¿Qué tipo de vino se puede tomar frío?

Un Rioja joven, un Beaujolais francés, un Chianti italiano, o un Sangiovese, caracterizado precisamente este por su alta acidez, son también vinos recomendables para disfrutar frescos.

Contrariamente, si un vino está «frío«, apenas notaremos los aromas porque estarán enmascarados y además notaremos más la percepción de acidez.

Un vino blanco con un grado alto de acidez debe servirse fresco, mientras que uno dulce mejora a menor temperatura cuanto más azúcar contenga. Por otro lado, uno seco no debería servirse por debajo de 8ºC ni por encima de 10ºC, ya que se verían afectados sus sutiles aromas y su alcohol.

Si lo tomamos muy frío, el vino perderá sus aromas, y si la temperatura es muy alta, se acentuará tanto la acidez como el alcohol, con lo que el sabor del vino se perderá.

Si los servimos fresquitos les otorgamos ligereza y una sensación menos alcohólica, pero si la temperatura del vino tinto es muy baja, menos de 13ºC, el vino perderá los sabores y aromas porque los componentes volátiles no se liberarán.

Vino blanco: como sucede con el tinto, varía entre sus dos vertientes, aunque en menor cantidad. 10 ºC es la temperatura para el vino blanco seco y 12 ºC para el vino blanco dulce. Vino espumoso: todos los vinos espumosos (como el cava o el champán) se toman más fríos.

El vino necesita respirar en la copa, por lo que no se deben llenar hasta arriba sino por debajo de la mitad (idealmente un tercio de la copa y nunca más de dos tercios), para poder agitarlo suavemente. Además, el vino conserva su temperatura mejor en la botella, así que sirve siempre la cantidad justa.

Para la época estival es mejor optar por vinos de menos graduación (como un vino joven), pues el alcohol produce deshidratación. También puedes optar por una bebida con vino más refrescante como puede ser la sangría, el tinto de verano o incluso algunos cócteles.

En el caso de uno joven como nuestro El Coto Blanco Verdejo, lo serviremos a una temperatura de unos 7ºC. Servir este vino a la temperatura correcta nos permitirá disfrutar de los aromas intensos de fruta tropical, hinojo y anisados. Es ideal para acompañar pescados, mariscos, arroces y platos de pasta.

En el caso de los vinos con Albariño, la temperatura ideal se sitúa entre 9 y 11 grados, que permite apreciar mejor el aroma y el bouquet floral de esta cepa. Si se sirve demasiado frío, la baja temperatura impide que se liberen los aromas.

Dependiendo del tipo de vino blanco debemos establecer una temperatura distinta. De esta manera los vinos blancos ricos en fruta y flor pueden servirse muy fríos, con una temperatura entre los 4 y 5ºC mientras que los vinos con carácter tostado y crianzas tienen un consumo menos fresco de unos 12ºC.

Vino blanco y vino rosado durarán unos 3 días. Vino tinto joven puede durar hasta una semana porque se oxida con mayor lentitud que el vino blanco. Cuantos más taninos tenga el vino, más durará la botella abierta. Vino tinto envejecido o ligero (con menos taninos) durará unos 3 días.

Botella de vino tinto: Si el vino es joven, su conservación puede ser de dos años desde su embotellado. Si se trata de un vino con crianza esta conservación se alarga entre dos y cinco años y si estamos ante un reserva este periodo se amplía entre seis y diez años.

Para los profesionales que hacen catas o “análisis sensoriales” de los vinos, el mejor momento siempre es por la mañana, cuando nuestras percepciones están más “despiertas”, o, si se prefiere, después de la duración del día.

Un Ribera del Duero tinto Joven es una magnífica elección para acompañar aperitivos suaves como canapés, aceitunas o embutidos ligeros. Otra apuesta segura es servir una copa de un Joven como Martín Berdugo con una tapa de queso semicurado. Un tinto Crianza Ribera del Duero puede acompañarnos durante toda la comida.

Servir en exceso, fingir saber, tomar fondo blanco, oler. el corcho, comer chicle, elegir por el precio, echarse.

El pisco, el whisky o el tequila para los hombres, o bien, licores cremosos como el baileys, el licor de cacao, o de café como el kahlua para las mujeres son algunos de los llamados “licores de invierno” los cuales, por lo general, tienen mayor graduación alcohólica o su preparación no implica la adición de hielo.

Envuelve la botella de vino en una toalla o paño húmedo y colócala en el congelador. La humedad de la toalla acelera el enfriamiento, y el congelador proporciona un ambiente frío para enfriar el vino más rápidamente. Déjala durante unos 15-20 minutos antes de servir.

Vino: se encuentra entre 10 a 15 grados, dependiendo de la marca de la compañía. Champagne: 8.72 grados de alcohol. Cava: 10 grados de alcohol. Cerveza: se encuentra entre 2,5 grados a 15, dependiendo de la compañía que lo haga.

La variedad de vino tinto más saludable es la Pinot Noir, debido a que cuenta con una piel fina, permitiendo que posea taninos bajos pero altos niveles de resveratrol, este componente es un gran aliado para la salud del corazón.

Por lo mismo, los vasos o copas, que van de derecha a izquierda según el uso que se dará: agua, vino blanco, vino tinto, cordiales. Éste es el orden que se usa en Estados Unidos: primero el agua. En España, cómo no, primero el vino.

La mejor opción para empezar a beber vino es elegir una copa de blanco semidulce. En estos predominan los sabores dulces junto a la frescura. Con El Coto Semidulce descubrirás aromas a piña y cítricos propios de la Chardonnay.

En el caso de las mujeres, el vino tinto hace más pronunciado el deseo sexual que otras bebidas, al menos según un grupo de investigadores italianos que descubrieron que los componentes del vino mejoran los niveles de deseo sexual en las mujeres.

Pues bien, un vino refrescante es aquel vino con agradable acidez que calma la sed.

Un exceso de calor o un cambio muy brusco de temperatura puede suponer la pérdida de determinadas propiedades de los vinos: aromas, gusto, sensaciones…

Rueda hace referencia a una denominación de origen, mientras que 'verdejo' es un tipo de uva. La confusión o la relación entre ambos vocablos es más simple de lo que parece. La uva Verdejo es característica de la zona de Rueda, Valladolid, que, a partir del pueblo de Rueda, nombra toda la denominación de origen.

La uva verdejo es la uva blanca que se cultiva en algunas regiones de España y que da lugar a los mejores vinos blancos con denominación de origen. Se trata de un producto logrado a través de un cruce entre la uva castellana blanca y la traminer.