuesto y el consiguiente conflicto con el del mismo sexo. En el caso de la niña, por tanto, afecta al padre.

El análisis del término madre devoradora

La “madre devoradora” es codependiente y “consume” a sus hijos, particularmente a sus hijos, emocional y psicológicamente . Busca realizarse a través de sus hijos porque la mística femenina la ha convencido de que su identidad es inseparable de sus roles de esposa y madre.

Al momento de saberse o reconocerse se arranca los ojos, para "ver" y "verse" de verdad porque, como lo dice casi al final de la obra, "¿Qué es, pues, para mí digno de ver?" 1335.

Si debido a algún problema no se resuelven en su momento, aparecen las llamadas “fijaciones”. Una fijación es un foco persistente en una etapa psicosexual anterior. Hasta que este conflicto no se resuelve, el individuo seguirá estando “atascado” en esta etapa.

Si el desarrollo durante la etapa oral no progresa de una manera saludable, Freud creía que podría contribuir al desarrollo de una fijación oral. Los individuos con una fijación oral podrían seguir mordiendo, masticando, lamiendo, chupando cosas como una forma de exploración hasta la edad adulta.