¿Qué pasa si se riega mucho el césped?

Un césped deshidratado se puede volver marrón y quebradizo o incluso morir. Por otro lado, el exceso de agua expulsa el aire de la tierra, lo que deja la hierba sin oxígeno y con riesgo de pudrirse. El secreto de un césped impecable es mantenerlo hidratado justo lo suficiente en todo momento.

El crecimiento de la planta se detiene repentinamente y las hojas se vuelven amarillas y luego marrones, lo que indica que hay exceso o falta de riego. Examina las hojas: si están crujientes, probablemente estés regando poco; si están blandas al tacto, probablemente estés regando en exceso.

Espaciar los riegos cada 2 o 3 días será suficiente para contar con un césped hidratado todo el verano. Lo idóneo es emplear un sistema de riego automático que pueda regar a primera hora de la mañana para que las hojas no se quemen.

Evita regar las horas centrales del día, cuando hace más calor. Se pierde más agua por evaporación. El viento es mayor, con lo que hay más pérdidas por evaporación y el riego es menos uniforme, es decir, que en unos sitios cae más agua que en otros. Se favorece el ataque de hongos.

Según los manuales de jardinería, en Jaén, la cantidad de agua que necesita un metro cuadrado de césped, en la época de más calor está entre 6 y 8 litros al día. Esto significa que para mantener verde este espacio, se consumirán más de 60.000 litros diarios de agua potable.

Si por lo contrario el césped tiene exceso de agua, reprograma el riego para que solo riegue en las horas precisas. En invierno, el exceso de lluvias también pueden provocar manchas amarillentas. Al regar más de la cuenta, las raíces se pudren y las hojas se vuelven amarillentas.

Si tu césped se amarillea de forma uniforme es probable que estés abonando en exceso, con lo que deberías reducir la dosis de abono o buscar uno menos rico en nitrógeno. El exceso de los otros elementos suele ser mucho menos importante, y hacen falta cantidades realmente grandes para que suponga un problema.

El mejor riego es el lento y a modo de lluvia, para que el agua no corra y penetre adecuadamente en el suelo. Es beneficioso que el suelo se seque o esté casi seco entre riegos.

Riego. Si quieres que tu césped esté verde y lustroso, es muy importante que lo riegues. La frecuencia de riego para tu césped depende de la temperatura y la humedad. Cuando la hierba necesita agua, empieza a adquirir un tono azulado y grisáceo y las hojas más antiguas de la planta empiezan a rizarse o marchitarse.

Con los difusores te suelen hacer falta 6 – 7 minutos de riego, pues la cantidad de agua que proporcionan es suficiente. El riego con aspersores. Los aspersores, al contrario que los difusores, proporcionan menos agua y la distribuyen de manera más equitativa. Con ellos harían falta unos 20 – 40 minutos de riego.

El césped amarillea por exceso de humedad.

El suelo se satura de agua y las plantas mueren por asfixia radicular. Una característica de esta causa es el amarillamiento paulatino, y posterior putrefacción húmeda de la planta.

Es importante que riegues tu césped de forma adecuada para evitar que se seque o que se sature de agua. En general, lo recomendable es regar dos veces por semana, asegurándote de que el agua penetre al menos 5 cm en la tierra.

La alternativa es el riego por goteo enterrado. Consiste en una tubería de polietileno con los goteros integrados y diseñados especialmente para operar enterrados, anti-raíces, anti-succión y autocompensantes.

Lo ideal es fertilizar el césped dos o tres veces más a finales de la primavera y el verano.

La profundidad ideal es de 20 cm, para favorecer el crecimiento de las raíces del césped en profundidad. Todas las ventajas de un vistazo: Germinación más rápida y mejor de las semillas de césped.

Los males que atraviesa un césped seco son principalmente por falta de riego, porque no recibió el agua con la frecuencia necesaria, o al revés por exceso de agua. Otra de las causas más comunes es que el césped sea nido de alguna plaga. Esto puede determinar la resequedad y el color amarillento del mismo.

Abono del césped en verano

Es recomendable aplicar un abono de liberación lenta con altas proporciones de nitrógeno y a finales de primavera fertilizar de manera que el césped conserve los nutrientes durante todo el verano. Será durante el otoño cuando se volverá a aplicar el fertilizante.

Se manifiesta como manchas circulares pequeñas de color grisáceo, que comienzan con el diámetro de una moneda y llegan a alcanzar los 10-12 cm. Las manchas se unen entre sí pudiendo afectar a superficies importantes. Las hojas van muriendo desde el ápice hasta la corona.

Esto ocurre por varias razones: por un exceso de luz solar que quema la hierba, escasez de nutrientes, falta de penetración del agua de riego, mascotas que hacen sus necesidades... cuando se da alguna de estas circunstancias tu césped verde y frondoso se convierte en un mosaico de tonalidades con aspecto poco saludable ...

Quemar los residuos agrícolas contribuye a la degradación de los suelos, afectando la productividad y poniendo en riesgo la salud humana. Existen opciones que permiten aprovechar de mejor manera los rastrojos, como la Agricultura de Conservación.

Para su erradicación podemos utilizar los fungicidas:

Cada emisor debe darle por lo menos 30 minutos de riego sin que se escurra el agua. Los árboles también pueden necesitar más ajustes de riego por goteo cuando maduren.

Escarificado y aireación

A menudo, el suelo del césped no es tan arenoso como para permitir que el aire llegue a las raíces y, en consecuencia, el crecimiento no se desarrolla. Con la ayuda de un simple rastrillo puede hacer orificios en el césped y rellenarlos con arena gruesa.

El Raigras perenne Turf Type es un césped de otoño-invierno y al ser perenne dura varios años. Las semillas se deben plantar en otoño y hasta principios de invierno. Este césped es de un color verde oscuro, muy ornamental, resistente al pisoteo y de germinación rápida.

La urea es uno de los fertilizantes más concentrados en nitrógeno (46%) y normalmente, el más económico en el mercado. Se comercializa en modalidades perlada y granulada, la primera para uso en fertirrigación y la segunda, para aplicación directa al suelo.

¿Cuánto tiempo regar el jardín? A modo orientativo, con una instalación de riego automático correctamente dimensionada y compensada, el tiempo de riego diario en un jardín en pleno verano va de 20 a 30 minutos si es con aspersores, de 8 a 10 minutos con difusores y de 40 a 60 con goteo.