¿Qué pasa si riego mucho el césped?

Un riego excesivo perjudica la estructura del suelo porque: No permite una adecuada aireación del suelo ni el drenaje adecuado del agua con lo que la raíz puede llegar a enfermar y morir por asfixia.

El crecimiento de la planta se detiene repentinamente y las hojas se vuelven amarillas y luego marrones, lo que indica que hay exceso o falta de riego. Examina las hojas: si están crujientes, probablemente estés regando poco; si están blandas al tacto, probablemente estés regando en exceso.

Si no llueve, el césped debe regarse dos veces por semana, con entre 10 y 15 milímetros cada vez. Si el césped recibe cantidades insuficientes de agua de manera continuada, el sistema de raíces se ve forzado a aflorar a la superficie, donde está el agua y, por lo tanto, el césped se vuelve aún más sensible a la sequía.

La norma recomienda riegos profundos, no superficiales. En los picos de calor puedes necesitar regar a diario, mientras que en períodos con menos temperatura, puedes regar días alternos.

En verano se suele regar unos 15 minutos de difusores a diario y 25 minutos de aspersores. Riegos más espaciados en el tiempo pero más abundantes en volumen producen un mejor desarrollo en profundidad de las raíces. El exceso de riego, por cierto, muy frecuente, provoca enfermedades por hongos y asfixia radicular.

Antes de regar, inspeccione el suelo. Si puede localizar la humedad del ciclo de riego anterior a 5 cm/2″ por debajo de la superficie del suelo, es posible que esté regando en exceso. Por otro lado, si el suelo está tan duro que no se puede atravesar con un destornillador, es posible que exista una falta de riego.

Evita regar las horas centrales del día, cuando hace más calor. Se pierde más agua por evaporación. El viento es mayor, con lo que hay más pérdidas por evaporación y el riego es menos uniforme, es decir, que en unos sitios cae más agua que en otros. Se favorece el ataque de hongos.

El momento ideal para regar la mayoría de variedades de césped es a primera hora de la mañana. La hierba tendrá todo el día para secarse y el agua no se evaporará de una vez, ya que el sol no ha tenido tiempo de calentar el césped. Sin embargo, la opción más ecológica es regarlo por la noche.

Riega temprano por la mañana o por la tarde noche, ya que el sol fuerte y directo del verano puede quemar el césped húmedo.

Con los difusores te suelen hacer falta 6 – 7 minutos de riego, pues la cantidad de agua que proporcionan es suficiente. El riego con aspersores. Los aspersores, al contrario que los difusores, proporcionan menos agua y la distribuyen de manera más equitativa. Con ellos harían falta unos 20 – 40 minutos de riego.

Riego. Si quieres que tu césped esté verde y lustroso, es muy importante que lo riegues. La frecuencia de riego para tu césped depende de la temperatura y la humedad. Cuando la hierba necesita agua, empieza a adquirir un tono azulado y grisáceo y las hojas más antiguas de la planta empiezan a rizarse o marchitarse.

En verano, en un césped bien cuidado, la tierra más profunda debe estar húmeda (no mojada) y la parte superior, de 1 a 2 cm, debe estar seca; nunca debe ser al revés. Si la muestra está húmeda en la parte superior y seca por debajo, el agua no llega hasta donde es necesario.

¿Cómo cuidar el césped? 5 consejos útiles para mantenerlo siempre verde.

Compost. Es el abono orgánico más usado para césped. El compost ayudará a mejorar la densidad y el color del césped, aportando en él un mayor enraizamiento. Guano.

La alternativa es el riego por goteo enterrado. Consiste en una tubería de polietileno con los goteros integrados y diseñados especialmente para operar enterrados, anti-raíces, anti-succión y autocompensantes.

Cuando arranca la temporada de jardín en primavera debe cortarse el césped por primera vez. A partir de entonces, se recomienda cortar el césped entre 1 y 2 veces por semana hasta el otoño. Entre mayo y junio la hierba crece especialmente rápido, en esa época debe cortarse el césped sin falta una vez por semana.

En verano, lo habitual es tener que regar 2 o 3 veces por semana, mientras que invierno el procedimiento se dilata, y suele ser suficiente con una vez por semana o incluso, cada 15 días.

Por lo general suele ser suficiente de una a dos veces por semana de acuerdo al ambiente en el que se encuentre la planta. Sin embargo, en ocasiones se suele regar muchas veces con poca agua, siendo una mejor opción regar menos veces, pero, asegurándote de que reciban mayor cantidad de agua.

Con el cambio de temporadas, la temperatura y la humedad en el ambiente cambian y es necesario ajustar la frecuencia en el riego para las plantas. En verano hay que regar de 2 a 3 veces por semana y durante el invierno puede ser suficiente hacerlo cada 10 días.

El césped amarillea por exceso de humedad.

El suelo se satura de agua y las plantas mueren por asfixia radicular. Una característica de esta causa es el amarillamiento paulatino, y posterior putrefacción húmeda de la planta.

Es importante que riegues tu césped de forma adecuada para evitar que se seque o que se sature de agua. En general, lo recomendable es regar dos veces por semana, asegurándote de que el agua penetre al menos 5 cm en la tierra.

¿Cómo cuidar el césped? 5 consejos útiles para mantenerlo siempre verde.

Regar las plantas por la noche ayuda a que el agua se filtre mejor en la tierra, ya que la presencia de los rayos directos (o indirectos) del sol, provocan evaporación y por ende, el riego no es tan efectivo. Una hoja quemada puede provocar que las otras también mueran.

Cada emisor debe darle por lo menos 30 minutos de riego sin que se escurra el agua. Los árboles también pueden necesitar más ajustes de riego por goteo cuando maduren.

Evita regar a mediodía. A esa hora el sol está más alto y evaporará el agua tan rápido que tu planta no tendrá tiempo de aprovecharla. Por otra parte, la temperatura fría del agua choca con la temperatura alta de la planta y puede causar alteraciones.

Lo indicado es un riego diario de 5-6 litros/m² (5-7 minutos) durante la segunda quincena de septiembre, y un riego cada dos días en octubre. Periodo invernal: En esta época del año, el césped entra en parada vegetativa y se suele poner amarillento, incluso marrón.

Abono del césped en verano

Es recomendable aplicar un abono de liberación lenta con altas proporciones de nitrógeno y a finales de primavera fertilizar de manera que el césped conserve los nutrientes durante todo el verano. Será durante el otoño cuando se volverá a aplicar el fertilizante.