¿Qué significa pedir con fe y no dudar?

pide con fe, no dudando en nada” (Santiago 1:6). Eso es particularmente conmovedor; tienes que pedir con fe, sin dudar. Hermano Owen: Y pedir con fe significa pedir con verdadera intención.

La fe y la duda van a menudo de la mano. No son incompatibles. Creemos en Dios y en el poder de su palabra, pero nos amenaza la duda cuando sentimos su ausencia o su silencio. Dudamos ante los misterios de la fe, pero se acrecienta la fe cuando nos fiamos de quién los ha revelado.

Hay que demostrar la fe y comprender que eso que uno pidió, en algún momento va a llegar. Siempre debes tener la seguridad de que Dios te escucha y está a tu lado. Al orar, debemos ser sinceros con él y con nosotros mismos. Pensar en detalle aquello que pedimos.

La oración es más que palabras que expresamos a Dios; es una comunicación en dos direcciones entre Dios y Sus hijos. Cuando la oración se hace en la forma debida, expresamos los sentimientos de nuestro corazón con palabras sencillas.

Al orar a nuestro Padre Celestial, debemos decirle lo que realmente sentimos en el corazón, confiar en Él, pedirle perdón, suplicarle, agradecerle y expresarle nuestro amor. No debemos repetir palabras ni frases sin sentido (véase Mateo 6:7–8).

Las dudas son parte del proceso, pero la fe es el motor que nos impulsa a continuar en el camino. Si entendemos cómo reaccionar de la mejor manera, llegamos a la conclusión de que la duda existe junto a la fe porque nos impulsa a crecer.

Afrontar la idea de que la duda en tu camino de fe es normal y necesaria (el simple hecho de saberlo) reduce la ansiedad al respecto. Porque la duda, aunque es dolorosa y difícil de atravesar, significa que al menos estás haciendo grandes preguntas a un Dios muy grande.

Al orar diariamente, invitas al Espíritu Santo a que esté contigo y a que te consuele y te guíe. El Espíritu Santo puede darte respuestas, ayudarte a sentir el amor de Dios y traer un sentimiento de paz y gozo a tu corazón.

6 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.

Una gran fe no se trata de cuánto conocimiento bíblico tienes o cuántas Escrituras puedes memorizar y recitar. Es simplemente saber cuán bueno es Dios . Jesús identificó sólo dos personas en Su ministerio terrenal que, según dijo, tenían gran fe; un centurión romano (Mateo 8:5–13) y una mujer cananea (Mateo 15:21–28).

Pedir implica humildad y conciencia de necesidad. Pedir presupone la fe en un Dios personal con el cual podemos comunicarnos. Cuando uno pide, espera una respuesta. El tener esa fe hace que la oración sea cálida y personal.

Nuestro Padre celestial nos recompensa cuando oramos

El Padre da buenas dádivas a quienes se lo piden (Mateo 7:11). Uno de los 'buenos regalos' de la oración es que nos cambia a nosotros y a lo que pedimos. La oración que anhela conocer al Dador más que sus generosos dones nos moverá a pedir lo mejor para nosotros.

Por tu fe en Cristo, a quien nunca jamás has oído ni visto”. José tuvo fe en Cristo al dirigirse a la arboleda y también al orar para ser liberado del poder de Satanás. Aún no había visto al Padre y al Hijo, pero oró con fe con toda la fuerza de su corazón.

La oración más poderosa del mundo: Para abrir los cielos a mi favor; y que se abran a favor del que clama, y busca. (Spanish Edition)

La elección de las tres de la mañana como un momento propicio para la oración y la conexión con lo divino ha desconcertado a muchas personas a lo largo de los siglos.

Jesús, mi señor, en este momento de dificultad que estoy viviendo, no quiero perder la fe ni la esperanza. Quiero mantenerme firme, saber tomar decisiones y también saber esperar, sé que muchas veces tenemos que dejar que las cosas fluyan según tu voluntad.

Razones de la pérdida de la fe.

Hay muchas razones por las que podrías cuestionar tus creencias o desilusionarte de la religión o la sociedad. Podrías perder la fe después de: experiencias traumáticas que te hagan dudar de si tu dios es verdaderamente benévolo . Problemas de salud mental, como depresión o ansiedad.

Por su misericordia, Dios no nos deja allí, y la duda es la manera en que Dios ayuda a que eso suceda . La duda se vive como distanciamiento de Dios. Pero eso no significa que Dios esté muriendo por nosotros. La duda indica que estamos en el proceso de morir a nosotros mismos y a nuestras ideas sobre Dios.

Esto es lo que leemos en Santiago 1:6-7: Pero preguntad con fe, sin dudar nunca, porque el que duda es como la ola del mar, impulsada y sacudida por el viento ; porque el que duda, siendo de doble ánimo e inestable en todos los sentidos, no debe esperar recibir nada del Señor.

La única manera segura de superar la duda es poner su fe en la Palabra de Dios y depender de esa palabra profética más segura . No permitas que tus cinco sentidos dominen tu pensamiento. Debes llegar a un lugar donde la Palabra de Dios sea más real para ti que cualquier cosa que puedas ver, saborear, oír, oler o sentir.

En verdad os digo, que si tenéis fe tan pequeña como un grano de mostaza, podréis decir a este monte: 'Pásate de aquí allá', y se pasará. Nada será imposible para ti." (Juan 6:29) Jesús respondió: “ La obra de Dios es esta: creer en el que ha enviado”.

Podemos nutrir nuestra fe cuando leemos y meditamos las Escrituras, al orar, ayunar y servir al Señor, cuando apoyamos a los líderes de la Iglesia y obedecemos los mandamientos de Dios. Al igual que una planta sin agua moriría, lo mismo sucedería con la fe sin obras.

En las Escrituras se nos enseña que Dios siempre escuchará nuestras oraciones y las contestará si nos dirigimos a Él con fe y verdadera intención. Sentiremos en nuestro corazón la confirmación de que Él sí nos escucha, un sentimiento de paz y sosiego.

Una forma importante de aumentar nuestra fe es escuchar y estudiar la palabra del Señor. Escuchamos la palabra del Señor en las reuniones de la Iglesia; y estudiamos Su palabra en las Escrituras.

¿Qué queréis decir vosotros de poca fe? En pocas palabras, significa que en este momento tu fe ha sido probada y te has quedado corto . ¡Ay! Debe haber sido devastador escuchar eso, pero Jesús lo dijo. ¿Qué más podemos aprender de estas cuatro palabras?

La fe es creer; es la base para lograr nuestros propósitos, sin embargo, no debe ser confundida con el deseo porque lo sorprendente de ésta es que no sólo viene de la pretensión de lo que anhelamos, sino que emana de la confianza de que lo que obtendremos será lo mejor, aunque muchas veces no es lo que pedimos.

1 Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío;ponme a salvo de los que contra mí se levantan.