¿Qué velocidad del viento aguanta un toldo?

Por lo general, los toldos soportan rachas de viento de hasta 40 o 50 km/h. Solo tienes que ver en tu app del tiempo qué velocidad va a llevar el viento y, si se acerca a este límite, recoger tu toldo para evitar que se estropee.

Por lo tanto, un toldo que apruebe la clasificación de estos tests tiende a resistir velocidades que oscilan entre los 30 a 40 Km/H.

Por lo general, un toldo de calidad no debería durar menos de cinco años, y en función del tipo de lona, del material escogido, de las condiciones climatológicas y de su mantenimiento, podría llegar a aguantar hasta 10 años sin problemas.

En una terraza, los más recomendables son los toldos verticales acompañados de guías. Su capacidad es muy buena resistiendo vientos de hasta 100 kilómetros por hora. En caso de que el toldo sea demasiado largo, siempre se puede dividir en dos para tener la máxima seguridad en todo momento.

¿Qué tipos de toldo poner en una terraza con mucho viento?

Moderados (velocidad media entre 21 y 40 k m/h), Fuertes (velocidad media entre 41 y 70 K m/h), Muy fuertes (velocidad media entre 71 y 120 k m/h) y. Huracanados (velocidad media mayor de 120 k m/h).

Recomendamos tensar cada esquina del toldo con una fuerza de al menos 45 kg. El sistema de tensado Muscle x3 fue desarrollado por Maanta específicamente para tensar profesionalmente cada vela de sombra.

Los toldos pérgola son unos de los más resistentes contra el viento, ya que estos cuentan con una fuerte estructura que les aporta una gran resistencia, consiguiendo que el toldo quede perfectamente fijado, y reduciendo las posibilidades de que se rompa por una racha de viento.

Lo primero que se deteriora de un toldo es su lona, ya que es la que está más expuesta a las diferentes inclemencias del tiempo. Pero, si escoges un toldo de calidad, no debería durar menos de 5 años. Además, dependiendo del tipo de lona y el material escogido, pueden llegar a durar hasta 10 años.

Como explican en el portal de vivienda de Idealista, un toldo puede bajar la temperatura de una habitación "entre dos y cinco grados", dependiendo del material y del tejido con el que esté fabricado. "Esta bajada de temperatura ayuda a que utilices menos el aire acondicionado y ahorres en la factura de la luz", añaden.

La lluvia daña tu toldo porque moja la tela. Al mojarse la tela, se convierte en caldo de cultivo para bacterias, hongos y moho. De ahí la importancia de recoger el toldo cuando llueve para evitar que se moje.

Un color más oscuro ofrecerá mayor protección frente a los rayos ultravioleta, aunque la diferencia no es excesiva con respecto a los más claros. La calidad de la tela para toldos y su gramaje influye considerablemente en la absorción y liberación del calor.

Cuando llueve, hay que recoger el toldo

En caso de que se esperen lluvias es importante recoger el toldo. Así evitas que la lona se moje y se dañe o manche por las lluvias. Por tanto, antes de salir de casa, cierra el toldo los días que hay pronóstico de lluvia o viento.

Sin embargo, cuando nos encontremos en una situación como esta, recomendamos siempre recoger el toldo cuando llueve o nieva. Esto es porque se podría acumular agua o nieve sobre la lona y suponer un problema importante de carga y poner en peligro la integridad del toldo y de las personas.

Puede elegir entre muchos tipos de materiales para techos, pero si desea evitar daños y lesiones durante el viento, las tejas asfálticas son las ideales para proteger su techo. Las tejas asfálticas diseñadas para resistir el viento son expuestas a métodos para probar el comportamiento cuando se expone al viento.

Las cortinas de cristal soportan vientos de hasta 350k/h. Gracias al grosor del cristal templado la resistencia a fuertes vendavales está asegurada.

Niveles de alerta por viento

En la gran mayoría de los casos, las alertas de aviso suelen saltar a partir de las rachas a más 70 kilómetros por hora, entre vientos fuertes y muy fuertes, con nivel amarillo.

La lluvia daña tu toldo porque moja la tela. Al mojarse la tela, se convierte en caldo de cultivo para bacterias, hongos y moho. De ahí la importancia de recoger el toldo cuando llueve para evitar que se moje.

Los toldos con cofre son la mejor opción para proteger los toldos en invierno, ya que este sistema recoge el toldo dentro de un cajón de aluminio, cubriéndole de la lluvia y demás agentes climatológicos capaces de dañar su calidad y tiempo de vida.

Y en las viviendas en las que da el sol directamente, un toldo puede reducir la temperatura interior hasta 10 grados. Es una opción muy a valorar y muy recomendada.

Así, los colores claros reflejan más la radiación mientras que los oscuros pueden hacer aumentar la temperatura ambiental en verano, ya que la radiación que absorbe el tejido pasa a la habitación en forma de calor.

La lona acrílica es la más usada para toldos para terrazas y jardines, mientras que la lona screen es más recomendada para toldos verticales y stores, mientras que las lonas de PVC son las más recomendadas para cuando lo que se busca es protección de la lluvia.

Aconsejaríamos un toldo de un tono azul marino o verde, porque conviene elegir tonos frescos pero intensos. Te van a dar protección del sol y, además, van a mantener el calor a raya porque bloquea la excesiva luminosidad, protegiendo la vista sin oscurecer demasiado.

Invierno es temporada baja de toldos y pérgolas. Suelen tener un precio inferior que en verano. Te costará un poquito más barato.

Generalmente, el gasto medio de sustitución de la lona es de 60 €/m2. Este precio puede variar entre 20 €/m2 y 150 €/m2 dependiendo del tipo de toldo, la calidad del material y la mano de obra que sea necesaria.