¿Qué quiere decir compactación del suelo?

La compactación del suelo es el proceso por el cual el aire sale por los poros de entre los granos del suelo, causando una densificación del suelo e impidiendo la penetración de agua y aire.

La reducción en la porosidad del suelo no solo afecta el crecimiento de las raíces, sino que impacta sobre la infiltración de agua y sobre la cantidad de oxígeno en el suelo. En las épocas de lluvia, el agua permanece por más tiempo sobre un suelo compactado, lo que también produce otros problemas como la erosión.

La compactación se logra utilizando una máquina pesada, cuyo peso comprime las partículas del suelo, sin necesidad de movimiento vibratorio.

5 claves para evitar el suelo compactado

La compactación facilita las pérdidas de producción, ya que reduce la oxigenación del suelo; la infiltración de agua; la actividad microbiana y de lombrices; y el crecimiento de las raíces, lo cual deriva —con frecuencia— en un menor tamaño de la planta y un aumento en su marchitez y delgadez.

La compactación se mide a menudo como un porcentaje de la densidad óptima del material utilizado. Tanto los suelos de fundación como los de relleno requieren una compactación correspondiente al 95% del ensayo Proctor estándar , o 95% de la máxima densidad del suelo.

Un suelo compactado provoca que las soluciones de drenaje sean más controlables, es decir que reduce la penetración del agua e impide el escurrimiento de la misma evitando así que el suelo se convierta en deleznable e inestable.

La compactación del suelo provoca la compresión de los poros que, de otro modo, transportarían agua y aire. Esto impide el crecimiento de las raíces y puede causar una deficiencia de oxígeno. La compactación del suelo puede provocar una grave disminución del rendimiento.

La tierra amarilla o de relleno es utilizada para la compactación de suelos de origen de la misma excavación o de préstamos de zanjas, cimentaciones, o cualquier zona que por su compromiso estructural o extensión reducida, no permite utilizar los equipos y maquinaria con que se realiza la ejecución de otro tipo de ...

En el caso de los suelos arcillosos lo mejor es añadirles año tras año materia orgánica en forma de compost, para lograr que sean más esponjosos y aireados. También viene bien mezclarlos con arenas u otros elementos que ayuden a aumentar su permeabilidad, con el fin de impedir una excesiva retención de agua.

El suelo compactado no proporciona espacio adecuado para el almacenamiento o movimiento del aire y el agua del suelo. Más importante aún es que los grandes poros continuos del suelo se pierden o se reducen en sus dimensiones conduciendo a un movimiento lento del agua y a una aireación reducida.

Uso de cultivos de cobertura

Los cultivos de cobertura sobre grandes extensiones de terreno ayudan a recuperar los niveles de aireación del suelo, sobre todo, porque las raíces de este tipo de cultivos penetran en la tierra y reducen su compactación.

La base deberá compactarse en una capa de 15 cm de espesor y una compactación no menor de 95% de peso volumétrico máximo obtenido en el laboratorio mediante la prueba Proctor o Porter y tendrá un mínimo de 25 cm a partir de los paños exteriores de la guarnición en exceso.

Los principales factores en la actividad agrícola que tienen incidencia en la compactación son: Implementos de labranza en el suelo. Cargas producidas por neumáticos de tractores e implementos de arrastre. Pisoteo de animales.

Los rodillos (rellenos de agua) son mejores para compactar materiales finos, especialmente cuando queremos realizar zonas onduladas. Los compactadores a gas son mejores en zonas con una capa de material de más de 7,5 cm, o en zonas más llanas. Antes de compactar es necesario humedecer la zona.

Consisten en determinar las masas volumétricas secas de un material compactado con diferentes contenidos de agua, mediante la aplicación de una misma energía de compactación en prueba dinámica y, graficando los puntos correspondientes a cada determinación, trazar la curva de compactación del material.

1. adj. Dicho de un cuerpo: De textura apretada y poco porosa.

La poca humedad reduce la cohesión y evita que las partículas se organicen fácilmente para lograr un estado más denso. Para cada tipo de suelo existe un contenido de humedad ideal para alcanzar la máxima densidad posible por medio de la cantidad adecuada de energía de compactación.

Desde los métodos tradicionales como la compactación estática y la vibración, hasta las técnicas más modernas como la compactación dinámica y la compactación con rodillos neumáticos, examinaremos los principios, beneficios y aplicaciones de cada uno.

Los suelos muy susceptibles a la socavación son los que tienen grandes poros por los que el agua pasa rápidamente, pero cuyos granos son tan finos y faltos de cohesión como para desplazarse con facilidad por separado.

Existen en resumen dos tipos principales de suelos: - Los de partículas gruesas - Los de partículas finas Los mejores son los de partículas gruesas como los pedregosos, pues estos retienen menos agua y son más estables y seguros.

El término “compactación del terreno” significa la pérdida gradual de la porosidad del suelo, de la cual resulta la reducción de la sustancia orgánica: por causa de la escasez de poros, al aire y al agua le cuesta llegar al subsuelo y la planta se queda desprovista de nutrientes.

Suelos arcillosos:

En los suelos arcillosos se adaptan casi sin ningún problema cualquier planta o cultivo. Los suelos arcillosos son ricos y fértiles, ya que retienen gran cantidad de nutrientes. Os aconsejamos aplicar materia orgánica para mejorar más su riqueza y conseguir un suelo más suelto y esponjoso.

Las plantas de la familia brasicàceas, como es el caso del brócoli, la coliflor o el repollo, se dan de maravilla en este tipo de suelo. Árboles frutales, como el manzano, peral, avellano, laurel, cerezo, chirimoya, membrillo y grosellero.

Los cuatro tipos de suelos se clasifican en (1) arenosos; (2) limos; (3) suelos francos y (4) arcillosos o barros. Esta clasificación se basa en el tamaño de las partículas que tiene cada tipo de suelo.

En términos físicos, la compactación disminuye el volumen de poros, modifica la estructura porosa y aumenta la densidad aparente (ρ_a) (Baver et al., 1991). Un examen a microescala permite observar un cambio en la forma y continuidad de los poros, en especial una reducción del tamaño y número de los macroporos.

Bien drenados: el agua es eliminada del suelo con facilidad, pero no rápidamente. Los suelos bien drenados generalmente retienen óptimas cantidades de humedad para el crecimiento de las plantas después de las lluvias o el riego.