¿Que se pasa primero el cepillo o la mopa?

Limpiar el suelo antes que el mobiliario Aunque muchos argumenten lo contrario, limpiar el suelo antes que eliminar el polvo de los muebles es esencial para que la limpieza sea efectiva.

Luego, según el tipo de superficie y del tipo de limpieza que escojas (húmeda o seca), pasa la mopa por todo el suelo. Asegúrate de que llegue a todos los rincones para que el resultado sea mejor. Tras barrer y pasar la mopa, es el turno de la fregona.

Si quieres hacer las cosas en el orden correcto, primero limpia el polvo y suciedad de los muebles y luego limpia el suelo. Si lo hacemos al revés, es decir, primero el suelo y luego el polvo, los residuos que no se hayan quedado en el trapo de limpieza, caerán al suelo y habrá que limpiarlo de nuevo.

La mopa: ideal para la limpieza en seco del día a día

Es habitual utilizarlas para limpiar suelos que no estén muy sucios, por ejemplo, con polvo, pelusas, pelo, etcétera. Pero también puede hacerse en húmedo o mojado.

Para limpiar bien con mopa, lo mejor es dejar la zona lo más libre posible de obstáculos, como muebles, cortinas, alfombras, o cualquier elemento que dificulte la tarea. Conforme deslices la mopa por el suelo, verás que arrastrará pelo, polvo y pelusas y todo se quedará atrapado en las fibras.

Una mezcla de aceites e hidrocarburos que diluyen grasas y suciedad de todo tipo de pisos, los abrillanta y permite que el polvo y la suciedad se queden pegados en el mop.

Barrer hacia afuera

Y no solo eso, sino que barrer en dirección opuesta a la puerta da mala suerte. Según esta creencia, debemos siempre dirigir nuestros movimientos de escoba hacia la salida, para que polvo y mala suerte se vayan de nuestro hogar y no al contrario.

¿Qué es lo primero que se friega? Empieza a fregar por cubiertos, tazas y vasos, que ocupan menos espacio y no requieren mover todas las piezas de la pila. Además, suelen tener menos suciedad, por lo que podrás continuar con el mismo agua de fregado para lavar los platos.

Si quieres barrer más rápido y de forma eficiente, entonces puedes envolver la escoba en un calcetín de nylon. Esta tela te ayudará a recoger efectivamente todo el polvo, pelos y suciedad sin que salgan volando. Conseguirás barrer en menos de lo que piensas.

Una casa limpia y ordenada reduce bacterias, gérmenes y polvo, y por tanto beneficia a nuestra salud y puede reducir el riesgo de algunas enfermedades.

Normalmente, las de microfibra se usan para suelos de piedra natural pulidos, madera, parqué, gres, porcelánicos lisos y de baldosa grande para evitar que la suciedad se acumule en las juntas. En cambio, las mopas de algodón están indicadas para suelos más duros, rugosos y sucios, porque se adaptan mejor.

Por término general, la cabeza de la mopa debería cambiarse cada seis meses. Esto depende de varios factores, por ejemplo: Tamaño de la casa en la que se realiza la limpieza. Frecuencia con la que se limpia la casa.

Una fregona, escoba de trapear, lampazo,​ trapeador, mapo, mopa, trapero, coleto, suape, aljofifa, lavasuelos, trapo de piso, mocho o mechudo es una herramienta para limpiar el suelo​ en húmedo y suele constar de un palo en cuyo extremo se encuentran unos flecos absorbentes.

En primer lugar, debes pasar la escoba y barrer para eliminar la gran parte del polvo, pelusas o restos que haya en el suelo. Luego, según el tipo de superficie y del tipo de limpieza que escojas (húmeda o seca), pasa la mopa por todo el suelo.

Cómo limpiar, trapear y desinfectar para que huela rico

Limpiar el piso restregándolo con un estropajo o trapo empapado en agua y jabón u otro líquido adecuado.

Si usas mopa desechable, no hará falta que la humedezcas. Tras haberla mojado, debes pasarla por el suelo haciendo zigzag o formando ochos y debes procurar no levantarla para no soltar restos.

Qué tipos de mopas hay

Pues existen dos tipos de mopas que, por lo general, son las más utilizadas en el mundo de la limpieza: las mopas de algodón y las mopas acrílicas.

Una o dos veces por semana

Barrer o pasar la aspiradora en toda la casa. Lavar y tender la ropa. Limpiar el polvo de muebles, mesas y demás objetos.

Suelos. Con pasar la mopa, la escoba o la aspiradora una vez por semana podemos mantener nuestro hogar a raya. Eso sí, si hay mucha actividad en tu casa, o tienes mascotas peludas, puedes hacerlo dos veces por semana, o barrer en zonas más sensibles a sufrir suciedad como la cocina.

Para mantener un cuidado e higiene eficientes, es importante limpiar suavemente el ano después de las deposiciones, sin frotarse. Acompañar esta acción con agua, toallitas para bebé sin perfume, toallas o papel higiénico húmedo, puede favorecer una limpieza en profundidad que no resulte nada agresiva para nuestra piel.

Comienza por lavar los platos más limpios y continúa con los más sucios: generalmente el orden es vasos, platos, ollas y cacerolas. Lava de último los platos que dejaste en remojo para permitir que los restos secos tengan tiempo de despegarse y sea más fácil el lavado.

Con vinagre o limón dejaremos el suelo reluciente. Con el paso del tiempo el brillo que tenía el suelo al principio se va perdiendo. En lugar de utilizar productos químicos podemos coger de nuestra cocina el vinagre que utilizamos para ensaladas o un limón. Diluyéndolo en agua, ya podemos fregar nuestro suelo.

Cada persona lava la valija en el orden que le parezca, algunos lavan primero las ollas y sartenes para eliminar la grasa primero y dejar la esponja bien limpia para lo demás. Otros lavan primero los cubiertos, otros primero los platos para que se vayan escurriendo, y otros simplemente por lo primero que agarren.

La técnica es simple: consiste en empujar el cepillo sobre el suelo arrastrando la suciedad hacia un mismo punto, donde, posteriormente, se recoge con ayuda de un recogedor y se traslada hasta la basura.

Para limpiar y dejar como nuevos tus cepillos y escobas sintéticos, mételos en un cubo lleno de agua con una cucharada de amoniaco, y déjalos en remojo un rato. Sácalos, enjuágalos bien con agua limpia, y espera a que se sequen por completo antes de volver a utilizarlos. ¡Te quedarán impecables!