¿Qué tipo de luz es más elegante?

La luz blanca hace que el ojo humano vea mejor debido a su elevado índice de reproducción cromática. Esto la convierte en la opción ideal para espacios donde haya que leer o trabajar con ordenadores.

Las bombillas LED de luz cálida ofrecen una tonalidad suave y tenue, similar a las bombillas incandescentes. En cambio, la luz fría genera una sensación de mayor luminosidad, por sus tonos azulados.

Las bombillas con luz blanca cálida son la elección más adecuada. Estas bombillas iluminan el espacio a la perfección y también suponen una ambientación más agradable. Hay muchas lámparas de cocina entre las que elegir, pero evite la tentación de combinar varios estilos que, probablemente, no armonizarán entre sí.

Para iluminación de jardines y exteriores es siempre obligatorio utilizar luz cálida, incluso ámbar, ya que una luz fría o neutra puede provocar contaminación Lumínica, cosa muy perjudicial para el medio ambiente, la fauna y para las plantas.

La luz cálida es más frecuentemente utilizada en el hogar, ya que el resplandor amarillento ayuda a crear un ambiente más acogedor y relajante. Las lámparas incandescentes, halógenas o de bajo consumo son las más comunes.

En situaciones en las que se requiere una visión detallada y precisa, como lectura prolongada, trabajos manuales o tareas minuciosas, la luz blanca puede ser más adecuada, ya que su tonalidad brillante y su alto índice de reproducción cromática mejoran la nitidez y reducen la fatiga ocular.

En conclusión, la iluminación fría se adapta mejor a espacios en los que se desempeñan actividades más prácticas y la luz cálida favorece el confort de las zonas de estar.

La luz fría se utiliza sobre todo en lugares donde hay mucho movimiento de paso y en zonas especialmente oscuras. En tanto que, la luz neutra es la más parecida a la luz natural del día. Eso la hace idónea para iluminación general de todo tipo de salas.

Así pues, en el caso de la cocina aconsejamos la combinación de luz neutra en los puntos de luz generales con luz fría en los espacios donde se requiera más visibilidad como encimeras o fregaderos, para crear un ambiente estimulante puntualmente.

Por lo general, siempre se eligen luces frías. La luz artificial fría es la mejor alternativa a la natural, debido a que es la que más se le parece. Cansa menos la vista y hará que la habitación se vea de un color muy similar al de la luz natural, con lo cual verás que no te molestan los ojos y estás a gusto.

Por lo regular, este tipo de luz se utiliza para producir atmósferas acogedoras, íntimas y relajantes, motivo por el cual resulta ser una excelente opción para iluminar dormitorios, estancias, salas y bares.

La potencia ideal para los focos de luz exterior es de 10w hasta más de 200w, dependiendo siempre de la función que se le otorgue. A la hora de iluminar una gran superficie, como un jardín o terraza, se recomiendan modelos de 20w en adelante.

Para iluminar el pasillo en general, lo más habitual es utilizar focos led. Las luminarias led producen un considerado ahorro energético.

Esta luz desprende tranquilidad y hace que la estancia sea más acogedora. La ventaja es que es una bombilla económica. La desventaja es que este tipo de bombilla tiene un funcionamiento inferior al resto, por lo que dura menos (mil horas).

1-FLUORESCENTES.

Son las conocidas como LFC o de bajo consumo y las puedes encontrar de tubo o compactas, éstas últimas son las más eficientes. Este tipo de bombillas consume un 80% menos que las tradicionales (el equivalente a la demanda de 2.500 hogares).

La forma más simple de estimar cuánta luz se necesita para iluminar una habitación es, si utilizamos iluminación LED, emplear unos 4W por metro cuadrado. Por ejemplo, en una habitación de 3m x 2.5m necesitaríamos unos 30W.

Los bombillos de luz amarilla generan mucho calor, lo que hace que gasten más energía. Tienen menos vida útil, aproximadamente mil horas. Debido a que se calientan, hay que tener cuidado al manipularlos, ya que pueden quemar.

Luz neutra

Es una solución idónea para zonas como, por ejemplo, el tocador donde maquillarse o un vestidor. Los ledes de color blanco neutro se utilizan también en señalización.

Los azules claros son relajantes, mientras que el azul brillante puede ser refrescante. El uso de tonalidades más pálidas de azul puede hacer que una habitación parezca más espaciosa. Por su naturaleza relajante es un color que funciona bien en espacios como baños o dormitorios.

Por ejemplo, si una persona adquiere tanto una bombilla blanca como una amarilla, ambas con una potencia de 10 vatios (10 W), es importante comprender que el consumo de energía será igual, independientemente del color o la tonalidad de la luz.

La luz neutral o natural será perfecta para su uso de luz ambiente para el baño, y genera unos 4.000K. Por su parte, la luz fría no es recomendable para un proyecto residencial o para el baño, ya que es restará confort a la atmósfera creada.

Por otro lado la luz neutra es la que se contempla sobre los 4000k (grados kelvin), esta es muy recomendable para la vivienda en general ya que tiene más luminosidad que una luz cálida sin ser molesta, muy recomendable para comercios, ya que es una luz muy natural y la más parecida a la solar.

Para conseguir un brillo cálido, casi anaranjado, la mejor temperatura de color es la que ofrecen las bombillas LED entre 2000-3000K, creando un espacio tranquilo y acojedor. Esta temperatura de color es la mejor para el salón, cocinas, dormitorios y baños.

Los tonos claros y neutros dan sensación de amplitud y multiplican la luz. Algunas de las mejores opciones son el blanco, el beige, los tonos grises, piedra y el greige, un color que combina el beige con el gris.

El tono gris claro con matices marrones funciona muy bien para suavizar la psique, pues es muy agradable a la vista. Lo puede mezclar con tonos cálidos y fríos para recrear espacios más reconfortantes. Además, es un color que a la luz del día cambia de manera sutil, generando efectos armoniosos y tranquilos.

Un estudio reciente de dudoso origen científico y publicado en diferentes medios ha estado creando alarma en la opinión pública.

Así, los tonos amarillos favorecen el descanso y la relajación, mientras que la luz blanca y azul activa el cuerpo y lo mantiene concentrado y alerta. Por lo tanto, es indispensable que durante la noche se utilice luz tenue y cálida: eso le indicará a nuestro cerebro que ha llegado el momento de preparase para dormir.