¿Qué se hace después de salir del sauna?

Después de la sauna se recomienda ir brevemente al aire libre para que los pulmones respiren aire fresco. Se recomienda refrescarse con agua fría, ya sea con manguera, ducha o en la piscina, y se debería comenzar desde los pies hacía arriba y desde la parte del cuerpo contraria a la del corazón.

Al final del tratamiento, se recomienda tumbarse en un sofá durante unos diez minutos para relajarse y permitir que la presión arterial vuelva a la normalidad.

Como toda rutina de salud, lo más recomendable es usar la sauna a menudo, una o dos veces por semana. Pero tanto si se hace un uso puntual de la sauna como frecuente, es bueno preparase antes. Beber mucha agua antes de entrar y al salir es esencial para no deshidratarse y de paso apoyar la depuración.

Recomendaciones

Limita las sesiones de 15 a 20 minutos.

Póngase en estado horizontal o siéntese con los pies subidos a fin de que todo el cuerpo esté en la misma temperatura. Si entra por vez primera, no supere los 10 minutos ya que la tensión suele bajar. Observe el termómetro de dentro de la sauna y asegúrese que no sobrepasa los 80/90º C.

Fomenta la recuperación muscular. Tal vez una de las mayores ventajas de utilizar un sauna después del entrenamiento sean los efectos que puede tener en la recuperación muscular.

Si quieres que tus músculos se relajen después de la natación lo mejor es que utilices la sauna después de nadar. Durante la natación, cada músculo de tu cuerpo trabaja duro para mantenerte en la superficie. Por eso se inflaman y pueden causarte dolor muscular, tensión y calambres.

El calor que emanan los vapores de agua favorece la circulación, además reduce la presión arterial. Otro beneficio para la salud de este tipo de saunas es que la humedad ayuda a eliminar toxinas. Es un elemento que puede reducir considerablemente la fatiga y el estrés.

Eliminación de toxinas y depuración del organismo: Uno de los principales beneficios que tiene la sauna finlandesa o sauna seca es la eliminación de toxinas, puesto que muchas toxinas del organismo se eliminan a través del sudor.

Cierta experiencia en una sala de vapor es muy superior a una sauna seca. La razón es porque la humedad en el aire crea un ambiente calmante y relajante. Además, la temperatura de la habitación es mucho más baja, lo que hace que sea mucho más fácil sentarse en la sala de vapor durante mucho tiempo.

Para exfoliar la piel son muy útiles los clásicos scrubs y naturalmente también el válido guante de crin, a utilizar ambos bajo la ducha insistiendo sobre todo en los puntos críticos, como rodillas y codos.

Aplícate una crema hidratante y un serum. Esto es lo ideal, pues al salir de la sauna los poros están dilatados y absorben más fácilmente los productos. Este es el último paso pues es importante que la piel esté limpia y liberarla de impurezas que obstruyan los poros y, de esta manera, mejorar su transpiración.

Con una sesión de sauna podemos llegar a perder unas 300 calorías pero no perdemos ni grasa ni conseguimos tonificar los músculos. Si nos pesamos después de estar en la sauna veremos cómo pesamos menos pero volverás a tu peso habitual en cuanto bebas agua porque lo único que hace tu cuerpo es perder líquidos.

Ambos tratamientos están indicados para eliminar toxinas, sin embargo, la sauna activa la circulación, mientras que los baños turcos mejoran las condiciones de las alergias y las congestiones.

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Sin excesos, la sauna es apropiada para el tratamiento de las afecciones reumáticas, para estimular la sudoración y eliminar toxinas. Sin embargo, no todos son beneficios. Mal utilizada, puede provocar trastornos hormonales y circulatorios, y en el peor de los casos, infertilidad, tanto en hombres como en mujeres.

El sauna húmedo es totalmente hermético y a diferencia del seco su interior está hecho de azulejos y estructuras de mármol para que se deslice la humedad; su temperatura no supera los 50-70 °C, pero la humedad que se acumula en su interior llega al 100 %.

La sauna húmeda, donde la temperatura no supera los 70 °C y la humedad relativa es muy alta, es conocida como baño turco. La sauna seca, con temperaturas entre los 80° y 90 °C y una humedad mínima, nunca superior al 20%, se la conoce como "sauna finlandesa" o simplemente "sauna".

CONTRAINDICACIONES DE LA SAUNA O BAÑO TURCO

Sauna Seca, infrarroja y de vapor. Se dividen según una fuente de calor que afecta al cuerpo.

El baño turco, también llamado hammam (baño, en árabe), se practica desde la antigüedad. Este baño se caracteriza por tener una humedad de un 99%, se trata de un calor húmedo. Aumenta la capacidad de intercambio de oxígeno en los pulmones y el sistema bronquial.

Estimula la circulación, mejorando la cicatrización. Acelera la eliminación de toxinas e impurezas, por aumentar la sudoración (¡se puede sudar hasta casi medio litro durante una sesión de sauna!). Deja una piel más lisa y suave. Limpia y desobstruye los poros, ayudando a prevenir puntos negros y acné.

Uno de los beneficios potenciales de la sauna en relación con la pérdida de peso es el aumento del gasto calórico. Cuando te expones al calor de la sauna, tu cuerpo comienza a sudar para regular la temperatura. Este proceso puede aumentar temporalmente la tasa metabólica y provocar un mayor gasto de energía.

Algunos estudios muestran que los saunas de infrarrojos queman calorías aproximadamente 600 calorías por hora e incluso puede mantener su ritmo cardíaco elevado durante los 30 minutos posteriores a la sesión.

Una de las mejores maneras de perder grasa corporal es a través de un ejercicio aeróbico continuado — (por ejemplo, caminar a paso rápido) — durante al menos 30 minutos la mayoría de los días de la semana. Algunas personas requieren más actividad física que esta para adelgazar y mantener el peso perdido.

En el caso de la sauna seca, este se divide en uno o dos ciclos (máximo) de unos 10 minutos cada uno, aunque debe ser cada usuario el que determine su tiempo de estancia, siempre bajo indicaciones médicas. Por el contrario, el del baño turco es mayor e incluye un único ciclo, de entre 20 y 25 minutos.