¿Qué pasa si una persona no es resiliente?

Si careces de resiliencia, es posible que te obsesiones con los problemas, te victimices o te sientas abrumado, o recurras a mecanismos de afrontamiento poco saludables, como el abuso de sustancias, los trastornos alimentarios y los comportamientos riesgosos.

La resiliencia conlleva mantener flexibilidad y balance en su vida en la medida que usted confronta circunstancias difíciles y eventos traumáticos. Usted lo puede lograr de diferentes maneras al: Permitirse experimentar emociones fuertes y también reconocer cuando tiene que evitarlas para poder seguir funcionando.

Nos genera un sentimiento de confort, proximidad y seguridad. Las condiciones ambientales son mucho más manejables, si se cuenta con “el apoyo” de otros, además de que nos pueden heredar o ayudar a potenciar habilidades de confrontación ante situaciones de estrés (internas o ambientales).

Llevar la resiliencia a la sociedad, conduce a analizar la capacidad de una comunidad y de un estado incorporándose en una unidad que revolucione las transformaciones. La resiliencia es práctica que opera para transformar mediante proyectos pedagógicos que enseñan a vivir.

Desde la Neurociencia se considera que las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión. Esto les permite una sensación de control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para afrontar las situaciones difíciles y estresantes.

Si careces de resiliencia, es posible que te obsesiones con los problemas, te victimices o te sientas abrumado, o recurras a mecanismos de afrontamiento poco saludables, como el abuso de sustancias, los trastornos alimentarios y los comportamientos riesgosos.

Los factores que fortalecen la resiliencia social son el apoyo prestado por familiares, amigos, profesores, aspectos culturales y religiosos y los factores de riesgo son la violencia, la drogadicción, la falta de seguridad y apoyo institucional precario.

Decálogo de una persona resiliente

Por tanto, una persona resiliente es aquella que aprende de las situaciones adversas que vive y es capaz de ver su lado positivo.

Esta es la capacidad que tiene el ser humano para sobreponerse a circunstancias de adversidad en su existencia. Por ejemplo, el duelo por la muerte de un ser querido, un despido de trabajo inesperado, el desamor, un periodo de soledad o el sufrimiento.

Algunos sinónimos de resiliencia son flexibilidad, capacidad de adaptación, solidez, fortaleza, etc.

Hay cuatro dimensiones de resiliencia: física, emocional, mental y espiritual.

Una perspectiva psicoanalítica de la resiliencia implica estudiar el problema de la adversidad y la adaptación, la dimensión del Yo y sus defensas, la dimensión de los funcionamientos psí- quicos globales y la dimensión vincular, para comprender la noción de transformación subjetiva.

Stephen Hawking, Albert Einstein, Galileo Galilei y Leonardo Da Vinci fueron inventores reputados de su tiempo. El punto de partida de sus descubrimientos fue investigar de forma autodidacta valiéndose de sus conocimientos previos y sin dejarse vencer por las adversidades.

Resiliencia equivale a “resistencia al sufrimiento” y señala tanto la capacidad de resistir las magulladuras de la herida psicológica como del impulso de reparación psíquica que nace de esa resistencia.

Entonces los 4 tipos de resiliencia que existen son:

La resiliencia en el trabajo se entiende como la capacidad de una persona, en este caso de un trabajador, para salir fortalecida de una situación adversa que se produzca en el entorno laboral.

Superar las dificultades de la vida: 5 pasos para ser más resilientes

Consejos para afrontar la adversidad

Pautas para promover la resiliencia y la autoestima

Psiquiatra y psicoanalista francés conocido como el padre del término resiliencia. Boris Cyrulnik es neurólogo, psiquiatra y psicoanalista, y también uno de los fundadores de la etología humana.

La resiliencia es una aptitud de sostenibilidad, afronte y recuperación en situaciones de adversidad que comprende capacidades como: flexibilidad, adaptabilidad, vulnerabilidad, ingenio, agilidad, redundancia, fortaleza, tolerancia y colaboración.

Mandela tuvo la suficiente fortaleza interior y entereza para no rendirse durante su larguísimo cautiverio, y salir con fuerzas para promover el cambio que buscaba 27 años atrás. Mandela consiguió acabar con la discriminación étnica y se convirtió en presidente de su país a los 76 años.

Este es adoptado por la Psicología para referirse a la capacidad de una persona o de un grupo de asumir con flexibilidad situaciones adversas y reponerse a ellas, de seguir proyectándose en el futuro a pesar deacontecimientos desestabilizadores, de condiciones de vida difíciles y de experiencias traumáticas.

Seguimos hablando de la resiliencia de nuestros profesionales. Ante esta realidad hay que poner como prioridad la resiliencia. La de los espectadores que han llegado hasta aquí, de resiliencia. Nuestra resiliencia hará que superemos con éxito esta situación nueva para nosotros.

Para las personas resilientes no existe una vida dura, sino momentos difíciles. Y no se trata de una simple disquisición terminológica, sino de una manera diferente y más optimista de ver el mundo, ya que son conscientes de que después de la tormenta llega la calma.